Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 11/10/2016) – En el continuo bloqueo institucional que
caracteriza a la escena política libanesa, las hipótesis recientes para
superar la parálisis y revitalizar el Parlamento recurriendo a una
“legislación de necesidad”, fuera de los mecanismos establecidos sobre
los que descansa el delicado equilibrio institucional del Líbano
(hipótesis prefigurada en particular por el presidente de la Camara,
Nabih Berri) aún no han encontrado consenso entre la oposición. Pero en
los últimos días, las siglas políticas cristianas más importantes,
aunque alineadas en lados opuestos, han subrayado unánimemente su
disposición a reanudar activamente su participación en la vida
parlamentaria, si se pone al centro de los trabajos la discusión de la
renovación de la ley electoral en vista de las próximas elecciones
legislativas, previstas para junio de 2017.
“Queremos una ley electoral que asegure una representación efectiva y
justa de los cristianos que están luchando para recuperar sus derechos
fundamentales dentro de la administración y de los órganos del estado”,
ha declarado a un periódico libanés al ex ministro Gaby Layoun, miembro
del bloque parlamentario “Cambio y reforma”, que está encabezado por el
ex general Michel Aoun. Pero también los miembros de las Fuerzas
Libanesas, el partido rival dirigido por Samir Geagea, ha anunciado su
boicot a los procedimientos parlamentarios a menos que no se ponga en
agenda la cuestión de la ley electoral.
Una petición a la que también parece converger el Partido Kataeb:
formación política independiente que se niega, por principio, a
participar en las sesiones parlamentarias en la situación actual que ve
vacante desde casi dos años y medio el puesto de jefe de Estado.
Pero el
ex ministro Selim Sayegh, representante de Kataeb, ha dicho que “el
Kataeb participará en una sesión parlamentaria si la ley electoral está
dentro de la agenda”.
Ya en enero de 2013, las principales fuerzas políticas cristianas
(Corriente Patriótica Libre, Fuerzas Libanesas, Kataëb y Marada), a
pesar de pertenecer a diferentes bloques políticos, habían expresado su
consenso unánime al proyecto de ley formulado por el “Rassemblement
ortodoxo”.
La controvertida propuesta de reforma preveía convertir al Líbano en un
distrito electoral donde cada ciudadano vota sólo por los miembros que
pertenecen a su propia confesión religiosa. Este planteamiento fue
abandonado efectivamente después de las declaraciones radicales
expresadas con respecto a ella por los parlamentarios cristianos
independientes y por el cristiano maronita Michel Sleiman, quien
entonces ocupaba el cargo de Presidente de la República Libanesa.