Brasilia, BRASIL (Agencia Fides, 29/03/2019) - "Entre nuestras preocupaciones actuales
destacamos la reforma de las pensiones presentada por el gobierno al
Congreso Nacional para su debate y aprobación", dice la declaración del
Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Brasileña (CNBB), reunido
en Brasilia del 26 al 28 de marzo. En el texto, que reproduce la
Agencia Fides, los obispos destacan lo que ya fue declarado por la CNBB
en la nota de marzo de 2017: "el sistema de seguridad social tiene una
matriz ética intrínseca. Se crea para la protección social de las
personas que, por diversas razones, están expuestas a la vulnerabilidad
social (edad, enfermedad, accidente, maternidad...), especialmente las
más pobres. Ninguna solución para equilibrar un posible déficit puede
prescindir de los valores ético-sociales y de la solidaridad".
Reconociendo que el sistema de seguridad social "debe ser evaluado y, si
es necesario, adaptado a la seguridad social", los obispos advierten
acerca de los cambios propuestos, ya que "sacrifican a los más pobres,
penalizan a las mujeres y a los trabajadores rurales, castigan a las
personas con discapacidad y crean desánimo para la seguridad social,
especialmente entre los desempleados y las generaciones más jóvenes". En
cuanto a la reducción de privilegios que traería la reforma, es
necesario aclarar "cuáles son los privilegios, a quién pertenecen y cuál
es la parte del sacrificio de los privilegiados, así como cómo combatir
la expulsión y hacer pagar a los deudores de la seguridad social". Los
obispos subrayan, por tanto, que "el proyecto de ley para la transición
del régimen actual al régimen de capitalización, propuesto por la
reforma, no puede ser pagado por los pobres".
En el mensaje, los obispos piden al Congreso Nacional que "promueva un
debate público sobre esta propuesta de reforma de la seguridad social,
que afecta a la vida de todos los brasileños", y piden a las comunidades
eclesiales y a las organizaciones de la sociedad civil "que participen
activamente en este debate para que, a través del diálogo, defiendan los
derechos constitucionales que garantizan la ciudadanía para todos".
"Expresándose sobre estos y otros temas que conciernen a la realidad
político-social de Brasil -recuerda el comunicado-, la Iglesia defiende a
los pobres y a los excluidos. Es una llamada a la espiritualidad
cristiana, a la ética social y al compromiso de toda la sociedad en la
construcción del bien común y en la defensa del estado de derecho
democrático".