Milán, ITALIA (Agencia Fides, 26/05/2021) - Poner fin a la violencia, a la tensión y a la guerra en Myanmar, y rezar para que el pueblo birmano pueda volver a vivir en un clima de paz y fraternidad: con este espíritu el sábado 29 de mayo a las 12.30 horas, el Arzobispo de Milán, Mons. Mario Delpini, presidirá un encuentro interreligioso de oración por Myanmar, promovido en colaboración con la Comunidad birmana en Italia y el Instituto Pontificio para las Misiones Extranjeras. En la catedral de Milán estarán presentes monjes budistas y religiosas católicas de tres institutos femeninos birmanos que tienen religiosas en Italia: las Hermanas de la Reparación, las Hermanas del Niño María y las Hermanas de San Francisco Javier.
“Ante la espiral de violencia que no perdona ni siquiera a las iglesias,
los cristianos reaccionan con la fuerza de la oración, la solidaridad y
el testimonio y acogen como huéspedes a una comunidad de monjes
budistas”, dice en un comunicado enviado a la Agencia Fides el Vicario
Episcopal, Mons. Luca Bressan. “Cristianos y budistas juntos -continúa
Bressan- queremos ser un signo del destino de paz que Dios ha puesto
como meta del camino de la humanidad. Con el Arzobispo, todos rezaremos
para que estas palabras sean desterradas del corazón de cada hombre:
división, odio, guerra y para que la palabra que nos une sea siempre
hermano, y el estilo de nuestra vida sea: shalom, paz, salam”.
Durante el encuentro habrá canciones en lengua birmana, una charla del
arzobispo y la lectura de las palabras de la hermana Ann Rose Na Tawng,
la religiosa de las Hermanas de San Francisco Javier que en dos
ocasiones (el 28 de febrero y el 8 de marzo) tuvo la valentía de
arrodillarse ante los soldados para pedirles que no dispararan a los
manifestantes prodemocráticos durante las protestas iniciadas tras el
golpe. Esa imagen ha dado la vuelta al mundo y se ha convertido en un
símbolo del difícil momento que atraviesa Myanmar.
El padre Maurice Moe Haung, de los Misioneros de la Caridad, un
sacerdote birmano residente en Italia, comenta a la Agencia Fides: “Es
un acontecimiento muy bonito, es muy valioso para nosotros y es sólo un
comienzo. Queremos decirle al mundo que el pueblo de Myanmar está unido
incluso en la diversidad de la fe. Con estas iniciativas, que esperamos
se multipliquen en Europa y en el mundo, queremos hacernos cercanos a
las personas que sufren, que padecen la violencia, que viven la
incertidumbre de su propio futuro. Nuestras armas son las oraciones
incesantes. Creemos firmemente que sólo el amor fraternal y el respeto
mutuo traerán un futuro mejor a Myanmar”.