TÚNEZ (Agencia Fides, 09/10/2015) - “Estamos contentos porque es un reconocimiento y
un estímulo a la democracia tunecina”, dice el padre Jawad Alamat,
Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias de Túnez, al
comentar la concesión del Premio Nobel de la Paz en 2015 al Cuarteto
para el diálogo nacional tunecino.
“Vivimos en una situación difícil, de lucha contra el terrorismo y la
pobreza”, dice el sacerdote. “El Premio Nobel de la Paz es un gran
impulso y un honor para Túnez, que no sólo es visto como el país que
inició el terremoto en el mundo árabe, que con su revolución ha dado
vida a el derrocamiento de regímenes en otros países, sino que es
reconocido como un país que está haciendo un camino hacia una democracia
difícil, pero posible, en un mundo árabe-musulmán”.
Es un estímulo para Túnez, pero también una señal fuerte pare el resto
del mundo árabe y de la propia Europa, porque demuestra que en un país
árabe, a pesar de todos los obstáculos puestos por el terrorismo y por
las condiciones sociales y económicas, es posible tener una
confrontación pacífica a través del diálogo y el respeto mutuo”, dice el
padre Jawad. “Damos gracias a Dios y a todos los que han querido
otorgar este premio a Túnez”, dice el sacerdote.
El Cuarteto, formado en 2013, compuesto por UGTT, el Sindicato de
Trabajadores de Túnez, por la Unión de Industria, Comercio y Artesanía,
por la Liga Tunecina de Derechos Humanos y por la Orden Nacional de
Abogados tunecinos, ha trabajado para hacer que Túnez saliese de los
meses de estancamiento político en los que había caído tras los
asesinatos de dos opositores, Choukri Belaid y Mohammad Ibrahim,
permitiendo al país el reanudar el proceso de transición democrática.