Liwonde MALAWI (Agencia Fides 17/03/2021) – “Todos somos iguales, debemos apoyarnos y
animarnos unos a otros para que también las personas con VIH puedan
participar en las actividades de la iglesia y en el trabajo de
desarrollo del país”. La advertencia ha sido emitida por la coordinadora
sanitaria nacional católica de la Conferencia Episcopal de Malawi
(ECM), Bertha Magomero, a todos aquellos que discriminan a las personas
con VIH y SIDA.
Durante una reciente reunión de supervisión celebrada en el distrito de
Machinga, Liwonde, con voluntarios VIH positivos involucrados en la ECM,
líderes religiosos y distribuidores de kits de prueba del VIH que
trabajan bajo el proyecto Faith and Community Initiative (FCI), Bertha
Magomero ha enfatizado que solo evitando toda discriminación el país
podrá ser un lugar mejor en el que vivir.
“Es triste notar que incluso los familiares son los primeros en
discriminar a las personas que viven con el VIH y el SIDA. Estas
personas viven vidas más saludables que las que no han sido
diagnosticadas. Magomero ha agregado que estas actitudes están llevando a
muchas personas VIH positivas a no aceptar los resultados de las
pruebas y evitar los antirretrovirales (ARV), agravando la propagación
del virus. “Hay más vida en conocer tu condición que vivir en la
negación”, ha insistido la coordinadora.
Son muchos los que mantienen oculta su condición o evitan el tratamiento
para no ser discriminados o maltratados por amigos y familiares. Y es
también por ello que actualmente la ECM, a través de las Comisiones de
Salud y Comunicación, ha pedido una mayor implicación en las pruebas, el
tratamiento y la adherencia al tratamiento del VIH y el sida en la
lucha contra la pandemia en los distritos de Machinga y Mangochi como
parte del proyecto FCI.
Entre los testimonios surgidos durante el encuentro, resalta el de un VIH positivo en tratamiento que ha comentado que dio positivo en 1983 y comenzó a tomar los ARV ese mismo año. “Fue difícil aceptar que los tomaría por el resto de mi vida aunque lo acepté más tarde, pero debido al estigma en la familia paré porque estaba convencido de que era mejor morir que vivir con el VIH/SIDA. Después de varias reuniones con los voluntarios, me convencí de que quería seguir viviendo feliz con el VIH y decidí volver a tomar los ARV, una decisión de la que nunca me arrepentiré”.
Uno de los líderes religiosos de San Patricio de la parroquia de Mofolo
Woyera ha comentado que continuarán en su labor de acompañar, prevenir y
difundir mensajes de esperanza para todos. “Desde que comenzó el
proyecto de la FCI, muchos han respondido”.