Niamey, NÍGER (Agencia Fides, 21/12/2018) - “En Niamey, la capital del país, en cada
celebración se pide por la liberación del padre Gigi, secuestrado hace
tres meses. Es lo que pedimos todas las comunidades al final de cada
misa y es algo que intensificaremos en Navidad hasta que el padre Gigi
no sea liberado a menos que sea puesto en libertad en este tiempo. Si
fuera así, sería una Navidad maravillosa. Nuestra esperanza por volverlo
a ver no se apaga”. Así se expresa el padre Vito Girotto, sacerdote de
la Sociedad para las Misiones Africanas en Níger, en un mensaje enviado a
la Agencia Fides. “Tuve que abandonar la parroquia después del
secuestro del padre Gigi Maccalli y me trasladé a
Niamey”, cuenta.
“Sabemos que hay docenas de personas en secuestradas, especialmente
mujeres y niños, y nos preguntamos qué beneficios pueden obtener los
grupos armados y quién, desde lejos o desde cerca, los dirige. La
situación es confusa, en parte porque hay muchas fuerzas militares
armadas formadas por soldados africanos y occidentales, incluidos los
italianos, que deberían intervenir para defender a la población de los
ataques continuos. Estamos en medio de una “guerra por partes”, como
asegura el Papa Francisco. Es una guerra que siembra el terror, el miedo
y la muerte y donde uno no comprende bien qué fin persigue: ¿hacerse
con un país o un área por sus riquezas?, ¿es una guerra santa en nombre
de una religión?, ¿hay otros objetivos ocultos? Lo cierto es que los
únicos que están pagando con su sangre son los más inocentes”, lamenta
el misionero.
Reflexionando sobre las celebraciones de Navidad y su misión cerrada
desde el secuestro, el padre Girotto observa: “En este clima es difícil
imaginar cómo será la fiesta de Navidad en Makalondi o Diffa, un área en
la frontera con Nigeria. A medianoche probablemente no habrá misa
solemne en la parroquia. Los cristianos rezarán en las pequeñas capillas
de sus aldeas o en los patios familiares. Estamos atravesando un
momento de prueba, pero estamos seguros de que la oración y la fe de los
cristianos se nutrirá gracias al anuncio de la Palabra de Dios y al
testimonio de sus catequistas”.
“Viviré la próxima Navidad en Niamey. Sin duda será diferente con
respecto a aquellas vividas en la parroquia de Makalondi en la misión.
Ahora misma la zona vive una situación de gran inseguridad”. Girotto
concluye: “Será una Navidad diferente, más sobria de lo esperado. En los
últimos años vivimos las fiestas, desde Navidad hasta la Epifanía, con
celebraciones, bailes y almuerzos comunitarios que congregaban a
cristianos y musulmanes. Una Navidad tan sencilla como lo fue en el
nacimiento del Señor en Belén, pero llena de esperanza, liberación y
paz”.