San José, COSTA RICA (Agencia Fidess, 22/03/2019) – Las autoridades costarricenses están
investigando el asesinato del activista indígena Sergio Rojas,
perteneciente al pueblo Bribri, un grupo étnico que mantiene un vivo
conflicto de territorios con los agricultores de la zona. En la tarde
del 18 de marzo, Rojas fue asesinado a tiros por dos individuos que
escaparon. El conocido defensor de su grupo étnico ya había denunciado
un intento de violencia homicida. En estos días, cientos de personas
salieron a las calles para denunciar el asesinato que creen que podría
haberse evitado fácilmente.
La nota enviada a Fides informa que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha ordenado al gobierno que brinde protección a las personas que
pertenecen a grupos étnicos, especialmente a Bribri y Teribe, ya que
están en riesgo debido a las medidas adoptadas para recuperar sus
tierras.
El conflicto entre los indígenas y los terratenientes viene de lejos,
especialmente para la comunidad de Salitre, pero en los últimos años la
violencia ha crecido mucho. Mientras que los nativos dicen que estas
tierras les pertenecen según la historia y la tradición, los
agricultores afirman ser los propietarios por ley y los nativos tratan
de ocupar ilegalmente sus tierras.
La ley indígena costarricense de 1977 prohíbe la venta de tierras
indígenas, pero no aclara qué hacer en los casos en que la tierra dentro
de las reservas fuera cultivada por los agricultores antes de esa
fecha. La Iglesia Católica, a través de la Comisión Pastoral Indígena,
ha denunciado repetidamente la violencia contra estos pueblos. Después
del último episodio violento, ocurrido el 25 y 26 de diciembre de 2018,
varios grupos de derechos humanos publicaron una declaración en apoyo a
los pueblos indígenas, quienes fueron atacados en ausencia de la
aplicación de la ley. El último informe de la Universidad de Costa Rica
sobre el tema indica que esta población está cada vez más abandonada por
el gobierno y los servicios básicos que ofrece el estado.
Según los últimos datos del censo, actualizados por organismos
estatales, "en Costa Rica se han reconocido formalmente 24 territorios
indígenas, que son inalienables, inalienables, intransferibles y
exclusivos para las comunidades indígenas que los habitan". Sin embargo,
actualmente un porcentaje muy alto de la tierra está en manos de
poblaciones no indígenas: hay casos críticos, como Térraba y Zapatón,
territorios donde los propietarios no indígenas superan el 85%.
El principal problema radica en el hecho de que el Estado no ha llevado a
cabo ningún proceso de recuperación de tierras indígenas, según lo
establece la ley indígena de 1977. Fides recuerda las palabras de Mons.
Javier Román, Obispo de la Diócesis de Limón, en Costa Rica: la
situación de los pueblos indígenas en Costa Rica es triste y grave,
porque se quedan sin protección de las autoridades. Los problemas y las
consecuencias de las tragedias ambientales han extinguido las pocas
esperanzas de muchas personas en lugares donde la asistencia del
gobierno no llega o está completamente ausente.