CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 17/07/2019) - "Asumir la responsabilidad y el
cuidado del otro es el don de la paternidad y maternidad espiritual que
caracteriza al cristianismo como fe en el Dios Trinitario, que es el
misterio de entregarse generando. El padre y la madre espirituales dan
testimonio al hijo de la dimensión relacional de la fe, amplían el
horizonte existencial de la persona y la conducen gradualmente a la
‘medida de Cristo’".Así lo escribe la hermana Roberta Tremarelli,
secretaria general de la Pontificia Obra de la Santa Infancia (POSI), en
el editorial del segundo número del Boletín de la Obra, destacando los
dos temas principales que se presentan: 'La paternidad y la maternidad
espiritual fuertemente arraigadas en Cristo' por el p. José Luis
Rodríguez. Mikaele Tikoisuva, párroco de la Arquidiócesis de Suva, en
las Islas Fiji, y 'La maternidad y paternidad espiritual del animador
misionero de los niños y adolescentes de hoy"
por el p. Richard Zangre, de la archidiócesis de Uagadugú, en Burkina
Faso.
"La maternidad y la paternidad espiritual - continúa la hna. Roberta
Tremarelli - tienen lugar en el acompañamiento del camino de la vocación
y de la santidad, y esta responsabilidad concierne también al animador
misionero, llamado a inspirar y promover un crecimiento completo de la
persona a través de la integración de la fe y de la vida. Al animador
misionero de la Infancia y Adolescencia Misionera en su maternidad y
paternidad espiritual se le pide que sea discípulo, maestro y testigo de
Cristo, solo así podrá formar misioneros. Esta responsabilidad no es
sólo hacia los niños y adolescentes, sino también hacia los padres, como
nos recuerda el Papa Francisco en Evangelii gaudium".
También este segundo número del Boletín del Secretariado Internacional
del POSI, que tiene fecha de julio y se envía por
correo electrónico a las direcciones nacionales de las Pontificias
Sociedades Misioneras de todo el mundo, confirma su objetivo de ser una
herramienta ágil e inmediata para conocer la realidad universal de la
Obra, tal como lo deseaba su fundador, mons. Charles de Forbin Janson.
El boletín, traducido a cinco idiomas, contiene estudios, reflexiones,
informaciones, testimonios, experiencias e iniciativas sobre el mundo de
los niños y su compromiso misionero a través del POSI.
Un gran espacio está dedicado a la "voz de los niños", que relata en
este número la experiencia del viaje de discipulado propuesto a los
niños por la diócesis italiana de Latina, Terracina, Sezze, Priverno;
las impresiones del filipino John Michael R. Tamonan que presentó en su
escuela un espectáculo de la Infancia Misionera, y la historia de Luis
Villamizar, animador misionero venezolano, para luego pasar a la
Caravana Misionera de los niños de Senegal. Otras experiencias y
testimonios provienen de Ecuador, Mozambique, Brasil, Chad y Malawi.
Sobre el renacimiento de la Obra Pontificia Misionera en Hungría después
del régimen comunista, se explaya el director nacional, p. Benvin
Madassery, SVD, mientras que el personal del Secretariado Internacional
de POSI ilustra algunos de los proyectos que son apoyados por la Obra en
Papúa Nueva Guinea, Togo, Sri Lanka y Sierra Leona. Los acontecimientos
de especial importancia de los que se informa se refieren a la
fundación de POSI en Rumania y en la República de Moldova.