Chiang Mai, TAILANDIA (Agencia Fides, 05/07/2021) – “La situación de la pandemia no mejora, los
contagios aumentan y la situación es preocupante. Hasta la fecha, se
han registrado más de 6 mil casos, de los cuales 207 en prisiones. El
número está creciendo y la gestión está fuera de control” lo escribe a
la Agencia Fides el padre Ferdinando Pistore, misionero fidei donum en
la parroquia de San Francisco en Lamphun, en el norte de Tailandia.
“No es posible otro cierre porque la economía no se sostendría y no hay
forma de evitarlo. La situación de la vacunación es lenta, menos de 10
millones de personas están vacunadas con la primera dosis y menos de 3
millones con la segunda. Estamos esperando los suministros, actualmente
tenemos las dos vacunas chinas y la de Astra Zeneca, todas las demás
vacunas aprobadas aún no han llegado”, explica el misionero.
“Como mínimo remedio en Bangkok, por ejemplo, donde los contagios son
más complicados de gestionar debido a las variantes, se pensó en cerrar
lugares específicos y hacer pequeñas zonas rojas. Otro experimento que
intentaron hacer es crear una isla turística donde los turistas puedan
llegar con un certificado de vacunación y pasar 14 días en Puket,
siguiendo unas normas muy estrictas. Si, después de 14 días, dan
negativo, también pueden hacer turismo en Tailandia. Aquí en el norte -
escribe don Ferdinando -, de momento la situación parece más halagüeña,
al menos en Lamphun. Pero en Chiang Mai y las provincias cercanas los
problemas persisten, especialmente para la gente que va y viene de la
capital y las zonas rojas. Antes de las Navidades en el país se
registraban menos de 4.000 contagios mientras que hoy, en un día, se
superan los 6.000. Actualmente hay más de 243.000 contagiados, con 61
muertes en un día”.
“Esta es la situación de Covid 19 por nuestra parte, mientras que respecto a Myanmar desgraciadamente no tenemos noticias: confidencialmente, hemos intentado encontrar a alguien que pueda traer medicamentos de allí pero una vez que cruzan la frontera o llegan al bosque ya no sabemos nada, si se distribuyen, en qué medida y a quién. La comunidad de inmigrantes birmanos que está presente aquí sigue trabajando con nosotros. En nuestra parroquia de Lamphun, desde el domingo de Albis que habíamos cerrado, conseguimos abrir el domingo pasado sólo para la misa, no podemos hacer reuniones, lo único era mantener el contacto con los niños por internet para mostrar nuestra atención y presencia, mientras que arriba en los pueblos todo sigue cerrado. La catedral de Chiang Mai estaba abierta un domingo, pero cerrada el siguiente. No vemos cómo puede evolucionar la situación sin una campaña de vacunación más avanzada”, concluye don Pistore.