Dar es Salaam, TANZANIA (Agencia Fides, 05/03/2021) – “En dos meses, más de 25 sacerdotes y 60 religiosas, enfermeras y médicos católicos han fallecido por problemas respiratorios”, ha anunciado el p. Charles Kitima, secretario general de la Conferencia Episcopal de Tanzania (TEC). “Algo que nunca antes había sucedido en tan poco tiempo”, ha agregado.
Sin embargo, el p. Kitima, ha explicado que no puede declarar
oficialmente que todas estas muertes esten relacionadas con el Covid-19.
“Nosotros, como Iglesia, no realizamos pruebas de Covid y los médicos
no pueden decírnoslo porque no todo el mundo está autorizado a realizar
la prueba del virus”.
Cabe señalar que las autoridades de Tanzania no han actualizado los
datos de Covid-19 desde principios de mayo, lo que deja el último número
de casos confirmados en 509 y el número de muertos en 21.
A pesar de la política de negar la presencia del virus en el país por
parte de las autoridades locales, el p. Kitima hace un llamamiento a
todos a un sentido de responsabilidad: “El coronavirus existe. Pedimos
que se tomen precauciones. Necesitamos redoblar nuestros esfuerzos para
protegernos. Tenemos la responsabilidad de proteger a las personas
mayores y con problemas de salud tomando las precauciones necesarias”.
El p. Kitima también ha pedido una mayor transparencia sobre el progreso
de la pandemia en el país. “Los tanzanos tienen derecho a recibir
información científica precisa sobre el Covid-19 porque la falta de
información concreta sobre el virus está esparciendo miedo y confusión
entre la gente”.
En febrero, el presidente del TEC, Su Exc. Mons. Gervais Nyaisonga,
Arzobispo de Mbeya, alentó a los tanzanos a no dejarse esclavizar por el
miedo, sino a seguir los consejos de los expertos: “Tanzanos, se nos
alienta a no ser esclavizados por el miedo. El miedo es un arma que
puede debilitar a una persona”.
A finales de enero, los obispos locales habían advertido a los fieles
sobre la “nueva ola de infecciones por coronavirus”, que está provocando
un aumento de las muertes. “Nuestro país no es
una isla... Debemos defendernos, tomar precauciones y rezar a Dios con
todas nuestras fuerzas para que este flagelo no nos alcance”.