Mumbai, INDIA (Agencia Fides, 06/07/2021) - El jesuita indio Stanislaus Lourduswamy, más
conocido como el padre Stan Swamy, injustamente detenido por su
compromiso en defensa de los adivasis (“habitantes originarios” de la
India), murió ayer, 5 de julio, en un hospital de Mumbai, en el oeste de
la India. Tenía 84 años. Según informó el Dr. Ian D'souza, director del
Hospital Católico de la Sagrada Familia, donde estaba ingresado, el 4
de julio fue puesto en cuidados intensivos tras sufrir una parada
cardíaca. Su muerte ha sido consecuencia de una infección pulmonar, por
complicaciones posteriores al COVID-19 y de la enfermedad de Parkinson,
que ya padecía.
Según ha informado el Padre Jerry Cutinha, Provincial de los jesuitas de
Mumbai, los restos mortales del Padre Swamy serán incinerados en Mumbai
y las cenizas serán llevadas primero a Ranchi, donde vivió durante 18
años, y luego a Jamshedpur en Jharkhand, sede de su provincia, para su
entierro final. La misa de funeral está prevista para las 16:00 horas de
hoy, 6 de julio, en la Iglesia de San Pedro, cerca del Hospital de la
Sagrada Familia, en Bandra, un suburbio de Bombay.
El jesuita llevaba detenido desde el 8 de octubre de 2020 acusado de
delitos relacionados con el terrorismo y actividades subversivas. Stan
Swamy había sido detenido junto con otras 15 personas, implicadas en
ONG, por cargos relacionados con el terrorismo. Entre los detenidos se
encuentran promotores de derechos humanos, periodistas y académicos
arrestados en relación con los incidentes ocurridos en 2018 tras una
manifestación de dalits y tribales, conocida localmente como el “caso
Bhima Koregaon”.
Observadores independientes y miembros de la sociedad civil de la India
afirman que el padre Swamy era considerado un opositor al gobierno
porque luchaba por la aplicación de leyes, aprobadas por el Parlamento,
que promueven la vida de los pueblos tribales y sus derechos
constitucionales.
Expresando su profunda tristeza, el Cardenal Oswald Gracias, Presidente
de la Conferencia Episcopal de la India, ha declarado que “la vida y el
compromiso con los pobres indígenas y sus luchas emprendidos por el
Padre Swamy serán recordados para siempre”. “La detención de Stan es una
herida. Según el derecho penal indio, uno es inocente hasta que se
demuestre su culpabilidad. El caso del Padre Stan ni siquiera fue
escuchado. Esperamos con impaciencia que el caso sea examinado por un
tribunal y que la verdad salga a la luz”, ha dicho el cardenal en una
nota enviada a la Agencia Fides. El cardenal, que el 21 de enero de este
año había pedido al primer ministro Narendra Modi la liberación del
padre Swamy, ha señalado que el sacerdote “trabajó incansablemente por
los desposeídos y oprimidos, dándoles un sentido de dignidad y elevando
sus vidas”.
En su mensaje, monseñor Felix Toppo, arzobispo de Ranchi, en Jharkhand,
ha dicho que el padre Swamy era “un campeón de los derechos tribales, un
luchador por la justicia y un símbolo de valor”. “El hecho de que un
religioso, que padecía la enfermedad de Parkinson, haya sido detenido a
los 84 años, se le haya denegado la fianza y haya contraído Covid en la
cárcel es un hecho muy triste: han detenido a un inocente y los
tribunales le han denegado la fianza. Como seres humanos, somos débiles e
indefensos ante nuestro cruel sistema judicial”.
Cedric Prakash, jesuita indio que siguió de cerca el proceso judicial,
lo define como “un mártir de la justicia y la paz, que vivió toda su
vida en un servicio apasionado y desinteresado a los hermanos y hermanas
marginados”.
Según Gladson Dungdung, líder tribal de Jharkhand, “el padre Swamy era
un promotor intrépido, sensible y neutral de los derechos humanos”. “El
gobierno estatal – continua -, lo definio ‘maoísta’ por oponerse a la
'Operazione Greenhunt', llevada a cabo por el gobierno indio, y le llamó
traidor por apoyar al Movimiento Pathalgadi, que defendía los derechos
de indígenas inocentes. Al final, el gobierno puso entre rejas a todos
los que impugnaron legalmente los abusos cometidos por las fuerzas del
Estado. Para nosotros, el padre Swamy es un asesinato de Estado, que
condenamos enérgicamente”.
“Swamy vive en nuestra memoria y vivirá para siempre. Espero que su vida
y su lucha nos inspiren en la campaña para resucitar los derechos
humanos, la dignidad humana y el valor de la compasión. Debemos
esforzarnos por mantener vivo el recuerdo de la vida y la lucha del
padre Swamy”, dice a Fides Irfan Ingeniero Director del “Centro para el
Estudio de la Sociedad y el Secularismo”.
“Nadie debería tener este final debido a las inadecuadas instalaciones
médicas dentro de la prisión”, ha señalado el padre jesuita Arockiasamy
Santhanam, portavoz del Foro Nacional de Religiosos y Sacerdotes
Abogados.
“La de Swamy ha sido una muerte anunciada. Estaba claro que el Estado
había decidido ejercer toda la fuerza de la venganza sobre él y otros
por atreverse a hablar en favor de los pobres y los indigentes”, afirma
la All Indian Catholic Union, la mayor asociación de católicos laicos
del país. “Las preguntas legítimas relativas a su detención,
encarcelamiento, denegación de la fianza y las tristes circunstancias de
su muerte perturbarán la conciencia colectiva de la nación durante
mucho tiempo”, se lee en una declaración publicada por la Indian
Catholic Press Association.