Hakha, MYANMAR (Agencia Fides, 22/09/2021) - La violencia y la venganza del ejército birmano
están golpeando a civiles inocentes en todo el país. Según la
información de la Agencia Fides, el 18 de septiembre, la ciudad de Thang
Tlang, una de las nueve ciudades del estado birmano de Chin, en el
oeste de Myanmar, fue incendiada por el ejército de Myanmar. El 80% de
los aproximadamente diez mil residentes huyeron a los bosques, a los
pueblos cercanos o a la frontera india. “Nunca olvidaremos esta
tragedia”, dicen los residentes de la ciudad, que está en el territorio
de la diócesis católica de Hakha.
Cung Biah Hum, un pastor cristiano de confesión baptista, que intentaba
controlar las llamas, fue asesinado a tiros. El pastor, mientras
trabajaba en la extinción de los incendios, se pudo a rezar al Señor
para que enviara la lluvia sobre la ciudad. Fue asesinado mientras
rezaba sus oraciones. Según ha confirmado a la Agencia Fides la
Convención Baptista de Chin (CBC), el pastor, que dirigía la Iglesia
Baptista Centenaria de Thantlang (TCBC), murió tratando de salvar la
ciudad, mientras el ejército llevaba a cabo actos crueles, creando miles
de desplazados. Los militares, según la CBC, también cortaron el dedo
del pastor para extraerle el anillo de oro y le robaron el teléfono
móvil y el reloj.
En los últimos días, más de diez aldeas han sido incendiadas por los
militares, que se comportan de forma violenta y cruel con los civiles
birmanos. El padre David Hmung, sacerdote local, califica estas acciones
de "inhumanas y cobardes". Detrás de estos actos está la venganza
orquestada por el ejército, organizada después de que las Chinland
Dfecnce Forces, milicias de la resistencia, atacaran el campamento
militar de la aldea de Lung Ker, cerca de la frontera con la India, en
la primera semana de septiembre, matando a 15 soldados.
Entre los actos de violencia perpetrados por el Tatmadaw (el ejército
regular birmano), una mujer católica, Mary Win, feligresa de la iglesia
católica del Sagrado Corazón de la ciudad de Hmaw Bi, en la
archidiócesis de Yangon, explica a la Agencia Fides que el 14 de
septiembre las fuerzas militares y policiales entraron violentamente en
el complejo de la iglesia católica de la ciudad de Hmawbi. Los militares
habían recibido un aviso sobre la supuesta presencia de miembros de las
"Fuerzas de Defensa del Pueblo" que se habían refugiado en el complejo
de la iglesia y en la casa del clero. Los militares irrumpieron en el
complejo de la iglesia escalando el muro de la valla.
Cuando llegaron a la casa del clero, preguntaron al sacerdote presente, el vicepárroco, padre Stefano, por qué no había encendido las luces y el sacerdote les dijo que estaban a oscuras por motivos económicos. Tras la respuesta del sacerdote, un soldado se disponía a golpearle, pero un joven se lo impidió, por lo que le golpearon, detuvieron y le confiscaron su teléfono móvil, en el que se encontraron fotos de miembros de la Liga Nacional para la Democracia y lo arrestaron.
En declaraciones a la Agencia Fides, el padre Dominic Teal, sacerdote de
la diócesis, condena esta acción violenta diciendo que los soldados
deberían "respetar el lugar sagrado de la Iglesia y abstenerse de atacar
a civiles y sacerdotes desarmados”.