Islamabad, PAKISTÁN (Agencia Fides, 25/03/2019) - “Estamos llamados a construir la paz en el
mundo y a contribuir en la lucha contra el terrorismo que afecta a
víctimas inocentes. Condenamos cualquier ataque contra las minorías
religiosas, como aquellos que tuvieron lugar en Pakistán y en Nueva
Zelanda y que arrebataron las vidas de nuestros hermanos musulmanes.
Expresamos nuestra solidaridad con las familias que perdieron a sus
seres queridos en el ataque de Christchurch, donde también murieron
nueve ciudadanos paquistaníes. Estamos cerca de ellos y rezamos por
ellos. Durante este tiempo de Cuaresma observamos y ayunamos por la paz y
contra cualquier forma de terrorismo”. Es el mensaje que llega a la
Agenzia Fides de parte del arzobispo Joseph Arshad, obispo de
Rawalpindi-Islamabad, quien presidió una vigilia de oración por la paz
para decir “No” al terrorismo en la catedral de Rawalpindi, la tarde del
sábado 23 de marzo. Cientos de fieles, sacerdotes y religiosos
participaron en
esta vigilia de oración. El arzobispo Joseph Arshad, quien también es
presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán, quien expresó su
firme condena por el ataque en Nueva Zelanda, comentó: “Estamos
consternados y todos estamos llamados a hacer nuestra parte, en todas
las naciones del mundo. La masacre de musulmanes en Nueva Zelanda
muestra la creciente ola de extremismo y radicalización que está
avanzando en todo el mundo. Y demuestra que el terrorismo no tiene
religión ni fronteras nacionales. El terrorismo profana el nombre de
Dios”.
El cardenal Joseph Coutts, arzobispo de Karachi, también expresó los
sentimientos de los cristianos pakistaníes condenando “el horrible
ataque a las mezquitas en Nueva Zelanda” y definiendo a Naeem Rashid, el
maestro pakistaní que se sacrificó tratando de para al asesino como “un
héroe nacional”. El cardenal invitó a los fieles a vivir el tiempo de
Cuaresma con este espíritu. “Es un tiempo de oración, ayuno y
penitencia”, recordó. “Hoy estamos llamados a rezar por todas las
víctimas de la violencia y el terrorismo, a trabajar por la justicia y
por la paz”, ofreciendo “con todo nuestro corazón, nuestra profunda
solidaridad y nuestro afecto por nuestros hermanos y hermanas musulmanes
en este momento de sufrimiento”. Hablando del gesto de Naeem Rashid
monseñor Coutts señala que “los pakistaníes somos personas de paz y que
podemos sacrificar nuestras vidas por los demás”.
En la nación, ciudadanos de diferentes confesiones (musulmanes,
cristianos e hindúes) han convocado concentraciones de solidaridad en
las últimas semanas con vigilias de oración que han involucrado a los
creyentes de todas las comunidades religiosas. Saleh Diego, vicario
general y director de la Comisión Justicia y Paz de la Arquidiócesis de
Karachi, apreciando la unidad mostrada por toda la nación pakistaní en
esta dolorosa situación, señala: “Sentimos tristeza y amargura al ver en
Pakistán como en Nueva Zelanda o en otras partes del mundo, hombres
que, inspirados por una ideología fundamentalista, matan por odio
religioso. Todos somos hijos de Dios y hermanos en la humanidad”.
También en el Peace Center en Lahore, dirigido por el padre dominico
James Channan, se organizaron varios encuentros interreligiosos para
“condenar el terrorismo y exigir la unidad entre todos los hombres de
buena voluntad e instituciones. Los terroristas traicionan la fe y
abusan de la nombre de Dios, que enseña al hombre amor, cercanía,
acogida y misericordia”, dice el padre Channan.