Kara, TOGO
(Agencia Fides, 25/09/2021) – “Llegamos a Kara hace más de 35 años e inmediatamente
nos dedicamos por completo, con espíritu de caridad cristiana, a los
jóvenes abandonados, a los niños de la calle, que cada día corren el
riesgo de ser maltratados, abusados y detenidos por pequeños robos o
porque se les acusa de brujería”. Así lo explica el padre Georges Koevi,
misionero salesiano, en una entrevista con la Agencia Fides, hablando
del compromiso misionero en el país africano y de los retos que los
hijos de Don Bosco afrontan a diario.
“El fenómeno de los niños de la calle sigue aumentando en Togo - dice el
P. Georges -. Las causas hay que buscarlas en las contradicciones de un
entorno difícil y sin estructuras de protección de los menores. Aquí,
en la zona de Kara, hay 200 nuevos casos cada año de niños y jóvenes de
entre 8 y 17 años que son abandonados por sus padres por falta de medios
de subsistencia. En un panorama tan desolador, un lugar de acogida,
afecto y cuidado es una obra misionera que hace presente el Evangelio de
Cristo en la vida de los niños y en la sociedad en su conjunto”.
Según los datos difundidos por las Naciones Unidas, la tasa de pobreza
en el país alcanza a más del 80% de la población, y los menores son casi
el 50% de este segmento: “Uno de cada ocho niños no llega al quinto año
de edad – sigue explicando a Fides el padre Koevi - y el porcentaje de
los que abandonan la escuela es muy alto. Debido a la pobreza rampante,
miles de niños, para ayudar a sus familias, se ven obligados a realizar
todo tipo de trabajos en condiciones de explotación y peligro”.
Para hacer frente a esta situación, la familia salesiana en Togo está
repartida en seis misiones, con actividades en 36 centros de acogida y
más de 800 misioneros, animadores, voluntarios y laicos que trabajan
junto a la población más desfavorecida. El P. Georges explica: “La
comunidad de San Juan Bosco en Kara gestiona tres hogares para niños y
niñas de la calle. Nuestra acción consiste en la realización de
actividades de gestión ordinaria, es decir: la compra de alimentos, ropa
y medicamentos para dar una ayuda concreta a los chicos y chicas, así
como la asistencia psicosocial, el pago de impuestos y la compra de
material escolar para los cursos de alfabetización temprana de los
jóvenes rescatados de la calle y para los cursos de formación
profesional, como uniformes, equipamiento para los cursos de
albañilería, electricidad, carpintería, sastrería, soldadura y
mecánica”. Los religiosos también colaboran con los centros
penitenciarios de menores, financiando
y gestionando proyectos de reinserción de jóvenes que suponen un retorno
gradual a la familia o a un centro de acogida, “con el objetivo de que
el menor adquiera autonomía y confianza en sí mismo y en los demás”,
subraya el misionero, que afirma: “Queda mucho por hacer. Es muy
importante fijarse en los numerosos jóvenes togoleses que se están
formando, en las tímidas pero alentadoras respuestas positivas de la
población local, a la que hay que animar, instar y ayudar. A los
misioneros –concluye -, se nos confía la tarea de responder, con nuestro
estilo y según el carisma de nuestro fundador, San Juan Bosco, a los
retos que nos plantea esta tierra y esta sociedad”.
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El vídeo de la entrevista en el canal de Youtube de la Agencia Fides -> https://youtu.be/U7oJgvFqb3c