Yangon, MYANMAR (Agencia Fides 06/03/2021) - Sitagu Sayadaw de Shwe Kyin, la segunda orden monástica budista más importante de Myanmar, ha alzado su voz, junto con la de otros monjes budistas birmanos ancianos, para pedir a la junta militar que detenga el uso indiscriminado de la fuerza contra el Movimiento de desobediencia civil. Como explica el periódico birmano “Irrawaddy”, una de las pocas revistas birmanas aún activas, a pesar de la fuerte censura que golpea a los medios de comunicación desde el 1 de febrero, después del golpe militar, Sitagu Sayadaw, también conocido como Ashin Nyanissara, es considerado uno de los monjes budistas más influyentes en Myanmar y también se sabe que ha sido una figura clave en la denuncia de las violaciones cometidas por regímenes militares anteriores desde 1988, el año de la revuelta estudiantil reprimida sangrientamente a la que se unieron muchos monjes.
Más tarde, Sitagu se puso del lado de Thein Sein, al frente del último
gobierno cívico-militar, todavía influenciado por ex generales, antes de
ser derrocado por la victoria de la Liga de Aung San Suu Kyi en 2015.
Su silencio durante la violenta represión de estas semanas había
levantado un coro de críticas entre sus seguidores (también lo son el
jefe de la junta general Min Aung Hlaing y su esposa Daw Kyu Kyu Hla),
entre otros monjes que se han expuesto y entre los numerosos ciudadanos
budistas birmanos que participan en la protesta y el Movimiento de
Desobediencia Civil.
Ahora Sitagu, de 84 años, se ha sumado a la exhortación de otros ocho
monjes de alto rango de Shwe Kyin para que se detengan las masacres y no
se cometan actos de violencia contra ciudadanos indefensos. Shwe Kyin
es una de las nueve órdenes del clero budista de Myanmar y sus miembros
son conocidos por su rigurosa aplicación del “Vinaya”, el código de
conducta de los monjes budistas.
La posición adoptada por Sitagu y de los cohermanos de Shwe Kyin se
considera un paso importante que fortalece, junto con la movilización de
monjes individuales en las plazas birmanas, el paso formal de Bhamo
Sayadaw Bhaddanta Kumara, el monje que representa el vértice de la
comunidad budista birmana en el “Comité Estatal Sangha Maha Nayaka”, el
consejo de estado formado por monjes designados por el gobierno. De
hecho, a mediados de febrero, el monje había relanzado públicamente una
propuesta de negociación entre los militares y los políticos expulsados
del golpe del 1° de febrero después de que ya había escrito a los
generales en privado.
En cuanto al general Min Aung Hlaing, se conoce su estrecha amistad con
otro monje, U Kovida, considerado una figura bastante controvertida pero
muy apreciada por el Tatmadaw (el ejército birmano), que en realidad no
hace referencia al budismo Theravada, la escuela más extendida en
Myanmar, sino a las prácticas del budismo Ari, vinculado a los cultos
animistas y al de los Nat, espíritus objeto de culto popular,
probablemente de derivación pre-budista. Las prácticas del Budismo Ari
se alimentan de diferentes corrientes de pensamiento (tantrismo,
influencias chinas, cultos indígenas) y una de sus formas
prácticas-rituales más importantes son los Yadaya, rituales que sirven
para neutralizar o prevenir la mala suerte.