Pekín, CHINA (Agencia Fides, 08/02/2016) – “¡Que bonito es ser católico!” lo ha dicho con
emoción y sobre todo con estupor, una mujer que ha sido testigo de la
visita de sacerdotes y laicos a los enfermos del hospital, en la víspera
del Año Nuevo Chino, que se celebra el 8 de febrero y que inaugura “el
año del mono”. Según la información recogida por la Agencia Fides, la
comunidad católica de la Chica continental vive este evento según la
costumbre, realizando obras de caridad y misericordia, llevando “la paz y
el amor de Cristo” a los enfermos, los ancianos solos, los
desfavorecidos y necesitados, viviendo así el Año de la Misericordia
según las indicaciones del Papa.
Con una temperatura de 20 grados bajo cero, la parroquia de Dong He de
la comunidad de Bao Tou en la Mongolia Interior, ha comenzado las
visitas pastorales el 2 de febrero con el tema “Dios es Amor y
Misericordia”. Los laicos católicos, organizados por la parroquia, han
ofrecido sus coches y su financiación para entregar las ayudas a las
comunidades eclesiales de base más remotas, a los más pobres de entre
los pobres. En todos los encuentros, además de entregar las ayudas
materiales, el sacerdote del grupo también ha administrado los
sacramentos, dando copias de la “Misericordiae Vultus”, la bula de
convocación del Jubileo extraordinario de la Misericordia.
Durante las visitas al hospital y al hogar de los ancianos de la
parroquia de la Santa Trinidad de la comunidad de Jiu Jiang, provincia
de Jiang Xi, los sacerdotes han dado la unción a los enfermos y la
Eucaristía orando junto a los ancianos postrados en sus lechos. El hijo
de una señora anciana, después de la visita, ha dijo al grupo: “Ahora
entiendo el por qué de la fe católica de mi madre, creo que es hora de
que yo también vuelva a la Iglesia”.
La parroquia de Fan Ga, de la diócesis de Xian Xian, en la provincia de
He Bei, ha donado ayuda material y espiritual a 31 familias pobres,
viviendo en primera persona el Año de la Misericordia.
Por su parte, la comunidad de Wen Zhou, ha querido poner en primer lugar
el cuidado pastoral de los universitarios, que ahora están de
vacaciones por el Año Nuevo chino, para ayudarles a vivir el Año de la
Misericordia. Durante el campamento, organizado del 28 de enero al 3 de
febrero, más de 230 universitarios han “encontrado a Jesús en la oración
y la vida en comunidad, en un ambiente fraternal, así como han podido
reflexionar y discernir la propia vocación cristiana”.