martes, 18 de mayo de 2021

El Colegio Urbano de Propaganda Fide y el belén viviente con los hermanos musulmanes

CIUDAD DEL VATICANO (Agencia Fides, 15/05/2021) – “El trabajo que hacemos en el Colegio Urbano de Propaganda Fide, es formar a los futuros sacerdotes de las iglesias jóvenes. Es una tarea, es más, diría un arte, que no es nada fácil ya que se trata de formar no sólo la parte intelectual o académica sino, lo que es más importante, la parte humana y espiritual de un futuro sacerdote. Esta formación integral es particularmente importante para nosotros”, así lo dice Mons. Vincenzo Viva, Rector del Colegio Urbano De Propaganda Fide, que tiene su sede en Roma, en una entrevista con la Agencia Fides. El Colegio acoge a 132 seminaristas de Asia, África y Oceanía.
 

“La figura del sacerdote -observa el Rector- incluso en las Iglesias jóvenes está sufriendo una profunda transformación. Cuando nuestros estudiantes, tras años de estudio y formación, regresan a sus iglesias locales, es el momento del ‘nacimiento a la vida pastoral’, para el que se han preparado durante el tiempo que han pasado aquí en el Colegio. Para nosotros, como formadores, es una gran satisfacción saber que, una vez de vuelta en sus diócesis, el trabajo de formación da sus frutos. Los obispos nos hablan de la contribución que aportan muy positiva incluso en situaciones muy difíciles, en países donde hay guerra civil o situaciones de gran pobreza o violencia, en zonas donde hay que recorrer muchos kilómetros para llegar a las comunidades”.
 

En este sentido monseñor Viva cuenta una experiencia: “Un seminarista del Colegio, procedente de la Iglesia de Pakistán, donde los cristianos son una pequeña minoría y donde no es nada fácil expresar la fe, nos contó un episodio significativo y paradigmático. Al volver a su diócesis, realizó un belén viviente que fue una novedad absoluta para ese país. En este belén viviente no sólo participaron cristianos, sino también musulmanes, que contribuyeron a representar diferentes escenas de la historia del Evangelio. Este acontecimiento del Evangelio vivo involucró a más de 20.000 peregrinos que, durante la semana de Navidad de la representación, vinieron a visitar esa realización. Fue un momento de comunión, convivencia y armonía para la población local. La idea nació porque el seminarista había visto en una parroquia italiana la realidad del belén viviente, organizado en ciudades e iglesias italianas con mucha frecuencia. Y ha dado frutos de paz en Pakistán”.
 

“Esta experiencia -concluye el Rector- se ha convertido en un laboratorio de catequesis, una ocasión de diálogo entre comunidades religiosas. Para nosotros, los formadores, ver cómo nuestro antiguo alumno ha trabajado para realizar este proyecto ha sido una fuente de satisfacción y esperanza”.
 

El Pontificio Colegio Urbano “de Propaganda Fide” es el Seminario Mayor de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, establecido en Roma por el Papa Urbano VIII con la Bula “Immortalis Dei Filius” del 1° de agosto de 1627. Fiel a las intuiciones de sus orígenes y en plena sintonía con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, la centenaria experiencia educativa del Pontificio Colegio Urbano reconoce el inestimable valor de un clero autóctono bien formado. En efecto, la obra de evangelización arraiga más profundamente cuando «cuando las varias comunidades de fieles tienen de entre sus miembros los propios ministros de la salvación en el Orden de los Obispos, de los presbíteros y diáconos, que sirven a sus hermanos» (Ad Gentes, n. 16).
 

Por eso, el Colegio siempre ha ofrecido formación a seminaristas seleccionados de territorios de misión y de Iglesias jóvenes, para que se preparen a ser pastores capaces de crear “una estación evangelizadora más ferviente, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta la médula y de vida contagiosa”. (Francisco, Evangelii Gaudium, nº 261). Desde sus inicios, el Colegio Urbano ha estado vinculado espiritual y jurídicamente al Dicasterio Misionero de la Santa Sede.
 

Originalmente el Colegio ocupaba los locales del Palacio de la Plaza de España, donde hoy se encuentran las oficinas de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. En 1925, el cardenal prefecto W. M. van Rossum (1854-1932) compró el hospital de S. Maria della Pietà en la colina del Gianicolo, trasladando allí a los estudiantes el 2 de noviembre de 1926. Mientras tanto, inició la construcción de la escuela, que luego se convirtió en la Pontificia Universidad Urbaniana, y del nuevo Colegio para albergar a los seminaristas, inaugurado personalmente por el Papa Pío XI el 24 de abril de 1931.


Todos los alumnos del Colegio Urbano disfrutan de una beca completa de alojamiento, manutención y gastos académicos, concedida por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
 

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El vídeo de la entrevista en el canal Youtube de la Agencia Fides -> https://youtu.be/75xYtD4RP6Q