sábado, 30 de marzo de 2013

Video-mensaje Papal por la Ostensión de la Sábana Santa

 

CIUDAD DEL VATICANO (http://attualita.vatican.va/sala-stampa/bollettino/2013/03/30/news/30712.html - http://catolicidad.blogspot.com - Marzo 30 de 2013).  Este Sábado Santo por la tarde, se lleva a cabo en la Catedral de Turín una Ostensión extraordinaria de la Sábana Santa, que será transmitida en la RaiUno en mundovisión de las 17:15 a las 18:40 horas. La iniciativa se coloca en el ámbito del  Año de la fe instituido por el Santo Padre Benedicto XVI.

Para esta ocasión, el Papa FRANCISCO ha enviado un video-mensaje (texto íntegro):

"Queridos hermanos y hermanas:
También yo me pongo con vosotros ante la Sábana Santa, y doy gracias al Señor que nos da, con los instrumentos de hoy, esta posibilidad.
 

Pero aunque se haga de esta forma, no se trata simplemente de observar, sino de venerar; es una mirada de oración. Y diría aún más: es un dejarse mirar. Este rostro tiene los ojos cerrados, es el rostro de un difunto y, sin embargo, misteriosamente nos mira y, en el silencio, nos habla. ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo es posible que el pueblo fiel, como vosotros, quiera detenerse ante este icono de un hombre flagelado y crucificado? Porque el hombre de la Sábana Santa nos invita a contemplar a Jesús de Nazaret. Esta imagen – grabada en el lienzo – habla a nuestro corazón y nos lleva a subir al monte del Calvario, a mirar el madero de la cruz, a sumergirnos en el silencio elocuente del amor.
 

Así pues, dejémonos alcanzar por esta mirada, que no va en busca de nuestros ojos, sino de nuestro corazón. Escuchemos lo que nos quiere decir, en el silencio, sobrepasando la muerte misma. A través de la Sábana Santa nos llega la Palabra única y última de Dios: el Amor hecho hombre, encarnado en nuestra historia; el Amor misericordioso de Dios, que ha tomado sobre sí todo el mal del mundo para liberarnos de su dominio. Este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros de hombres y mujeres heridos por una vida que no respeta su dignidad, por guerras y violencias que afligen a los más vulnerables... Sin embargo, el rostro de la Sábana Santa transmite una gran paz; este cuerpo torturado expresa una majestad soberana. Es como si dejara trasparentar una energía condensada pero potente; es como si nos dijera: ten confianza, no pierdas la esperanza; la fuerza del amor de Dios, la fuerza del Resucitado, todo lo vence.
 

Por eso, contemplando al hombre de la Sábana Santa, hago mía la oración que san Francisco de Asís pronunció ante el Crucifijo:

Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento. Amén.

El Papa FRANCISCO preside su primer Vía Crucis

 

CIUDAD DEL VATICANO (http://attualita.vatican.va/sala-stampa/bollettino/2013/03/29/news/30711.html - http://catolicidad.blogspot.com - Marzo 30 de 2013).  a las 21:15 horas de ayer 29, Viernes Santo, el Papa FRANCISCO presidió en el Coliseo Romano el  Vía Crucis.

Los textos de las meditaciones y de las oraciones propuestas este año para las estaciones del Vía Crucis fueron preparadas por algunos jóvenes libaneses, guiados por Su Beatitud, Cardenal Béchara Boutros Raï, O.M.M., Patriarca de Antioquía de los Maronitas del Líbano. Las imágenes del libro para uso de los fieles reproducen las estaciones hrealizadas por un franciscano anónimo de Belén del siglo  XIX.


Las antorchas junto a la Cruz fueron sostenidas por las manos de dos jóvenes de la diócesis de Roma y dos jóvenes libaneses, la Cruz que recorrió las estaciones fue portada por el Cardenal Agostino Vallini, quien se la entregó por dos seminaristas chinos, y así sucesivamente por dos frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa, por dos religiosas de África y por dos del Líbano, por dos jóvenes de Brasil, por dos familias procedentes de Italia y de la India y finalmente por un enfermo de UNITALSI.


Al finalizar el Vía Crucis, el Santo Padre FRANCISCO dirigió a los presentes y a cuentos siguieron el piadoso ejercicio a través de la radio y de la televisión las siguientes palabras:

"Queridos hermanos y hermanas
Os doy las gracias por haber participado tan numerosos en este momento de intensa oración. Y doy las gracias también a todos los que se han unido a nosotros a través de los medios de comunicación social, especialmente a las personas enfermas o ancianas.
No quiero a añadir muchas palabras. En esta noche debe permanecer sólo una palabra, que es la Cruz misma. La Cruz de Jesús es la Palabra con la que Dios ha respondido al mal del mundo. A veces nos parece que Dios no responde al mal, que permanece en silencio. En realidad Dios ha hablado, ha respondido, y su respuesta es la Cruz de Cristo: una palabra que es amor, misericordia, perdón. Y también juicio: Dios nos juzga amándonos. Recordemos esto: Dios nos juzga amándonos. Si acojo su amor estoy salvado, si lo rechazo me condeno, no por él, sino por mí mismo, porque Dios no condena, Él sólo ama y salva.

Queridos hermanos, la palabra de la Cruz es también la respuesta de los cristianos al mal que sigue actuando en nosotros y a nuestro alrededor. Los cristianos deben responder al mal con el bien, tomando sobre sí la Cruz, como Jesús. Esta noche hemos escuchado el testimonio de nuestros hermanos del Líbano: son ellos que han compuesto estas hermosas meditaciones y oraciones. Les agradecemos de corazón este servicio y sobre todo el testimonio que nos dan. Lo hemos visto cuando el Papa Benedicto fue al Líbano: hemos visto la belleza y la fuerza de la comunión de los cristianos de aquella Tierra y de la mistad de tantos hermanos musulmanes y muchos otros. Ha sido un signo para Oriente Medio y para el mundo entero: un signo de esperanza.

Continuemos este Via Crucis en la vida de cada día. Caminemos juntos por la vía de la Cruz, caminemos llevando en el corazón esta palabra de amor y de perdón. Caminemos esperando la resurrección de Jesús, que nos ama tanto. Es todo amor".


07

viernes, 29 de marzo de 2013

FRANCISCO: Homilías (Marzo 28 y 24 de 2013)

 

SANTA MISA EN LA CENA DEL SEÑOR

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Centro Penitenciario para Menores "Casal del Marmo", Roma
Jueves Santo 28 de Marzo de 2013


Esto es conmovedor. Jesús que lava a los pies a sus discípulos. Pedro no comprende nada, lo rechaza. Pero Jesús se lo ha explicado. Jesús – Dios – ha hecho esto. Y Él mismo lo explica a los discípulos: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Jn 13,12-15). Es el ejemplo del Señor: Él es el más importante y lava los pies porque, entre nosotros, el que está más en alto debe estar al servicio de los otros. Y esto es un símbolo, es un signo, ¿no? Lavar los pies es: «yo estoy a tu servicio». Y también nosotros, entre nosotros, no es que debamos lavarnos los pies todos los días los unos a los otros, pero entonces, ¿qué significa? Que debemos ayudarnos, los unos a los otros. A veces estoy enfadado con uno, o con una... pero... olvídalo, olvídalo, y si te pide un favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: esto es lo que Jesús nos enseña y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como sacerdote y como obispo debo estar a vuestro servicio. Pero es un deber que viene del corazón: lo amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñando. Pero también vosotros, ayudadnos: ayudadnos siempre. Los unos a los otros. Y así, ayudándonos, nos haremos bien. Ahora haremos esta ceremonia de lavarnos los pies y pensemos: que cada uno de nosotros piense: «¿Estoy verdaderamente dispuesta o dispuesto a servir, a ayudar al otro?». Pensemos esto, solamente. Y pensemos que este signo es una caricia de Jesús, que Él hace, porque Jesús ha venido precisamente para esto, para servir, para ayudarnos.


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HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Basílica Vaticana
Jueves Santo 28 de Marzo de 2013


Queridos hermanos y hermanas

Celebro con alegría la primera Misa Crismal como Obispo de Roma. Os saludo a todos con afecto, especialmente a vosotros, queridos sacerdotes, que hoy recordáis, como yo, el día de la ordenación.

Las Lecturas, también el Salmo, nos hablan de los «Ungidos»: el siervo de Yahvé de Isaías, David y Jesús, nuestro Señor. Los tres tienen en común que la unción que reciben es para ungir al pueblo fiel de Dios al que sirven; su unción es para los pobres, para los cautivos, para los oprimidos... Una imagen muy bella de este «ser para» del santo crisma es la del Salmo 133: «Es como óleo perfumado sobre la cabeza, que se derrama sobre la barba, la barba de Aarón, hasta la franja de su ornamento» (v. 2). La imagen del óleo que se derrama, que desciende por la barba de Aarón hasta la orla de sus vestidos sagrados, es imagen de la unción sacerdotal que, a través del ungido, llega hasta los confines del universo representado mediante las vestiduras.

La vestimenta sagrada del sumo sacerdote es rica en simbolismos; uno de ellos, es el de los nombres de los hijos de Israel grabados sobre las piedras de ónix que adornaban las hombreras del efod, del que proviene nuestra casulla actual, seis sobre la piedra del hombro derecho y seis sobre la del hombro izquierdo (cf. Ex 28,6-14). También en el pectoral estaban grabados los nombres de las doce tribus de Israel (cf. Ex 28,21). Esto significa que el sacerdote celebra cargando sobre sus hombros al pueblo que se le ha confiado y llevando sus nombres grabados en el corazón. Al revestirnos con nuestra humilde casulla, puede hacernos bien sentir sobre los hombros y en el corazón el peso y el rostro de nuestro pueblo fiel, de nuestros santos y de nuestros mártires, que en este tiempo son tantos.

De la belleza de lo litúrgico, que no es puro adorno y gusto por los trapos, sino presencia de la gloria de nuestro Dios resplandeciente en su pueblo vivo y consolado, pasamos ahora a fijarnos en la acción. El óleo precioso que unge la cabeza de Aarón no se queda perfumando su persona sino que se derrama y alcanza «las periferias». El Señor lo dirá claramente: su unción es para los pobres, para los cautivos, para los enfermos, para los que están tristes y solos. La unción, queridos hermanos, no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la guardemos en un frasco, ya que se pondría rancio el aceite... y amargo el corazón.

Al buen sacerdote se lo reconoce por cómo anda ungido su pueblo; esta es una prueba clara. Cuando la gente nuestra anda ungida con óleo de alegría se le nota: por ejemplo, cuando sale de la misa con cara de haber recibido una buena noticia. Nuestra gente agradece el evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana, cuando baja como el óleo de Aarón hasta los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, «las periferias» donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe. Nos lo agradece porque siente que hemos rezado con las cosas de su vida cotidiana, con sus penas y alegrías, con sus angustias y sus esperanzas. Y cuando siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través nuestro, se anima a confiarnos todo lo que quieren que le llegue al Señor: «Rece por mí, padre, que tengo este problema...». «Bendígame, padre», y «rece por mí» son la señal de que la unción llegó a la orla del manto, porque vuelve convertida en súplica, súplica del Pueblo de Dios. Cuando estamos en esta relación con Dios y con su Pueblo, y la gracia pasa a través de nosotros, somos sacerdotes, mediadores entre Dios y los hombres. Lo que quiero señalar es que siempre tenemos que reavivar la gracia e intuir en toda petición, a veces inoportunas, a veces puramente materiales, incluso banales – pero lo son sólo en apariencia – el deseo de nuestra gente de ser ungidos con el óleo perfumado, porque sabe que lo tenemos. Intuir y sentir como sintió el Señor la angustia esperanzada de la hemorroisa cuando tocó el borde de su manto. Ese momento de Jesús, metido en medio de la gente que lo rodeaba por todos lados, encarna toda la belleza de Aarón revestido sacerdotalmente y con el óleo que desciende sobre sus vestidos. Es una belleza oculta que resplandece sólo para los ojos llenos de fe de la mujer que padecía derrames de sangre. Los mismos discípulos – futuros sacerdotes – todavía no son capaces de ver, no comprenden: en la «periferia existencial» sólo ven la superficialidad de la multitud que aprieta por todos lados hasta sofocarlo (cf. Lc 8,42). El Señor en cambio siente la fuerza de la unción divina en los bordes de su manto.

Así hay que salir a experimentar nuestra unción, su poder y su eficacia redentora: en las «periferias» donde hay sufrimiento, hay sangre derramada, ceguera que desea ver, donde hay cautivos de tantos malos patrones. No es precisamente en autoexperiencias ni en introspecciones reiteradas que vamos a encontrar al Señor: los cursos de autoayuda en la vida pueden ser útiles, pero vivir nuestra vida sacerdotal pasando de un curso a otro, de método en método, lleva a hacernos pelagianos, a minimizar el poder de la gracia que se activa y crece en la medida en que salimos con fe a darnos y a dar el Evangelio a los demás; a dar la poca unción que tengamos a los que no tienen nada de nada.

El sacerdote que sale poco de sí, que unge poco – no digo «nada» porque, gracias a Dios, la gente nos roba la unción – se pierde lo mejor de nuestro pueblo, eso que es capaz de activar lo más hondo de su corazón presbiteral. El que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo poco a poco en intermediario, en gestor. Todos conocemos la diferencia: el intermediario y el gestor «ya tienen su paga», y puesto que no ponen en juego la propia piel ni el corazón, tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del corazón. De aquí proviene precisamente la insatisfacción de algunos, que terminan tristes, sacerdotes tristes, y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, en vez de ser pastores con «olor a oveja» – esto os pido: sed pastores con «olor a oveja», que eso se note –; en vez de ser pastores en medio al propio rebaño, y pescadores de hombres. Es verdad que la así llamada crisis de identidad sacerdotal nos amenaza a todos y se suma a una crisis de civilización; pero si sabemos barrenar su ola, podremos meternos mar adentro en nombre del Señor y echar las redes. Es bueno que la realidad misma nos lleve a ir allí donde lo que somos por gracia se muestra claramente como pura gracia, en ese mar del mundo actual donde sólo vale la unción – y no la función – y resultan fecundas las redes echadas únicamente en el nombre de Aquél de quien nos hemos fiado: Jesús.

Queridos fieles, acompañad a vuestros sacerdotes con el afecto y la oración, para que sean siempre Pastores según el corazón de Dios.

Queridos sacerdotes, que Dios Padre renueve en nosotros el Espíritu de Santidad con que hemos sido ungidos, que lo renueve en nuestro corazón de tal manera que la unción llegue a todos, también a las «periferias», allí donde nuestro pueblo fiel más lo espera y valora. Que nuestra gente nos sienta discípulos del Señor, sienta que estamos revestidos con sus nombres, que no buscamos otra identidad; y pueda recibir a través de nuestras palabras y obras ese óleo de alegría que les vino a traer Jesús, el Ungido.

Amén.




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HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Plaza de San Pedro
XXVIII Jornada Mundial de la Juventud
Domingo 24 de Marzo de 2013


1. Jesús entra en Jerusalén. La muchedumbre de los discípulos lo acompaña festivamente, se extienden los mantos ante él, se habla de los prodigios que ha hecho, se eleva un grito de alabanza: «¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en lo alto» (Lc 19,38).


Gentío, fiesta, alabanza, bendición, paz. Se respira un clima de alegría. Jesús ha despertado en el corazón tantas esperanzas, sobre todo entre la gente humilde, simple, pobre, olvidada, esa que no cuenta a los ojos del mundo. Él ha sabido comprender las miserias humanas, ha mostrado el rostro de misericordia de Dios y se ha inclinado para curar el cuerpo y el alma.


Este es Jesús. Este es su corazón atento a todos nosotros, que ve nuestras debilidades, nuestros pecados. El amor de Jesús es grande. Y, así, entra en Jerusalén con este amor, y nos mira a todos nosotros. Es una bella escena, llena de luz – la luz del amor de Jesús, de su corazón –, de alegría, de fiesta.


Al comienzo de la Misa, también nosotros la hemos repetido. Hemos agitado nuestras palmas. También nosotros hemos acogido al Señor; también nosotros hemos expresado la alegría de acompañarlo, de saber que nos es cercano, presente en nosotros y en medio de nosotros como un amigo, como un hermano, también como rey, es decir, como faro luminoso de nuestra vida. Jesús es Dios, pero se ha abajado a caminar con nosotros. Es nuestro amigo, nuestro hermano. El que nos ilumina en nuestro camino. Y así lo hemos acogido hoy. Y esta es la primera palabra que quisiera deciros: alegría. No seáis nunca hombres y mujeres tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el desánimo. 


Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros; nace del saber que, con él, nunca estamos solos, incluso en los momentos difíciles, aun cuando el camino de la vida tropieza con problemas y obstáculos que parecen insuperables, y ¡hay tantos! Y en este momento viene el enemigo, viene el diablo, tantas veces disfrazado de ángel, e insidiosamente nos dice su palabra. No le escuchéis. Sigamos a Jesús. 


Nosotros acompañamos, seguimos a Jesús, pero sobre todo sabemos que él nos acompaña y nos carga sobre sus hombros: en esto reside nuestra alegría, la esperanza que hemos de llevar en este mundo nuestro. Y, por favor, no os dejéis robar la esperanza, no dejéis robar la esperanza. Esa que nos da Jesús.


2. Segunda palabra: ¿Por qué Jesús entra en Jerusalén? O, tal vez mejor, ¿cómo entra Jesús en Jerusalén? La multitud lo aclama como rey. Y él no se opone, no la hace callar (cf. Lc 19,39-40). Pero, ¿qué tipo de rey es Jesús? Mirémoslo: montado en un pollino, no tiene una corte que lo sigue, no está rodeado por un ejército, símbolo de fuerza. Quien lo acoge es gente humilde, sencilla, que tiene el sentido de ver en Jesús algo más; tiene ese sentido de la fe, que dice: Éste es el Salvador. Jesús no entra en la Ciudad Santa para recibir los honores reservados a los reyes de la tierra, a quien tiene poder, a quien domina; entra para ser azotado, insultado y ultrajado, como anuncia Isaías en la Primera Lectura (cf. Is 50,6); entra para recibir una corona de espinas, una caña, un manto de púrpura: su realeza será objeto de burla; entra para subir al Calvario cargando un madero. Y, entonces, he aquí la segunda palabra: cruz. Jesús entra en Jerusalén para morir en la cruz. Y es precisamente aquí donde resplandece su ser rey según Dios: su trono regio es el madero de la cruz. Pienso en lo que decía Benedicto XVI a los Cardenales: Vosotros sois príncipes, pero de un rey crucificado. Ese es el trono de Jesús. Jesús toma sobre sí... ¿Por qué la cruz? Porque Jesús toma sobre sí el mal, la suciedad, el pecado del mundo, también el nuestro, el de todos nosotros, y lo lava, lo lava con su sangre, con la misericordia, con el amor de Dios. 


Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, que nadie puede llevárselo consigo, lo debe dejar. Mi abuela nos decía a los niños: El sudario no tiene bolsillos. Amor al dinero, al poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación. Y también –cada uno lo sabe y lo conoce– nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación. Y Jesús en la cruz siente todo el peso del mal, y con la fuerza del amor de Dios lo vence, lo derrota en su resurrección. Este es el bien que Jesús nos hace a todos en el trono de la cruz. La cruz de Cristo, abrazada con amor, nunca conduce a la tristeza, sino a la alegría, a la alegría de ser salvados y de hacer un poquito eso que ha hecho él aquel día de su muerte.


3. Hoy están en esta plaza tantos jóvenes: desde hace 28 años, el Domingo de Ramos es la Jornada de la Juventud. Y esta es la tercera palabra:jóvenes. Queridos jóvenes, os he visto en la procesión cuando entrabais; os imagino haciendo fiesta en torno a Jesús, agitando ramos de olivo; os imagino mientras aclamáis su nombre y expresáis la alegría de estar con él. Vosotros tenéis una parte importante en la celebración de la fe. Nos traéis la alegría de la fe y nos decís que tenemos que vivir la fe con un corazón joven, siempre: un corazón joven incluso a los setenta, ochenta años. Corazón joven. Con Cristo el corazón nunca envejece. Pero todos sabemos, y vosotros lo sabéis bien, que el Rey a quien seguimos y nos acompaña es un Rey muy especial: es un Rey que ama hasta la cruz y que nos enseña a servir, a amar. Y vosotros no os avergonzáis de su cruz. Más aún, la abrazáis porque habéis comprendido que la verdadera alegría está en el don de sí mismo, en el don de sí, en salir de uno mismo, y en que él ha triunfado sobre el mal con el amor de Dios. Lleváis la cruz peregrina a través de todos los continentes, por las vías del mundo. La lleváis respondiendo a la invitación de Jesús: «Id y haced discípulos de todos los pueblos» (Mt 28,19), que es el tema de la Jornada Mundial de la Juventudde este año. La lleváis para decir a todos que, en la cruz, Jesús ha derribado el muro de la enemistad, que separa a los hombres y a los pueblos, y ha traído la reconciliación y la paz. Queridos amigos, también yo me pongo en camino con vosotros, desde hoy, sobre las huellas del beato Juan Pablo II y Benedicto XVI. Ahora estamos ya cerca de la próxima etapa de esta gran peregrinación de la cruz de Cristo. 


Aguardo con alegría el próximo mes de julio, en Río de Janeiro. Os doy cita en aquella gran ciudad de Brasil. Preparaos bien, sobre todo espiritualmente en vuestras comunidades, para que este encuentro sea un signo de fe para el mundo entero. Los jóvenes deben decir al mundo: Es bueno seguir a Jesús; es bueno ir con Jesús; es bueno el mensaje de Jesús; es bueno salir de uno mismo, a las periferias del mundo y de la existencia, para llevar a Jesús. Tres palabras: alegría, cruz, jóvenes.


Pidamos la intercesión de la Virgen María. Ella nos enseña el gozo del encuentro con Cristo, el amor con el que debemos mirarlo al pie de la cruz, el entusiasmo del corazón joven con el que hemos de seguirlo en esta Semana Santa y durante toda nuestra vida. Que así sea.


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FRANCISCO: Audiencia General (Marzo 27); Mensaje (Marzo 18) y Carta (Marzo 16 de 2013)

PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro
Miércoles 27 de Marzo de 2013


Speaker:

[Queridos hermanos y hermanas:

Con el domingo de Ramos, hemos iniciado la Semana Santa, centro de todo el Año litúrgico, en el que acompañamos a Jesucristo en su Pasión, Muerte y Resurrección. ¿Qué significa para nosotros vivir este tiempo? ¿Qué significa seguir a Jesús en su camino hacia el Calvario, hacia la Cruz y la Resurrección?
Significa salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, a la periferia de la existencia, a los más alejados, a los olvidados, a quienes necesitan comprensión, consuelo y ayuda. Vivir este tiempo significa también entrar cada vez más en la lógica de Dios, de la Cruz y del Evangelio. Es seguir y acompañar a Cristo, lo cual exige “salir”: Él ha salido de sí mismo para venir a nuestro encuentro, ha colocado su tienda entre nosotros para traer la misericordia que salva y da esperanza. Es un tiempo de gracia que el Señor nos ofrece para abrir las puertas del corazón, de la vida, de las parroquias y movimientos, saliendo al encuentro de los demás y brindando la luz y el gozo de nuestra fe. Salir siempre con el amor y la ternura de Dios, en el respeto y la paciencia, sabiendo que nosotros ponemos las manos, los pies, el corazón, pero es Dios quien guía y hace fecundas nuestras acciones.]
* * *
Santo Padre:

Saluto cordialmente i pellegrini di lingua spagnola, in particolare i gruppi venuti dalla Spagna, Argentina, Messico ed altri paesi latinoamericani. Auguro a tutti di vivere questi giorni, seguendo il Signore con coraggio e portando e irradiando il suo amore a tutti quelli che troviamo nel cammino della vita, che Dio vi benedica e vi conceda vivere il Triduo Pasquale con fede e devozione.


* * *
Speaker:

[Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, México y los demás países latinoamericanos. Invito a todos a vivir estos días siguiendo al Señor con fortaleza y siendo capaces de irradiar su amor a cuantos encontremos en el camino de la vida. Que Dios los bendiga y les conceda vivir el Triduo Pascual con fe y devoción].

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MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
AL ARZOBISPO DE CANTERBURY JUSTIN WELBY
CON MOTIVO DE LA CEREMONIA DE ENTRONIZACIÓN 
[21 MARZO 2013]

A Su Gracia
Justin Welby
Arzobispo de Canterbury

«A vosotros gracia y paz abundantes» (1 Pedro 1, 2b).
Le agradezco las cordiales palabras contenidas en el mensaje que me ha enviado por mi elección, y deseo a mi vez expresarle mis saludos y mis mejores deseos con ocasión de su entronización en la catedral de Canterbury.

El ministerio pastoral es una llamada a caminar en la fidelidad al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Le aseguro mis oraciones mientras asume sus nuevas responsabilidades y le pido que rece por mí mientras respondo a la nueva llamada que el Señor me ha dirigido.

Espero con agrado encontrarle en un futuro próximo y proseguir las cordiales relaciones fraternas mantenidas por nuestros predecesores.

Vaticano, 18 de Marzo de 2013

FRANCISCO

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CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
AL PREPÓSITO GENERAL DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS,
PADRE ADOLFO NICOLÁS PACHÓN

Querido Padre Nicolás:

Con sumo gozo, he recibido la amable carta que, con ocasión de mi elección a la Sede de San Pedro, ha tenido a bien enviarme, en nombre propio y de la Compañía de Jesús, y en la que me participa su oración por mi Persona y ministerio apostólico, así como su plena disposición para seguir sirviendo incondicionalmente a la Iglesia y al Vicario de Cristo, según el precepto de San Ignacio de Loyola.

Le agradezco cordialmente esta muestra de aprecio y cercanía, a la que correspondo complacido, pidiendo al Señor que ilumine y acompañe a todos los Jesuitas, de modo que, fieles al carisma recibido y tras las huellas de los santos de nuestra amada Orden, puedan ser con la acción pastoral, pero sobre todo, con el testimonio de una vida enteramente entregada al servicio de la Iglesia, Esposa de Cristo, fermento evangélico en el mundo, buscando infatigablemente la gloria de Dios y el bien de las almas.

Con estos sentimientos, ruego a todos los Jesuitas que recen por mí y me encomienden a la amorosa protección de la Virgen María, nuestra Madre del cielo, a la vez que, como prenda de abundantes favores divinos, les imparto con particular afecto la Bendición Apostólica, que hago extensiva a todas aquellas personas que cooperan con la Compañía de Jesús en sus actividades, se benefician de sus obras de bien y participan de su espiritualidad.

Vaticano, 16 de Marzo de 2013

FRANCISCO

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Presidirá FRANCISCO la Liturgia de la Pasión del Señor en la Basílica Vaticana

Vía Crucis 2013


CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.com - Marzo 29 de 2013). A las 17:00 horas de hoy, Viernes Santo, el Papa FRANCISCO presidirá en la Basílica Vaticana la celebración de la Pasión del Señor. Durante la Liturgia de la Palabra, se hace el recuento de la Pasión según San Juan; el Predicador de la Casa Pontificia, Padre Raniero Cantalamessa, O.F.M. Cap., pronuncia la Homilía. La Liturgia de la Pasión prosigue con la Oración universal y la adoración de la Santa Cruz y concluye con la Santa Comunión.

A las 21:15 horas el Santo Padre FRANCISCO presidirá en el Coliseo Romano el Vía Crucis. Las Meditaciones este año estuvieron a cargo de Su Beatitud el Cardenal Béchara Boutros RaÏ

Link:
Librito de la Celebración



FRANCISCO en Casal del Marmo: "Como Cura y como Obispo debo estar a vuestro servicio"


CIUDAD DEL VATICANO, 29 arzo 2013 (VIS).- A las cinco de la tarde de ayer, Jueves Santo, el Papa FRANCISCO salió del Vaticano para ir al Instituto Penal de Menores Casal del Marmo, donde, a las 17.30 horas, celebró la Misa "in Coena Domine", la primera del Triduo pascual, para cincuenta chicos y chicas detenidos en esta cárcel para menores situada en las afueras de Roma. El Papa lavó los pies a diez chicos y dos chicas, y en su homilía dijo que su obligación es ayudar a los demás: "como cura y como obispo debo estar a vuestro servicio, es un deber que nace de mi corazón".

En el momento del lavabo de los pies, el Papa FRANCISCO se arrodilló seis veces, en cada una de ellas lavó los pies de los jóvenes que estaban cerca. El Santo Padre echó el agua, secó los pies de los chicos y luego los besó. Las chicas a las que lavó los pies son una italiana y otra de un país del este de Europa. A continuación publicamos el texto completo de la homilía que el Pontífice pronunció después de la lectura del Evangelio:

"Esto es conmovedor. Jesús que lava los pies a sus discípulos. Pedro no entendía nada, se negaba. Pero Jesús se lo explicó ¡Jesús -Dios- ha hecho esto! Y él mismo explica a sus discípulos: "¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y tenéis razón, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Os he dado ejemplo para que, como yo he hecho con vosotros, también lo hagáis vosotros". Es el ejemplo del Señor: Él es el más importante y lava los pies, para que entre nosotros el que es el más alto tiene que estar al servicio de los demás. Y esto es un símbolo, una señal, ¿no?".

"Lavar los pies es: "yo estoy a su servicio". Y también nosotros, entre nosotros, no es que tenemos que lavar los pies todos los días uno al otro, pero ¿qué significa esto? Que tenemos que ayudarnos, unos a otros. A veces me enfado con uno, con otra ... pero ... olvídalo, olvídalo, y si te pide un favor, hazlo. Ayudarse unos a otros: Jesús nos enseña esto y esto es lo que yo hago, y lo hago de corazón, porque es mi deber. Como cura y como obispo tengo que estar a vuestro servicio. Pero es un deber que nace de mi corazón: lo amo. Amo esto y amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñado. Pero, también vosotros, ayudaos: ayudaos siempre. El uno al otro. Y así, ayudándonos, nos haremos bien. Ahora haremos esta ceremonia de lavarnos los pies y pensamos, cada uno de nosotros piense, "¿yo realmente estoy dispuesta, estoy dispuesto a servir, a ayudar al otro?" Pensemos esto, solamente. Y pensemos que este signo es una caricia de Jesús, que hace Jesús, porque Jesús vino precisamente para esto: para servir, para ayudarnos".

Con el Santo Padre concelebraron el Cardenal Agostino Vallini, el sustituto de Secretaria de Estado, Mons. Giovanni Angelo Becciu, el Secretario del Papa, Mons. Alfred Xuereb, el Capellán de la cárcel, el Padre Capuchino Gaetano Griego. La misa tuvo lugar en la capilla dedicada al "Padre misericordioso", y asistieron alrededor de 50 jóvenes entre ellos 11 muchachas, que son todos los detenidos en esa cárcel. Al final de la ceremonia, Papa FRANCISCO se reunió de nuevo con los chicos en el gimnasio, en presencia, entre otros, de la ministra de Justicia de Italia, Paola Severino. Los muchachos de la cárcel regalaron al Papa un crucifijo de madera y un reclinatorio, hechos por ellos en el taller del Instituto.

Antes de marcharse, Papa FRANCISCO agradeció a los jóvenes su acogida y les dijo: "¡No os dejéis robar la esperanza, siempre con la esperanza, adelante!". Uno de los chicos le preguntó por qué había decidido visitar la cárcel de menores, y el Papa respondió: "es un sentimiento que ha venido del corazón: he sentido ésto. Dónde están los que quizá me ayudarán más a ser humilde, a ser servidor como debe ser un obispo. Y he pensado, he preguntado: ¿dónde están aquellos a los que les gustaría una visita? Y me dijeron: quizá Casal del Marmo. Y cuando me lo dijeron, he venido aquí. Pero esto ha venido del corazón, solo de allí. Las cosas del corazón no tienen explicaciones, vienen solas. Gracias, eh!". Al despedirse dijo a los chicos: "Me despido, muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y no os dejéis robar la esperanza. Siempre adelante. ¡Muchas gracias!".

Variaciones en el Escudo Papal

CIUDAD DEL VATICANO, 29 Marzo 2013 (VIS).- El sitio web del Vaticano ha publicado la nueva versión del escudo papal que prevé el cambio de la estrella, que en vez de 5 puntas tiene 8, como las 8 bienaventuranzas. Además se ha modificado la flor de nardo, que indica a San José, patrono de la Iglesia universal, y ahora se parece más al diseño de esa flor. Por último, el lema de Francisco "miserando atque eligendo", ha sido incluido en un pergamino blanco con bordes rojos. El símbolo de los jesuitas permanece igual. Más datos sobre este escudo se encuentran en www.vis.va, martes 19 de Marzo,"El Escudo de FRANCISCO".


Franciscus - miserando atque eligendo

jueves, 28 de marzo de 2013

El Papa FRANCISCO advierte a los Sacerdotes de que la insatistacción proviene de no salir de sí mismos




CIUDAD DEL VATICANO, 28 Marzo 2013 (VIS).- El Papa FRANCISCO ha advertido esta mañana a los sacerdotes católicos del mundo entero que "la insatisfacción de algunos sacerdotes que terminen tristes y convertidos en una especie de coleccionistas de antigüedades o bien de novedades, proviene de salir poco de sí mismos y perderse lo mejor de nuestro pueblo". Y el Papa les ha dicho con fuerza que no quiere ese tipo de sacerdotes, que en vez de mediadores se han convertido en gestores, y les ha manifestado su deseo: "¡Esto es lo que yo os pido: que seáis pastores con el olor de la oveja! Y que así se perciba".

Casi 10,000 personas han asistido a esta solemne Misa Crismal del Jueves Santo celebrada en la Basílica de San Pedro, presidida por el Santo Padre y concelebrada por todos los Cardenales, Patriarcas, Arzobispos, Obispos y Presbíteros, y con el servicio de diáconos y religiosos, todos ellos presentes en Roma y que sumaban cerca de dos mil.

En su homilía, FRANCISCO también ha señalado que "la prueba más clara para reconocer al buen sacerdote es fijarse en "cómo su pueblo anda ungido" y, por el contrario, ha añadido que "no es precisamente en autoexperiencias ni en introspecciones reiteradas donde vamos a encontrar al Señor: los cursos de autoayuda en la vida pueden ser útiles, pero vivir pasando de un curso a otro, de un método a otro, de método en método, lleva a hacernos pelagianos, a minimizar el poder de la gracia la cual se activa y crece en la medida en que salimos con fe a darnos y a dar el Evangelio a los demás".

Estos mensajes han sido desarrollados a lo largo de una homilía en la que el Papa FRANCISCO ha comenzado recordando a todos los sacerdotes -incluyéndose a sí mismo-, el día de su ordenación como ministros sagrados. En este contexto, el Papa ha explicado lo que significa ser ungidos: "ser para" los demás, y se ha detenido en el sentido de las vestimentas. "Al revestirnos con nuestra humilde casulla, bien podemos sentir sobre los hombros y en el corazón, el peso y el rostro de nuestro pueblo fiel, de nuestros santos y de nuestros mártires... ¡Que en nuestro tiempo, son tantos!", ha exclamado el nuevo Papa.

FRANCISCO se ha detenido asimismo en detallar cómo la belleza de lo litúrgico "que no es puro adorno y gusto por los trapos", ha dicho-, esta destinada a la acción que se espera del sacerdote: "La unción no es para perfumarnos a nosotros mismos, ni mucho menos para que la guardemos en un frasco, ya que el aceite se pondría rancio... Y amargo el corazón".

El Santo Padre ha detallado incluso detalles concretos para animar a los sacerdotes en su misión pastoral y ha comentado: "Nuestra gente agradece el evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana, cuando baja como el óleo de Aarón hasta los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, «las periferias» donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe. Nos lo agradece porque siente que hemos rezado por las cosas de su vida cotidiana, por sus penas y alegrías, por sus angustias y sus esperanzas. Y cuando siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través nuestro, se anima a confiarnos todo lo que quieren que le llegue al Señor: «Rece por mí, padre, que tengo este problema...», «Bendígame» y «rece por mí»", ha contado FRANCISCO.

"Lo que quiero señalar -ha continuado el Papa-, es que siempre tenemos que reavivar la gracia e intuir en toda petición -a veces inoportunas, a veces puramente materiales, incluso banales, pero lo son sólo en apariencia–, el deseo de nuestra gente de ser ungidos con el óleo perfumado, porque sabe que lo tenemos. Intuir y sentir como sintió el Señor la angustia esperanzada de la hemorroísa cuando tocó el borde de su manto".

Antes de terminar su homilía, el Santo Padre se ha dirigido también a los fieles laicos a los que ha pedido que se muestren cercanos a los sacerdotes: "acompañad a vuestros sacerdotes con el afecto y la oración, para que sean siempre Pastores según el corazón de Dios".

En esta Misa Crismal, que abre el Triduo Pascual de la Semana Santa y cuyo rito se celebra en todas las Catedrales del mundo, los sacerdotes han renovado las promesas sacerdotales -de pobreza, castidad y obediencia-, y el Papa ha bendecido los óleos de los catecúmenos y de los enfermos, y el crisma -aceite y bálsamos mezclados- que se utilizará para ungir a los que se bautizan, a los que se confirman y para la ordenación sacerdotal.

Decretos de la Congregación para las Causas de los Santos


CIUDAD DEL VATICANO, 28 Marzo 2013 (VIS).- Ayer miércoles 27 de Marzo, el Santo Padre FRANCISCO, en Audiencia con el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, autorizó la promulgación de los siguientes decretos:

- El milagro atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios Maria Teresa Bonzel -Regina Cristina Guglielmina, fundadora de las Hermanas Pobres Franciscanas de la Adoración Perpetua, de Olpe. Esta religiosa nació en Olpe (Alemania) el 17 de Septiembre de 1830 y murió el 6 de Febrero de 1905.

- El martirio del Siervo de Dios Manuel Basulto Jiménez, Obispo de Jaén (España), y de cinco compañeros sacerdotes, asesinados por odio a la fe en España durante 1936 y 1937.

- El martirio del Siervo de Dios José Máximo Moro Briz y cuatro compañeros sacerdotes de la diócesis de Avila (España), asesinados por odio a la fe en 1936, año de odio y persecución a la Iglesia.

- El martirio del Siervo de Dios Vladimiro Ghika, Sacerdote diocesano, nacido en Istanbul (Turquía) el 25 Diciembre de 1873, asesinado por odio a la fe en Bucarest (Rumania) el 16 de Mayo de 1954.

- El martirio del Siervo de Dios Joaquín Juan Marín y 14 compañeros sacerdotes de la Sociedad de Sacerdotes la Obra Diocesana, asesinados por odio a la fe entre 1936-1938, años de odio y persecución a la Iglesia.

- El martirio del Siervo de Dios Andrés de Palazuelo (Francisco Miguel González Ganzález), Sacerdote profeso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y 31 compañeros de la misma orden, asesinados por odio a la fe en 1936-1937, años de odio y persecución a la Iglesia.

- El martirio del Siervo de Dios Giuseppe Girotti, Sacerdote profeso de la Orden de los Hermanos Predicadores, nacido en Alba Sacerdote (Italia) el 19 de Julio de 190, asesinado por odio a la fe en Dachau (Alemania), en 1945.

- El martirio del Siervo de Dios Stefano Sándor, profesor laico de la Sociedad de San Francisco de Sales, nacido en Szolnok (Ungheria) el 26 de Octubre de 1914 y asesinado el 18 de Junio de 1953, asesinados por odio a la fe en Budapest (Hungría)

- El martirio del Siervo de Dios Rolando Rivi, seminarista, nacido en San Valentino di Castellarano (Italia) el 7 de Enero de 1931, y asesinado por odio a la fe el 13 de Abril de 1945 en Piane di Monchio (Italia).

- Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Eladio Mozas Santamera, Sacerdote diocesano, Fundador de las Hermanas Josefinas de la Santísima Trinidad, nacido en Miedes de Atienza (España) el 18 de Febrero de 1837 y muerto en Plasencia (España) el 18 de Marzo de 1897.

- Las virtudes heroicas del Siervo de Dios, Manuel Aparicio Navarro, Sacerdote diocesano nacido en Madrid (España) el 11 de Diciembre de 1902 y muerto el 28 de Agosto de 1964.

- Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Mosè Lira Serafín, Sacerdote profeso de los Misioneros del Espiritu santo, Fundador de la Congregación de los Misioneros de la Caridad de María Inmaculada, nacido en Tlatempa (México) el 16 de Septiembre de 1893 y muerto en la Ciudad de México (México) el 25 de Junio de 1950.

- Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Generoso del Santísimo Crucifijo (Angelo Fontanarosa), Sacerdote profeso de la Congregación de la Pasión de Jesucristo, nacido en Vetralla (Italia) el 6 de Noviembre de 1881 y muerto en Mascalucia (Italia) el 9 de Enero de 1966.

- Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Olinto Marella, Sacerdote diocesano, nacido en Pellestrina (Italia) el 14 de Junio de 1882 y muerto en San Lazzaro di Savena (Italia), el 6 de Septiembre de 1969.

- Las virtudes heroicas del Siervo de Dios Antonio Kowalczyk, hermano laico de la Congregación de los Misioneros Oblatos de la Virgen María Inmaculada, nacido en Dzierzanów (Polonia), el 4 de Junio de 1866 y muerto en Edmonton (Canadá) el 10 de Julio de 1947.

- Las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Silvia Cardoso Ferreira da Silva, laica, nacida en Paços de Ferreira (Portugal) el 26 de Julio de 1882 y muerta en Oporto (Portugal) el 2 de Noviembre de 1950.

El Santo Padre FRANCISCO nombra a Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires, Argentina


CIUDAD DEL VATICANO, 28 Marzo 2013 (VIS).- Con fecha de hoy 28 de Marzo, el Santo Padre FRANCISCO ha nombrado a Mario Aurelio Poli, Arzobispo Metropolitano de Buenos Aires, en Argentina, trasladándole desde la diócesis de Santa Rosa.

Mario Aurelio Poli nació en Buenos Aires el 29 de Noviembre de1947. Estudió Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de Buenos Aires. Con 22 años entró en el Seminario Metropolitano de Buenos Aires y el 25 de Noviembre de 1978 recibió la ordenación Sacerdotal, incardinándose a la diócesis de Buenos Aires. En la Universidad Católica Pontificia de Argentina se doctoró en Teología.

Como presbítero ha servido en los siguientes sitios: Vicario de la Parroquia de San Cayetano (1978-1980); Superior del Seminario Mayor (1980-1987); Capellán de las Siervas del Espíritu Santo (1988-1991); Asistente Eclesiástico de las Asociaciones de Laicos Fraternidades y Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (1988-1992). Fue Director del Instituto Vocacional «San José» y Miembro del Colegio de Consultores del Consejo Presbiterial. Desde 1980 ha sido Profesor de Historia Eclesiástica en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Pontificia de Argentina.

El 8 de Febrero de 2002 fue nombrado Obispo titular de Abidda y Auxiliar de Buenos Aires, continuando con su actividad docente. Recibió la ordenación episcopal el 20 de Abril de 2002. El 24 de Junio de 2008 fue nombrado Obispo Residencial de la diócesis de Santa Rosa.

En la Conferencia Episcopal Argentina ha sido miembro de la Comisión Episcopal para la Educación Católica y de esta misma comisión en el Ministerio.

Actualmente era el Presidente de la Comisión Episcopal para la Catequesis y la Pastoral Bíblica.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Primera Audiencia General del Papa FRANCISCO: "Seguir a Jesús es aprender a salir de nosotros mismos"


CIUDAD DEL VATICANO, 27 Marzo 2013 (VIS).- ”Me alegra acogeros en esta, que es mi primera Audiencia General”, ha dicho el Papa FRANCISCO a los miles de fieles que llenaban la Plaza de San Pedro para participar en la primera catequesis del Obispo de Roma. “Con gratitud y veneración - ha proseguido - recojo el "testigo" de las manos de mi amado predecesor, el Papa Benedicto XVI. Después de la Pascua reanudaremos la catequesis del Año de la fe. Hoy me quiero centrar en la Semana Santa. Con el Domingo de Ramos comenzamos esta semana - el centro de todo el año litúrgico - en la que acompañamos a Jesús en su Pasión, Muerte y Resurrección”

“Pero -se ha preguntado el Papa- ¿Qué quiere decir para nosotros vivir la Semana Santa? y “¿Qué significa seguir a Jesús en su camino en el Calvario hacia la Cruz y la Resurrección?” . “En su misión terrenal Jesús recorrió los caminos de Tierra Santa; llamó a doce personas sencillas para que permanecieran con él, compartiesen su camino y continuasen su misión(...); habló a todos, sin distinción, a los grandes y los pequeños... a los poderosos y los débiles; trajo la misericordia y el perdón de Dios; curó, consoló, comprendió; dio esperanza. Trajo a todos la presencia de Dios que se interesa por cada hombre y mujer, como hacen un buen padre y una buena madre por cada uno de sus hijos”.

“Dios - ha subrayado FRANCISCO -  no esperó a que fuéramos a Él, fue Él quien vino hacia nosotros(...). Jesús vivió la realidad cotidiana de la gente común (...) lloró cuando vio cómo sufrían Marta y María por la muerte de su hermano Lázaro (...) vivió también la traición de un amigo. En Cristo, Dios nos ha dado la seguridad de que él está con nosotros, en medio de nosotros... Jesús no tiene casa porque su casa es la gente: somos nosotros; su misión es abrir a todos las puertas de Dios, ser la presencia amorosa de Dios”.

En Semana Santa vivimos “la cumbre ... de este plan de amor que corre a través de toda la historia de la relación entre Dios y la humanidad. Jesús entra en Jerusalén para dar el paso final, que resume toda su existencia: se entrega totalmente, no conserva nada para sí mismo, ni siquiera su vida. En la Última Cena, con sus amigos, comparte el pan y distribuye el cáliz "para nosotros". El Hijo de Dios se ofrece a nosotros, pone en nuestras manos su Cuerpo y su Sangre para estar con nosotros siempre ... Y en el huerto de los Olivos, al igual que en el juicio ante Pilatos, no opone resistencia: se entrega”.

Ahora bien “Jesús no vive este amor que lleva al sacrificio pasivamente o como un destino fatal, y desde luego no oculta su profunda turbación humana ante la muerte violenta, pero se entrega con plena confianza al Padre (...) para demostrar su amor por nosotros. Cada uno puede decir: Jesús me ha amado y se ha entregado por mí: por mí”.

“¿Qué significa todo esto para nosotros? Significa que este camino es el mío, el tuyo y el nuestro. Vivir la Semana Santa, según Jesús, no sólo con un corazón emocionado, es aprender a salir de nosotros mismos (..) para salir al encuentro de los demás, para ir a las afueras de la existencia; ser los primeros en movernos hacia nuestro hermanos y hermanas, especialmente los que están lejos, los que han sido olvidados, los que están más necesitados de comprensión, consuelo y ayuda”.

Vivir la Semana Santa es “entrar cada vez más en la lógica de Dios, en la lógica de la Cruz, que no es en primer lugar la del dolor y la muerte, sino la del amor y de la entrega que da vida. Es entrar en la lógica del Evangelio. Seguir a Cristo, acompañarlo, permanecer con él requiere un "salir” de nosotros mismos, de una manera rutinaria de vivir la fe ; de la tentación de encerrarse en unos esquemas que terminan cerrando el horizonte a la acción creadora de Dios Dios salió de sí mismo para venir en medio de nosotros (...) para traer la misericordia (...) que salva y da esperanza. Incluso si queremos seguirlo y permanecer con él, no hay que contentarse con permanecer en el recinto de las noventa y nueve,ovejas tenemos que "salir” para buscar con Él él la oveja perdida, la más lejana”.

“A menudo - ha observado - nos conformamos con algunas oraciones, una misa dominical distraída y no constante, un acto de caridad, pero no tenemos el coraje de "salir” para llevar a Cristo. Somos un poco como San Pedro. Tan pronto como Jesús habla de la pasión, muerte y resurrección, de entrega, de amor a todos, el Apóstol le lleva aparte y lo reprende. Lo que Jesús dice altera sus planes, es inaceptable, pone en crisis la seguridad que él había construido, su idea del Mesías. Y Jesús (...) dirige a Pedro una de las más duras palabras del Evangelio: “Va detrás de mí, Satanás! Porque tu no piensas como Dios, sino como los hombres. Dios piensa con misericordia ... como un padre que espera el regreso de su hijo y va a su encuentro, lo ve venir cuando todavía está muy lejos ... ...señal de que lo esperaba todos los días en la terraza de su casa... Dios piensa como el samaritano que no pasa al lado del desgraciado compaciéndolo, sino socorriéndolo sin pedir nada a cambio, sin preguntar si era judío, samaritano, rico o pobre”,

“La Semana Santa - ha concluido FRANCISCO -  es un tiempo de gracia que el Señor nos da para abrir las puertas de nuestros corazones, de nuestra vida, de nuestras parroquias, de los movimientos, de las asociaciones, y "salir" al encuentro de los demás, acercarnos a ellos para llevar la luz y la alegría de nuestra fe. ¡Salir siempre con el amor y la ternura de Dios”.

Después de la catequesis y de los resúmenes en las diversas lenguas a cargo de los lectores, el Papa saludó a todos y, hablando en italiano se dirigió,entre otros, a los universitarios que participan en el encuentro internacional promovido por la Prelatura del Opus Dei, dándoles las gracias por sus oraciones y afecto al Papa. “Con vuestra presencia en el mundo universitario -dijo- cada uno de vosotros realice lo que deseaba San Josemaría Escrivá: “Es, en medio de las cosas más materiales de la tierra, donde debemos santificarnos, sirviendo a Dios y a todos los hombres”.

En español dijo:

"Queridos hermanos y hermanas: Con el domingo de Ramos, hemos iniciado la Semana Santa, centro de todo el Año litúrgico, en el que acompañamos a Jesucristo en su Pasión, Muerte y Resurrección. ¿Qué significa para nosotros vivir este tiempo? ¿Qué significa seguir a Jesús en su camino hacia el Calvario, hacia la Cruz y la Resurrección? Significa salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, a la periferia de la existencia, a los más alejados, a los olvidados, a quienes necesitan comprensión, consuelo y ayuda. Vivir este tiempo significa también entrar cada vez más en la lógica de Dios, de la Cruz y del Evangelio. Es seguir y acompañar a Cristo, lo cual exige "salir": Él ha salido de sí mismo para venir a nuestro encuentro, ha colocado su tienda entre nosotros para traer la misericordia que salva y da esperanza. Es un tiempo de gracia que el Señor nos ofrece para abrir las puertas del corazón, de la vida, de las parroquias y movimientos, saliendo al encuentro de los demás y brindando la luz y el gozo de nuestra fe. Salir siempre con el amor y la ternura de Dios, en el respeto y la paciencia, sabiendo que nosotros ponemos las manos, los pies, el corazón, pero es Dios quien guía y hace fecundas nuestras acciones".