Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 11/10/2016) - “Este caso es una demostración muy clara de la
situación confusa en la que vive nuestro país”, dice a la Agencia Fides
el cardenal John Onaiyekan, Arzobispo de Abuja, al comentar la detención
por cargos de corrupción, de 7 jueces (posteriormente puestos en
libertad bajo fianza) por el Department of State Security Service (DSS),
el servicio de seguridad Federal de Nigeria. El DSS afirma haber puesto
bajo investigación a 15 jueces y de haber incautado 800.000 dólares
(715.000 euros) en el curso de las redadas en los domicilios de los
sospechosos.
“El estado de confusión – explica el cardenal a Fides - deriva del hecho
de que por un lado existe la corrupción rampante, incluso dentro del
poder judicial; por otro lado estas detenciones han provocado un
acalorado debate sobre lo que dice la Constitución en lo que respecta a
las acusaciones contra los jueces”. “Entre los jueces que están bajo
investigación, se encuentran algunos que forman parte de la Corte
Suprema. Por lo tanto, la crisis es muy grave”, dice el cardenal.
El Consejo Nacional de la Magistratura y varios abogados defensores de
los derechos humanos han criticado la investigación alegando que temen
que forme parte de una maniobra para intimidar a la magistratura por
parte del poder ejecutivo.
“Es bien sabido, los que tienen dinero pueden obtener una sentencia
favorable. En mi opinión, es hora de que los jueces corruptos sean
expulsados del poder judicial, después de un proceso claro y
transparente, de modo que todo el país sepa de que se trata”, ha dicho
el cardenal Onaiyekan. “Los jueces corruptos son pocos y deben ser
perseguidos por la ley, para que otros puedan seguir haciendo su
trabajo”.
El Presidente Muhammadu Buhari ha lanzado una importante campaña contra
la corrupción que ha sido bien recibida por la Conferencia Episcopal.
Según el purpurado, “el problema es que el gobierno y las agencias que
se dedican a la lucha contra la corrupción realizan acciones que no
parecen respetar el estado de derecho. Porque para la ley nigeriana un
acusado es inocente hasta que su culpabilidad sea probada en los
tribunales”.
“Para evitar que las sospechas recaigan sobre todo el poder judicial, se
debe seguir los procedimientos legales y llevar rápidamente a los
acusados ante juicio. Tenemos que evitar hacer sufrir a la nación de
Nigeria”, concluye el cardenal.