Songea, TANZANIA (Agencia Fides, 30/01/2019) - Una profesora de etnia guaraní brasileña
enseñará a los niños y adultos del área de Songea, en Tanzania, las
técnicas de la agricultura biológica siguiendo el espíritu de la Laudato
si '. Así se está desarrollando este proyecto de cooperación entre dos
países del sur del mundo promovido por las Hermanas Misioneras de San
José de Chambery, en colaboración con la ONG italiana “Cose”.
Si bien Tanzania es uno de los países africanos más ricos en recursos
naturales y alimentos, tiene que lidiar con una pobreza muy generalizada
(el 70% de la población vive con menos de dos euros al día). El sector
agrícola (23,4% del PIB y 66,9% de la fuerza de trabajo de Tanzania) es
la fuerza motriz para aliviar la pobreza y mejorar las condiciones de
vida de los pequeños agricultores. La mayoría de los agricultores se
limitan a producir café, maíz, yuca, bananas y algunos otros productos
agrícolas, así como a la cría de ovejas y cabras. Sin embargo, las
técnicas que aumentan la productividad y la calidad no están muy
extendidas. Los cultivos están muy expuestos a enfermedades, hongos e
insectos que se combaten con químicos muy costosos.
“En el espíritu de la cooperación misionera, hemos decidido ayudar a los
campesinos y a sus familias”, explica la hermana Josiane Mota Coelho,
que ha introducido formas de cultivo basadas en métodos biológicos. “La
ventaja es doble: no se debe gastar en comprar productos químicos y son
respetuosos con el medio ambiente. Recurrimos a nuestras hermanas
brasileñas que conocen el problema y nació un proyecto de cooperación
biológica Sur-Sur”, siguiendo el espíritu de la Laudato si ': ayudar al
desarrollo y al trabajo agrícola, contribuye al bienestar de toda una
familia, con efectos positivos en las mujeres, en los niños, en el
camino de la educación.
En la diócesis de Songea ya existe un Centro de Educación para la
agricultura sostenible fundado en 2008. Se enseñan técnicas de
agricultura sostenible a través de cursos, investigación, asesoramiento y
servicio a la comunidad como actividad pastoral incluso antes que
social y económica. En este centro, Nilton Ferreria Lima, bióloga
brasileña del grupo Guaraní, ha sido invitada a colaborar con el Centro
Experimental Unidade Poty Reno en Caarapò. “Gracias a él, -explica la
hermana Josiane-, aprendemos técnicas que aumentan la productividad y la
calidad de los productos y mejoran nuestra salud a través del consumo
de alimentos naturales al mismo tiempo que detenemos la degradación y la
pérdida de fertilidad del suelo causada por cultivos tradicionales y
monocultivos”.
“El proyecto, -concluye Hermana Josiane-, es positivo porque mira el
aspecto natural del cultivo, pero también supone una colaboración entre
países del sur del mundo, una forma de llegar a las personas que
experimentan los mismos problemas”.