Yangon, MYANMAR (Agencia Fides 10/03/2021) - El mismo cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangon, ha pedido a la empresa de redes sociales “Twitter” que eliminara una cuenta atribuida erróneamente a su persona y que lleva su nombre. Así lo ha confirmado a la Agencia Fides la secretaría del Cardenal, que ya el 10 de febrero había anunciado públicamente en la página de Facebook de la Conferencia de Obispos Católicos de Myanmar y en la de la Arquidiócesis de Yangon que “no tenía ni gestionaba ninguna cuenta de Facebook o Twitter”. Según ha confirmado a Fides, ninguno de los mensajes publicados era imputable al cardenal. No ha sido posible, hasta el momento, rastrear, según la información recibida en Fides, quién estaba detrás y quién operaba en la cuenta abierta a nombre del Cardenal, retomada por los medios de comunicación de todo el mundo por las publicaciones sobre la crisis birmana.
Por tanto, no ha sido el gobierno de la junta militar quien ha cerrado
la cuenta de Twitter del Cardenal, como habían dicho algunas fuentes de
prensa, sino que ha sido el propio Cardenal quien ha enviado una
solicitud de cancelación, aceptada y ejecutada por la empresa.
Según la información de Fides, en esta delicada fase de la crisis
política tras el golpe, el cardenal Bo reside en Yangon y no está
haciendo declaraciones públicas, más allá de las dadas a los fieles en
las homilías de los domingos de Cuaresma.
En el último mensaje dirigido a los fieles, el cardenal dijo que “un
nuevo Myanmar es posible, una nación sin conflictos es posible, si esta
nación se transforma en la gloria que se merece. Hagamos de la paz
nuestro destino, no el conflicto. Las armas son inútiles. Debemos
rearmarnos con la reconciliación y el diálogo”. El cardenal también
reiteró que “la paz es el único camino, la paz es posible. El Papa
Francisco ha pedido la resolución de todos los conflictos a través del
diálogo. Los que quieren el conflicto no desean el bien de esta nación”.
La sugerencia dada por la Conferencia de Obispos Católicos a todo el
personal eclesiástico es que no se involucren directamente en la
protesta callejera. Numerosos sacerdotes, religiosos y religiosas,
aunque siguiendo esta indicación, han actuado como mediadores en las
calles, intentando frenar la violencia, para salvar la vida de los
jóvenes que protestan pacíficamente, en las fases de dura represión
policial.