Brasilia, BRASIL (Agencia Fides, 15/03/2021) – Ante la dramática realidad de la trata de
personas, agravada por la pandemia Covid-19, la Comisión Episcopal
Pastoral Especial para la Lucha contra la Trata de Seres Humanos de la
Conferencia Episcopal Brasileña (CNBB) y las diferentes realidades que
conforman el “Foro Ampliado” ha publicado una carta pastoral en la que
interpela a la sociedad.
“La trata de seres humanos – se lee en la carta recibida en Fides - es una realidad que afecta principalmente a las personas más vulnerables de la sociedad: mujeres, jóvenes, trabajadores, ancianos, personas con discapacidad, es decir, las más desfavorecidas económicamente, especialmente niños y adolescentes, que según una encuesta de Naciones Unidas-ONU representan el 30% de todas las personas víctimas de la trata. La pandemia de Covid-19 está poniendo a Brasil y al mundo entero bajo una enorme presión. Ha acentuado y sacado a la luz las escandalosas desigualdades económicas y sociales que se encuentran entre las principales causas de la trata de personas: desempleo, pobreza, hambre, recortes en el gasto en políticas públicas, incluidas aquellas para abordar las formas de trata de seres humanos”.
En este contexto de aislamiento social, señala la carta, los traficantes
de personas han creado nuevos modelos de reclutamiento, especialmente a
través de las tecnologías de comunicación modernas. Un ejemplo es
atraer a ciudadanos venezolanos que viven en Brasil y aquellos que
todavía están en Venezuela a través de anuncios en línea y plataformas
de redes sociales proponiendo trabajar en ciudades populosas. Por lo
tanto, estas personas se vuelven altamente vulnerables a la trata, con
fines de explotación sexual y trabajo esclavizado. Además, las fronteras
cerradas debido a la pandemia han intensificado los conflictos entre
policías e inmigrantes. La situación de los inmigrantes que acamparon
recientemente en la frontera entre el estado de Acre y Perú es muy
preocupante. Por ello, los firmantes subrayan que es evidente “la
importancia de seguir tratando a los inmigrantes que llegan a Brasil con
respeto y dándoles condiciones dignas de acogida, asistencia e
integración. El mismo principio se aplica a los brasileños en
situaciones de migración interna en busca de trabajo y mejores
condiciones de vida”.
Las organizaciones signatarias de la Carta solicitan que las autoridades
brasileñas en el campo político y eclesial se comprometan a crear
mecanismos para un trabajo articulado de las organizaciones
gubernamentales y de la sociedad civil con el fin de fortalecer y
mejorar los instrumentos legales apropiados para prevenir que los
traficantes de seres humanos actúen con impunidad durante la pandemia.
También piden que las diversas realidades eclesiales den prioridad a
abordar estos crímenes contra la vida humana, trabajando en la
formación. Finalmente, la carta pide un compromiso conjunto para reducir
las desigualdades sociales, responsables de alimentar el tráfico, y
garantizar la vacuna contra el Covid-19 para todos los brasileños.