Manila, FILIPINAS (Agencia Fides, 11/10/2016) - “La pena de muerte no resuelve el problema de
la delincuencia. Es una falsa esperanza”: lo afirma, en una nota enviada
a la Agencia Fides, la Comisión para la pastoral de prisiones de la
Conferencia Episcopal de Filipinas, instando al presidente Rodrigo
Duterte y a los partidos políticos a que abandonen el proyecto de volver
a poner en vigor la pena de muerte en el país.
Rodolfo Diamante, laico católico y secretario ejecutivo de la Comisión,
ha destacado que “la pena de muerte no es un medio eficaz de disuasión
para la delincuencia” y volver a introducirla sería “una afrenta a la
dignidad humana”.
“Apelamos al Presidente y a nuestros legisladores para que no recurran a
una presunta 'solución rápida' al problema de la delincuencia, dejando
de dar una falsa esperanza a la gente de que esta solución existe, y es
la pena de muerte”, ha dicho en el “Día Mundial contra la pena de
muerte”, que se celebra el 10 de octubre.
La Iglesia reitera su firme compromiso contra la pena capital y en el
sensibilizar las conciencias para mejorar las políticas de lucha contra
la delincuencia. “La muerte nunca es la respuesta. Así como la pena de
muerte no es la respuesta a los crímenes violentos, el aborto no es la
respuesta para los embarazos no deseados”, ha enfatizado Diamante,
señalando también que “los homicidios de traficantes de drogas, que
ocurren en el país, son una farsa para la eficacia en la lucha contra la
delincuencia”.
Mientras se comprometen en la lucha contra la corrupción, las drogas y
la delincuencia, los cristianos “están llamados también a defender y
proclamar la inviolabilidad de la persona humana, que es la imagen de
Dios”, ha dicho Diamante, recordando que “la vida humana es
intrínsecamente valiosa e incluso aquellos que cometen crímenes siguen
siendo depositarios de la dignidad humana inalienable”.