Myitkyina, MYANMAR (Agencia Fides, 08/03/2021) – “La jornada del 8 de marzo ha estado marcada por una dura represión por parte de las fuerzas de seguridad sobre los jóvenes manifestantes en todo el país. Los agentes han disparado y matando más que en los últimos días”, dice a la Agencia Fides una fuente en el Estado de Kachin.
Las fuentes de Fides nos cuentan lo ocurrido hoy en la ciudad de
Myitkyina, capital del estado de Kachin, en el norte de Myanmar,
habitada en un 30% por una población cristiana (550 mil fieles de 1,5
millones de habitantes). Para escapar de los golpes y detenciones,
algunos jóvenes manifestantes se han refugiado en el complejo de la
Catedral Católica de San Colombano, pero los militares han disparado
contra los jóvenes desarmados: el trágico balance ha sido de 2 jóvenes
muertos y 7 heridos por las fuerzas de seguridad. El recinto de la
catedral, revelan fuentes de Fides, estaba rodeado por el ejército que
pretendía dar caza a los manifestantes.
En esta coyuntura han intervenido el obispo emérito de la diócesis,
Mons. Francis Daw Tang y la hermana Ann Nu Tawng, la religiosa que se ha
convertido en un “ícono” de la paz, por haberse puesto de rodillas
frente a los soldados que avanzaban. La religiosa ha intentado mediar
entre los manifestantes y el ejército, para evitar la masacre y, en un
primer momento, su intervención parecía haber convencido a los militares
para que desistieran. Pero después, a pesar del llamamiento a la
policía de “no detener y perseguir a los manifestantes pacíficos”, los
agentes han abierto el fuego.
Según los observadores, el ejército ha ocupado los hospitales y campus
universitarios el fin de semana pasado e intensificado las redadas
nocturnas en preparación en vista de la posibilidad de un nuevo paro
nacional. La violencia y los arrestos se han producido sobre todo en
ciudades más grandes como Yangon, Naypyitaw y Mandalay.
“Hemos recibido informes creíbles de hospitales ocupados en Myanmar hoy,
al menos cuatro hospitales en Yangon y al menos uno en Mandalay”, dice
James Rodehaver, jefe del equipo de derechos humanos de la ONU en
Myanmar. “Esto es completamente inaceptable. Los hospitales son lugares
bajo la protección del derecho internacional humanitario”, recuerda.
Después del golpe, las fuerzas de seguridad atacaron repetidamente a los
trabajadores de la salud, ya que fueron los primeros en liderar el
Movimiento de Desobediencia Civil.
Los sindicatos de Myanmar han convocado una huelga nacional, como parte
de una campaña de desobediencia civil contra el golpe. Dieciocho
sindicatos de las principales industrias, en los campos de la
agricultura, la energía, la minería, la construcción, la alimentación y
el transporte, han pedido un “cierre completo y generalizado de la
economía de Myanmar”.
Hoy, 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, grupos de
mujeres han marchado agitando sus “Htamain” (los típicos pareos
femeninos birmanos) en señal de protesta y solidaridad con el Movimiento
que desafía pacíficamente a la junta.