Se
llama Don porque es un ''don'' verdadero de esa comunidad religiosa, y
de la Misericordia porque misericordia es el segundo nombre del amor que
se expresa a través de gestos concretos y generosos hacia los demás,
informa un comunicado de la Limosnería Apostólica, que ha financiado y
efectuado las obras para adaptar el local a las necesidades de sus
usuarios. El dinero procede de la distribución de los pergaminos con la
bendición apostólica y de donativos individuales. Además la Limosnería,
junto con las religiosas de Madre Teresa de Calcuta, se ha comprometido a
sostener económicamente toda la actividad del dormitorio.
La
estructura puede hospedar a treinta y cuatro personas (hombres). Las
religiosas que lo administran son las mismas que asisten a las personas
necesitadas en la Estación Termini y en San Gregorio en el Celio. El
reglamento del Don de la Misericordia prevé un coloquio con las
religiosas para la aceptación y el registro de los solicitantes (en la
casa Don de María en el Vaticano); una permanencia como máximo de
treinta noches, un horario preciso que regula la hora de entrada en el
dormitorio (de las 18.00 a las 19.00), de apagar la luz y del descanso,
de despertarse (6.15), de la limpieza personal, del arreglo de la cama
y el armario personales, y del cierre de la estructura (8.00) para las
labores de limpieza general.
Las
personas que se queden a dormir podrán cenar en el comedor del Don de
María para ir después al descansar; también pueden desayunar en el mismo
local del dormitorio antes de salir y utilizar las duchas en la
Columnata de la Plaza de San Pedro.
Hay
que recordar que desde 1988 dentro del Vaticano, precisamente en la
casa Don de María, hay cincuenta camas para que puedan pasar la noche
las mujeres necesitadas que lo soliciten, entre las cuales treinta son
huéspedes habituales.