Kabul, AFGANISTÁN (Agencia Fides, 28/03/2019) - "La contribución que la pequeña comunidad
católica puede dar para la construcción de la paz en Afganistán es
limitada. Pero tenemos un arma secreta, que puede lograr resultados
inimaginables: la oración. Esto es lo que prometemos a nuestros amigos
afganos. Como signo de nuestra amistad y de nuestra esperanza de paz, el
14 de abril, Domingo de Ramos, plantaremos, en la plaza frente a la
iglesia, un olivo procedente de Tierra Santa. El embajador italiano,
Roberto Cantone, y el comandante adjunto de la misión, el general
Salvatore Camporeale, serán los encargados de transplantarla de la
maceta al suelo. Lo llamaremos el ‘olivo de la Paz’. Esto es lo que dijo
el padre Giovanni Scalese, sacerdote barnabita, responsable de la
Missio sui iuris en Afganistán, en un mensaje enviado a la Agencia Fides
el día después de la celebración del Año Nuevo Afgano, (el Nowruz,
fiesta tradicional celebrada en varios países de Oriente Medio y Asia),
asolado por la explosión de tres bombas colocadas en la zona del
santuario chiíta de Karti Sakhi en Kabul.
Reiterando su deseo "de que se inicie un camino hacia un futuro mejor
para Afganistán", Scalese señalٌó: "Este deseo permanece y está vivo.
Por supuesto, todavía no hay paz en Afganistán; pero, al menos, ha
comenzado un proceso de cambio, con buenas perspectivas de éxito. Esto
no significa que todo será fácil. De hecho, hay muchas preocupaciones
por el futuro. Obviamente, cuando se inician las negociaciones -afirmó,
refiriéndose a las negociaciones en curso en Dubai entre los talibanes y
los Estados Unidos- cada parte debe reconocer las razones de las otras
partes y renunciar a algunas de sus convicciones".
"Los talibanes ya han dicho que no aceptan la actual Constitución,
impuesta desde fuera, y que les gustaría una Constitución islámica. Sin
embargo, no creemos que puedan esperar una vuelta a la situación
anterior a 2001, como si estos 18 años hubieran pasado en vano. Muchos
jóvenes afganos que no conocían el régimen talibán y crecieron con
estilos de vida diferentes: ¿estarían dispuestos a regresar al pasado y
dejarlo todo? Por supuesto, nada en este mundo es irreversible; pero
parece difícil que los resultados obtenidos, como, por ejemplo, los
derechos adquiridos por las mujeres, puedan ser cuestionados de nuevo",
concluyó barnabita.