Los
esposos Galindo Rubio, que están casados desde hace 45 años y tienen
dos hijos y cuatro nietos, recordaron que sus primeros años fueron
difíciles, sobre todo debido a los problemas económicos que encontraron y
que incluso algunos familiares les aconsejaron separarse por ese
motivo. ''A pesar de la insistencia para que dierámos ese paso, Andrés y
yo -afirmó Clara Rubio- decidimos luchar contra el desequilibrio que
habia provocado aquel suceso y sacar adelante nuestro matrimonio y Ia
familia que empezábamos a formar, aunque esta decisión fue sin tener una
conciencia clara de lo que significaba el sacramento del matrimonio.
Poco tiempo después, gracias a Dios tuvimos la oportunidad de vivir una
experiencia de relación en el Encuentro Matrimonial Católico, en donde
aprendimos a comunicarnos, a saber perdonar, pero sobre todo a conocer
cual era el plan de Dios para nosotros como matrimonio y como familia. Y
así seguimos luchando por nuestra relación, pero ahora con un poco mas
de conciencia de acuerdo al plan de Dios''.
Años
después, en otra época de dificultades económicas, después de visitar
la basílica de Guadalupe, decidieron colaborar con la Pastoral Familiar
de su diócesis. La decisión les llevó a dar su aportación en diversos
lugares de Centroamérica, donde a lo largo de los años han constado que
''los grandes problemas por lo que pasan las familias son provocados por
factores sociales, culturales, políticos, educativos, económicos y
religiosos y el matrimonio y la familia, se ven debilitados y frágiles, y
su propia fuerza necesita ser rescatada a traves de la formación y
enseñanza de su identidad y misión''. Para ello, concluyó Rubio la
pastoral de la familia, requiere en este tercer milenio, ''pastores
enamorados del proyecto de Dios'' que acompañen y formen a las familias
para que descubran y vivan ''su identidad y su misión''.
El
6 de octubre hablaron ante los Padres Sinodales el matrimonio Nkosi
casados desde hace 35 años con 5 hijos y ocho nietos. Tres de sus hijos,
como relató Jabu Nkosi, han contraído matrimonio católico con personas
no católicas, pero caminan ''con dos credos y un solo amor''. Uno de sus
yernos y una de sus nueras quieren convertirse al catolicismo y en la
próxima Pascua, en 2016, serán acogidos en la Iglesia Católica.
El
matrimonio ha acompañado a lo largo de 33 años a muchos jóvenes con los
que han compartido su experiencia de vida, la palabra de Dios y las
enseñanzas de la Iglesia. ''Les hemos transmitido- dijo Jabu Nkosi- la
Buena Nueva del amor de Dios por nosotros a través de su Hijo
Jesucristo. Y nosotros en nuestra vida de cada día tratamos, a través de
la gracia de Dios, de ser una buena noticia para el otro, para las
parejas jóvenes y para el mundo. Esto es posible dejando que la Palabra
de Dios, Cristo mismo, sea nuestra brújula''.
''Tenemos
y hemos tenido nuestros numerosos retos: quizás el no ver las cosas de
la misma manera o el hacerse daño el uno al otro de alguna forma
-prosiguió- pero nuestra redención siempre ha sido tratar de ser lo
suficientemente humilde como para decir. ''Lo siento". Las palabras del
Santo Padre, "perdón, gracias y ¿puedo?" son indispensables si queremos
vivir en paz y armonía en nuestra familia. Es importante recordar
decirse el uno al otro ''Te amo" y decírselo también a los niños. El
Papa Benedicto XVI en su Encíclica ''Caritas in Veritate'' destacaba la
importancia del amor como el principio vital de la sociedad, el lugar
donde una persona aprende el bien común, ya que la familia es el primer
lugar donde, una nueva persona aprende a amar, a perdonar, experimenta
el perdón y aprende a compartir''.
''La
decisión que tomamos hace 35 años es la que seguimos tomando todos los
días para cuidar unos de otros en la familia y para ser fieles el uno al
otro como cuando nos comprometimos a amar para siempre. En la sociedad
moderna que, desgraciadamente, ha desarrollado una cultura de usar y
tirar, este tipo de compromiso parece una tontería y es ridiculizado y
desaconsejado. Los jóvenes, entonces, tienden a tener miedo de casarse y
consideran este compromiso como una carga. Nosotros estamos llamados a
animarles a emprender el viaje del Santo Matrimonio mirando a Cristo
como su nueva esperanza''.
''Hemos
experimentado la nueva vida que nace, y hemos visto a nuestros padres
ayudarnos a criar a nuestros hijos. También les hemos visto envejecer,
volverse más frágiles y les hemos cuidado hasta que han acabado su
existencia. Hemos visto a nuestros hijos volverse padres y a nosotros
mismos ser ahora un apoyo para ellos y sus familias. Seguimos
transmitiéndoles nuestra fe, todos los valores cristianos y la cultura
de "Ubuntu" - humanitarismo. Nos da alegría y satisfacción y ha hecho
nuestra vida más rica y plena a través de la gracia de Dios'', finalizó
Nkosi.