CIUDAD DE MÉXICO
(Agencia Fides, 07/07/2014) – De acuerdo con datos de la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, en México 8.1 millones de mujeres
indígenas viven en condiciones de violencia dentro de la familia,
abusos, agresiones físicas y morales, además de no tener acceso a
los servicios de salud y educación. La secretaría de la Comisión
de Igualdad de Género, de la Cámara de Diputados, ha expresado que
esos datos que corresponden al 2013, revelan la compleja situación
en que se encuentra ese sector de la población. Las mujeres
indígenas desempeñan un papel esencial en la recomposición del
país, y este es otro de los muchos motivos para reducir las enormes
diferencias entre marginalidad y justicia social, dando lugar a
nuevos modelos de desarrollo de acuerdo las expectativas culturales,
sociales, políticas, económicas y de justicia. Ahora se ha
propuesto una iniciativa gracias a la cual se podrán mejorar las
condiciones de vida de esta parte de la población. Concretament e,
la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
(CDI) llevará adelante junto con el Instituto Nacional de las
Mujeres, programas de capacitación permanente, que fomenten el
conocimiento de los derechos humanos de las niñas y mujeres
indígenas y prevengan la violencia en su contra.
El objetivo es
contribuir a la generación de políticas públicas orientadas a
fortalecer la igualdad de condiciones, el acceso de la población
femenina a sus derechos y la garantía de vivir libres de violencia.
En el 2012, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) señalo que, del total de la población indígena en México,
3.3 millones no satisfacían sus necesidades alimenticias básicas.
Además el nivel de escolaridad está relacionado con la alta
mortalidad materna, ya que el 36.5 por ciento de las mujeres
fallecidas en los municipios con más de 70 por ciento de población
indígena carecía de instrucción y 24.7 por ciento tenía la
primaria incompleta.