Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 21/03/2019) – Miles de personas salieron a las calles en
varias ciudades de Colombia el 18 y 19 de marzo para manifestarse a
favor de la "Justicia Especial para la Paz" (JEP), pidiendo al
presidente Iván Duque que respete los términos de la Acuerdo firmado en
2016 entre el entonces presidente Juan Manuel Santos y las FARC (Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia). Duque pide que la ley aplicada
por el JEP incluya penas de prisión severas y compensación para las
víctimas de crímenes de guerra y violaciones de derechos humanos, lo
cual no estaba previsto en el acuerdo original, luego del cual unos
13,000 miembros de las FARC habían abandonado las armas y formado un
partido político. Sin embargo, el presidente Duque no tiene una mayoría
sólida en el Senado o la Cámara de Representantes, por lo que su
intención de cambiar el acuerdo, uno de los temas principales de la
campaña electoral, podría ser rechazada.
Colombia aún está dividida entre aquellos que aprueban el ingreso de las
FARC como grupo político, luego de la firma del acuerdo de paz, y los
sectores más conservadores, que en cambio exigen la detención de ex
combatientes, por participar en el violento enfrentamiento que dejó a
260,000 muertos en más de 50 años.
Mientras que en la capital el tema principal de discusión es este, en
otros lugares de Colombia continúa la violencia de los grupos armados,
hasta el punto de obligar al arzobispo César Alcides Balbín Tamayo,
obispo de la Diócesis de Caldas en Antioquia, a ordenar el cambio
inmediato de una sacerdote, padre Raúl Mejía Valencia, de la parroquia
de San Antonio de Padua, en el municipio de Armenia Mantequilla. En la
declaración de la diócesis enviada a Fides, se informa que las amenazas
locales fueron también verificaron como amenazas al sacerdote. El obispo
Balbín Tamayo "condena las amenazas contra la vida, la integridad y la
propiedad, no solo del sacerdote y párroco, sino de todos los habitantes
de esa zona de Antioquia, que viven bajo este flagelo". La declaración
termina con la solicitud a las autoridades para una presencia efectiva
en esta área.
Según la nota enviada a la Agencia Fides, miles de personas, incluidos
los ex combatientes de las FARC y miembros de las Fuerzas Armadas, han
expresado su intención de someterse a la JEP, que contempla penas más
leves que la justicia ordinaria. Entre estos también se encuentran
civiles y ex funcionarios del gobierno acusados de apoyar a los
escuadrones paramilitares de derecha. En 2016, según los términos del
acuerdo de paz, unos 13,000 miembros del grupo rebelde, incluidos cerca
de 7,000 ex combatientes de las FARC, abandonaron sus armas e iniciaron
un partido político como parte de su reintegración en la sociedad.