Bamako, MALI (Agencia Fides, 28/05/2021) – “Los obispos de Malí, conscientes de la necesidad de un ejecutivo fuerte y de un ejército reconciliado y reforzado, condenan enérgicamente la toma del poder al margen del proceso legal”, afirman en un mensaje enviado a la Agencia Fides.
“Condenamos enérgicamente la crisis actual, resultado de cálculos
personales muy alejados de las preocupaciones de la población y de los
intereses de Malí”, dice la Conferencia Episcopal.
El 24 de mayo, el presidente de transición Bah N'Daw, su primer ministro
Moctar Ouane y algunos otros funcionarios fueron detenidos y llevados
al campamento militar de Kati, cerca de Bamako. Las detenciones se
produjeron poco después del nombramiento de un nuevo gobierno, cuya
composición se está negociando con dificultad desde hace más de una
semana. Sin embargo, los coroneles Sadio Camara y Modibo Koné, ministros
de Defensa y Seguridad respectivamente, ya no están en el nuevo
gobierno. Estos dos oficiales de la Guardia Nacional son miembros
importantes del antiguo Comité Nacional para la Salvación del Pueblo
(CNSP), el grupo responsable del golpe militar del 18 de agosto de 2020 y
disuelto oficialmente en enero de 2021.
En la noche del 27 de mayo, el Presidente y el Primer Ministro fueron
liberados por los militares golpistas, pero no fueron restituidos a sus
respectivos cargos. El coronel Assimi Goïta, considerado el líder de los
golpistas, asumió “hasta nuevo aviso” la presidencia de la transición.
Según varios comentaristas, el nuevo golpe militar, el segundo en nueve
meses, es un “golpe dentro del golpe”, provocado por las divisiones
internas de la cúpula militar que derrocó al entonces presidente Ibrahim
Boubacar Keïta (conocido como IBK) en agosto de 2020. El temor es que
se produzcan enfrentamientos entre los propios militares. Por eso los
obispos esperan en un “ejército reconciliado”. “La población se enfrenta
a varias dificultades debido a los problemas de seguridad, salud y las
difíciles condiciones socioeconómicas”, subrayan los obispos. “Los
trabajadores están reclamando sus derechos mediante una gran huelga; el
país está atravesando una transición política negociada con grandes
dificultades y toda la comunidad internacional está tratando de
reconducir el país por el camino de la democracia”.
Los obispos hacen un llamamiento al “diálogo constructivo para poner fin
a la crisis actual y proponer una tregua social” y piden la
intervención divina “para que nos ayude a construir un Malí de paz y
fraternidad. Que Dios dé a nuestros dirigentes y a todos los ciudadanos
la sabiduría y la conciencia necesarias para buscar ante todo el bien
común”.
“Que el Señor, por intercesión de la Virgen María, Nuestra Señora de
Malí, conceda a nuestra nación continuar su marcha en la verdad, la
armonía, la prosperidad, la justicia y la paz”, concluyen.