Loikaw, MYANMAR (Agencia Fides, 27/05/2021) - Algunos misiles disparados por los militares del ejército regular birmano alcanzaron la iglesia católica de San José por la noche en la ciudad de Demoso, en el estado de Kayah, en el este de Myanmar, donde se están produciendo intensos combates entre los militares y los grupos de resistencia locales. Es la segunda iglesia católica afectada por un bombardeo, después de la iglesia católica del Sagrado Corazón de la aldea de Kayanthayar, en la zona de Loikaw. Según ha confirmado a la Agencia Fides el padre Philip Aung Nge, fiscal de la diócesis de Loikaw, las granadas de mortero alcanzaron la iglesia de Demoso, que se había convertido, al igual que las cuatro iglesias católicas de la ciudad de Demoso, en un lugar de protección para los civiles desplazados e indefensos. Aparte de los daños, no demasiado grandes, en el edificio, no se han producido víctimas porque, ante el aumento de los enfrentamientos, el párroco ya había decidido trasladar a la gente a una capilla más pequeña y aislada. Según la información de la Agencia Fides, los combates están teniendo lugar en las zonas de Demoso (estado de Kayah) y en las zonas de Pekhon, en el estado vecino de Shan. “Nos encontramos en una situación de guerrilla urbana que no se veía en Myanmar desde 1948”, señala.
“No podemos decir que las iglesias sean un objetivo previsto, pero vemos
que la artillería de los militares está disparando indiscriminadamente
sobre la ciudad sin escatimar objetivos civiles como monasterios,
iglesias, escuelas, casas”, señala el párroco.
Las iglesias están llenas de desplazados, en su mayoría cristianos, dado
que en el estado de Kayah cerca de un tercio de la población profesa la
fe en Cristo. La Iglesia católica local, gracias a la incansable labor
de los sacerdotes, religiosos y laicos locales, está proporcionando no
sólo alojamiento sino también alimentos. “En todas las iglesias del
estado dispensamos asistencia con alimentos, medicinas, pero también
consuelo y confort espiritual” dice el padre Philip Aung Nge.
Los combatientes de la resistencia civil del estado de Kayah se han
organizado en la “Karenni People's Defense Force” (“Fuerza de Defensa
del Pueblo Karenni” - KPDF), que se opone a la militarización de la
zona, mientras que la junta militar también ha intensificado las medidas
de inteligencia, vigilando las redes telefónicas, Internet y los
teléfonos móviles de los residentes. Los militares del Tatmadaw (el
ejército birmano) han sufrido pérdidas en los distritos de Demoso,
Loikaw y Pekhon.
Como consecuencia de estos enfrentamientos, unos 70.000 civiles han sido
desplazados de unas 150 aldeas de Demoso, Loikaw y Pekhon en los
últimos cinco días: 50.000 en el estado de Kayah y 20.000 en el de Shan.
Muchos aldeanos han huido de sus casas y se han desplazado a las
colinas o a los bosques. Los residentes de las ciudades buscan refugio
en monasterios, iglesias y residencias de ancianos, escuelas, pero ni
siquiera allí están seguros, dados los bombardeos indiscriminados.
Según fuentes de la Agencia Fides, la guerrilla corre el grave peligro
de extenderse pronto a toda la nación: los grupos de la KPDF, activos en
todo el país, están organizando la resistencia armada en todas las
grandes ciudades birmanas, mientras que en los 30 principales centros
urbanos está en vigor el toque de queda.
“La guerra civil está cada vez más cerca. Estamos muy tristes por este
acontecimiento. Pero el pueblo, juzgado por la represión, no ve otro
camino posible, mientras el ejército golpea a los civiles, a las mujeres
y a los niños: son actos criminales a los que se oponen por legítima
defensa”, señala la fuente de Fides.