Alepo, SIRIA (Agencia Fides, 19/05/2021) - Siria y todo Oriente Medio siguen viviendo un
momento de dolor y sufrimiento, en el que las “pésimas condiciones
económicas” y el dramático éxodo de las generaciones más jóvenes se
entremezclan con “presiones geopolíticas insostenibles” que se ejercen
sobre la vida cotidiana de todos los pueblos de la región. Este es el
escenario al que se enfrentan los Patriarcas y Obispos reunidos en
Alepo, en la sede del Vicariato Apostólico para los católicos de rito
latino, para participar en el Consejo de Jefes de las Iglesias Católicas
presentes en Siria. La Asamblea comenzó el martes 18 de mayo y sus
distintas sesiones se prolongarán hasta el jueves 20 de mayo. A la
reunión, presidida por el Patriarca siro católico Ignace Youssif III
Younan y el Patriarca greco-católico melquita Youssef Absi, asiste
también el cardenal italiano Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Damasco.
En sus observaciones introductorias, el Patriarca Younan y el Patriarca
Absi esbozaron los temas que se abordarán en las distintas sesiones de
trabajo, empezando por el papel que Cáritas Siria y otras obras
católicas pueden ofrecer a la reconstrucción del país devastado por años
de conflicto y que actualmente se enfrenta a la emergencia de la
pandemia del Covid-19. En particular, el Patriarca Younan recordó la
urgencia de apoyar y animar, especialmente en el ámbito de la educación,
a los jóvenes, que han visto sus años de crecimiento abrumados por el
conflicto, mientras que el Patriarca Absi ofreció reflexiones sobre la
necesidad de afrontar con todos los medios la necesidad de reconstruir
el país y la creciente polarización social que separa a los pocos ricos
de las multitudes de sirios reducidos al hambre. El cardenal Zenari, en
su discurso, llamó la atención sobre la celebración del año dedicado a
la familia y a la figura de San José, según las indicaciones del papa
Francisco, y recordó la importancia de apoyar y desarrollar la labor de
Cáritas Siria en favor de la creciente multitud de sirios pobres, sea
cual sea su grupo étnico o religioso.
Las sanciones económicas puestas en marcha contra Siria, que culminaron
con la "Caesar Act" de la Administración estadounidense del presidente
Donald Trump y que se han mantenido incluso tras la llegada del
demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, afectan a los ciudadanos sirios
más vulnerables “en el corazón de su vida cotidiana”, hasta el punto de
que “los contenedores de basura de las calles se han convertido en una
fuente de alimentos para los más pobres”. Con esta imagen de aflicción
ordinaria y cotidiana, Riad Sargi, Director Ejecutivo de Cáritas Siria,
ha relatado recientemente la pesadilla diaria infligida también por las
medidas de boicot económico internacional a los sectores más débiles de
un pueblo agotado por diez años de guerra y violencia. La catástrofe
humanitaria que se cierne sobre Siria también ha sido descrita en el
llamamiento-mensaje lanzado el martes 23 de marzo por Cáritas
Internationalis para invocar la suspensión de
las sanciones impuestas con la intención declarada de golpear al
gobierno de Damasco, y que de hecho sufren en su piel los sectores más
débiles de la población.