Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides 22/05/2021) – “Un panorama tan sombrío no permite a nadie
dormir durante la noche” denuncia la Comisión de Justicia y Paz de la
Archidiócesis de Bukavu, en Kivu del Sur, al este de la República
Democrática del Congo.
Al igual que la provincia de Kivu del Norte, la provincia con capital en
Bukavu también está asolada por la violencia de varios grupos armados
que parecen actuar con total impunidad.
Entre las víctimas hay sacerdotes, religiosos y laicos. La noche del 12
de mayo, por ejemplo, “unos hombres armados tomaron el control de una de
nuestras parroquias”, dice Justicia y Paz. “Tras saltar la verja del
presbiterio del Ciherano, los bandidos golpearon, torturaron e
intimidaron a los sacerdotes; y se marcharon tras saquear la rectoría.
Llevaban consigo un arsenal de guerra: cuchillos, machetes, hachas,
pistolas”.
Una de las escuelas de la parroquia de Burhiba también ha sufrido un
destino similar. “Hombres, algunos con uniformes militares y armas,
golpearon y ataron a los guardianes mientras otros se llevaban los
valiosos recursos de la escuela (ordenadores, libros, etc.) Después de
saquear el laboratorio donde nuestros niños practican. Casi al mismo
tiempo, un joven defensor judicial, el abogado Rodrigue Haramba, fue
asesinado en Uvira acribillado por 6 balas disparadas por un hombre que
al parecer es un mayor de nuestro ejército” afirma Justicia y Paz.
En la zona de Bukavu, sólo en abril se registraron más de 40 casos de asesinatos y la inseguridad se ha extendido a las horas del día, con robos cometidos a plena luz del día. La situación es aún más dramática en las zonas rurales, donde diferentes grupos armados se disputan los yacimientos mineros ilegales del Parque Nacional Kahuzi Biega (PNKB), implicando a las comunidades locales en masacres y represalias. Varios pueblos, centros de salud y al menos una parroquia han sido saqueados en los últimos dos meses. Las poblaciones de decenas de pueblos se han visto obligadas a huir. Las condiciones de los desplazados son precarias y se ven agravadas por la pandemia de Covid-19.
“En un contexto marcado por el Covid 19, estos seres humanos se
encuentran en una situación humanitaria muy crítica. Alojados en las
zonas de Kalima (Bulambika y Kambali), Bagana (Buoro, Katobolo),
Munyandjiro (Chebumba), Lubengero (Burogoya), los desplazados viven en
la extrema pobreza y el miedo, mientras nadie parece escuchar su grito
de auxilio”, concluye “Justicia y Paz”.