Lima, PERÚ (Agencia Fides 29/09/2021) - El lunes 27 de septiembre se ha abierto en la
Arquidiócesis de Lima el proceso diocesano de la causa de beatificación y
canonización del padre Luigi Bolla (nacido en Schio, Italia, en 1932 y
fallecido en Lima, Perú, en 2013), misionero salesiano entre los pueblos
indígenas de Ecuador y Perú. Las autoridades eclesiásticas de la
Arquidiócesis de Lima, encabezadas por el Arzobispo Carlos Gustavo
Castillo, y la Congregación Salesiana SDB han estado presentes, con un
número reducido de participantes debido a las limitaciones relacionadas
con la pandemia.
El Arzobispo de Lima, que ha presidido la ceremonia, ha presentado la
figura del Siervo de Dios con estas palabras: “El padre Bolla supo
entender la armonía entre el Evangelio y lo que el pueblo Achuar poseía.
Supo entrar en lo más profundo de la lengua y del corazón del pueblo...
supo mediar y educar al pueblo en el amor y el perdón. Gracias al P.
Bolla, la violencia entre pueblos hermanos se ha evitado en muchas
ocasiones”. Por la tarde, Mons. Martín Quijano, SDB, obispo de Pucallpa,
ha presidido la Santa Misa junto a Mons. Jesús María Aristín, obispo de
Yurimaguas, subrayando que este gran misionero “supo conducir a su
pueblo por caminos de amor y perdón”. Además ha recordado que el nombre
con el que su pueblo le llamaba, Yánkuam' Jintia, le fue dado
precisamente porque el P. Bolla era la verdadera estrella que iluminaba
el camino de este pueblo.
En 1953 Louis Bolla llegó a Ecuador, donde se ordenó sacerdote en 1959.
Inició la presencia salesiana en la Amazonía ecuatoriana, entre la etnia
Achuar. Tomó el nombre indígena de "Yánkuam' Jintia", que significa
"Estrella brillante del camino". Aprendió la lengua, las costumbres y
los trajes, y fue el primero en vivir entre los Achuar, compartiendo con
ellos su vida y el Evangelio. Consiguió poner fin a las guerras entre
tribus y familias, ofreciendo ayuda a las nuevas generaciones a través
de la educación, según el carisma salesiano. Como la mayoría de los
Achuar estaban en Perú, en febrero de 1984 se trasladó a trabajar al
Vicariato Apostólico de Yurimaguas, donde continuó su labor, afrontando
peligros y obstáculos de todo tipo, para anunciar el Evangelio a todos
los Achuar, a los que consideraba sus hijos.