Dakar, SENEGAL (Agencia Fides, 28/03/2019) - “Desde principios de marzo, el techo de nuestra
catedral se está cayendo a pedazos. Parte de la iglesia está ahora
cerrada a los fieles por razones de seguridad. Si no intervenimos en los
próximos días, la catedral no soportará la próxima temporada de lluvias
que llega en dos meses”, asegura a la Agencia Fides el padre Damase
Mary Coly, pastor de la catedral de Ziguinchor, capital de la región
senegalesa de Casamance.
El techo de la catedral de Sant'Antonio da Padova se derrumbó
parcialmente a principios de marzo. Un percance previsible porque ya el 2
de febrero el obispo de Ziguinchor, monseñor Paul Abel Mamba, había
dado la voz de alarma: “Nuestro temor es que la próxima temporada de
lluvias termine destrozando la catedral y que suceda algo irreparable”.
Parte del techo cayó el 4 de marzo. “Desde ese día, el acceso a este
espacio se prohibió a los fieles por razones de seguridad”, dice el
párroco.
Las autoridades acudieron al lugar el 21 de marzo para implementar las
medidas de seguridad necesarias. Sin embargo, la fecha de inicio exacta
de los trabajos de restauración en el edificio sigue siendo desconocida.
Mientras tanto, “el techo sigue cayendo. El domingo pasado, 24 de
marzo, cayeron más pedazos al suelo”, indica Bertrand Bassène, el
vicario.
“Todo el techo de la catedral de Sant 'Antonio da Padova, un monumento
histórico y patrimonio nacional, corre el riesgo de caer en cualquier
momento. La diócesis de Ziguinchor está a punto de perder catedral, con
todo lo que conlleva valor a nivel eclesial”.
La diócesis se pregunta sobre las causas de los retrasos administrativos
que impiden el inicio de las obras para asegurar la catedral: “¿Cuáles
son las conclusiones de los diversos informes sobre el estado del
edificio? ¿Qué impide realmente el inicio de los trabajos tan esperados?
¿Por qué las autoridades permitieron que los fieles continuaran rezando
en un edificio público, que corre el riesgo de caer en cualquier
momento? ¿Estamos esperando a que suceda un desastre?” Es hora de que
las autoridades se responsabilicen de esta situación”, concluye la nota.