miércoles, 12 de octubre de 2016

Saluda el Pontífice a los peregrinos de diversos idiomas

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 12 de octubre de 2016).-  En los saludos a los peregrinos procedentes de diversos países, el Papa FRANCISCO recordó entre los de lengua árabe a los restauradores de la Basílica de la Natividad en Jerusalén a quien acompañaba el vicario general de Tierra Santa, fray Dobromir Jasztal.


Entre los de habla portuguesa mencionó al grupo de Cabanelas y Cervaes de Sao Paulo y a los miembros de la Comunidad Shalom. También saludó a los peregrinos húngaros de Budapest, Lövete y Brasov, de la Arquidiócesis de Alba-Iulia, venidos a Roma para la ordenación diaconal de los alumnos del Pontificio Colegio Germano-Húngaro.


En italiano dio la bienvenida a los organizadores y participantes en el “Partido por la paz y la solidaridad” que se juga esta noche en el estadio Olímpico de Roma y, al final, se dirigió, como es habitual, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “Ayer celebramos –dijo– la memoria de San Juan XXIII. Invocad su intercesión celestial, queridos jóvenes, para imitar la dulzura de su amor paterno; rezadle en los momentos de la cruz y el sufrimiento, queridos enfermos, para hacer frente a las dificultades con su misma mansedumbre; aprended de él, queridos recién casados, el arte de educar a los hijos con la ternura y con el ejemplo”.


Estas fueron sus palabras en español:


Queridos hermanos y hermanas:


En las catequesis anteriores hemos reflexionado sobre el misterio de la misericordia de Dios, desde el actuar del Padre en el Antiguo Testamento hasta el de Jesús, quien a través de las narraciones evangélicas, se nos muestra, en sus palabras y en sus gestos, como la encarnación de la misma Misericordia.


No es suficiente haber experimentado la misericordia de Dios en nuestra vida, debemos ser su signo e instrumento a través de pequeños gestos concretos. Estos tienen valor a los ojos del Señor, hasta el punto de ser el criterio sobre el que seremos juzgados. La Iglesia ha llamado a estos pequeños gestos «obras de misericordia corporales y espirituales», que tocan las exigencias más importantes y esenciales de las personas.


En un mundo donde reina la indiferencia, las obras de misericordia son el mejor antídoto contra ella, porque nos educan a estar atentos a las necesidades más elementales de nuestros «hermanos más pequeños» y más vulnerables. En las próximas catequesis meditaremos sobre cada una de estas obras, que son el modo concreto de vivir la misericordia, y hacer nuestra fe viva y operosa con la caridad.


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los provenientes de España y Latinoamérica. Que el Espíritu Santo encienda en nosotros el deseo de practicar las obras de misericordia, para que nuestros hermanos sientan presente a Jesús, que no los abandona en sus necesidades sino que se hace cercano y los abraza con ternura. Muchas gracias.