Stuttgart, ALEMANIA (Agencia Fides, 09/10/2015) - “Después de todo, muchos de los problemas
que ahora ocupan las primeras posiciones en el debate internacional
sobre la migración estaban presentes en tiempos pasados, que han visto
este fenómeno en constante evolución y, de vez en cuando, se han sentido
acosados por uno o el otro factor emergente. Las migración, de hecho,
son un hecho que caracteriza a la historia de la humanidad”. Lo ha
recordado el p. Gabriele Bentoglio, Scalabriniano misionero, Secretario
del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes,
en su discurso durante el Scalabrini-Fest de los Frutos 2015, que se
celebró en el Centro de Espiritualidad de Stuttgart del 2 al 4 de
octubre, organizado por las Misioneras Seculares Scalabrinianas, con
unos 250 participantes de 29 nacionalidades.
Según la información enviada a la Agencia Fides, en el informe titulado
“El mundo entero está en movimiento: la intuición profética de Juan
Bautista Scalabrini”, el p. Bentoglio ha subrayado que ya en la segunda
mitad del siglo XIX, “Scalabrini se dio cuenta de la importancia
política, social y religiosa del fenómeno migratorio en las sociedades
modernas y de su dimensión universal. Aunque era consciente de que las
migraciones a menudo son acompañadas por profundas injusticias y
explotaciones continuas, Scalabrini vio en ellos un reto lleno de
esperanza, dando una visión providencial”. El Magisterio de la Iglesia
ha hecho suyas, a lo largo de las décadas, las grandes intuiciones de
Scalabrini, tanto en lo que se refiere a la visión de fe de la
migración, como a los métodos de acompañamiento pastoral de los
migrantes y las intervenciones sociales y políticas en su favor.
Dirigiéndose a los fieles reunidos para la celebración de la Eucaristía,
el Obispo Auxiliar de Stuttgart, Su Exc. Mons. Thomas Maria Renz, ha
querido dar una bienvenida especial a quieres de entre los presentes
había llegado hace poco a Alemania. Algunos han alzado la mano:
refugiados eritreos, iraquíes y sirios, peor también estudiantes jóvenes
o inmigrantes de otros países europeos. Un gesto significativo: en
Alemania, destino de muchos movimientos migratorios y en los últimos
meses de muchos refugiados que huyen de la guerra, el obispo ha querido
manifestar toda la atención de la Iglesia Católica, comprometida en
primera línea en la acogida.