CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 26 de marzo de 2019).- Esta mañana, antes de ir al Capitolio, el Santo Padre FRANCISCO ha
ido por sorpresa a la Pontificia Universidad Lateranense donde ha
guiado la meditación de Cuaresma, una cita que el Ateneo organiza cada
año para la comunidad académica.
El Papa ha dado su “lectio divina” a partir del texto del profeta
Daniel que narra la oración de los tres jóvenes hijos de Israel,
Ananías, Azarías y Misael, arrojados a un horno ardiente por el rey de
Babilonia Nabucodonosor, porque se negaban a adorar su estatua de oro.
“Su determinación de ser fieles a Dios y de preservar su libertad
-dijo el Papa- en realidad los expone al martirio, como también
sucede hoy en día con vuestros compañeros cristianos en algunas partes
del mundo. Pero Dios interviene para evitar que las llamas hieran a los
tres jóvenes: frente a los ojos incrédulos de Nabucodonosor, Ananías,
Azarías y Misael, caminan en medio del fuego como si en el horno
"soplara un viento lleno de rocío" van acompañados por un ángel… y
comienzan a alabar y orar a Dios”.
Dado que estos hechos transcurren en el siglo VI a.d.C, durante el
exilio en Babilonia, la lógica del texto bíblico es la de recordar el
ejemplo de los personajes del pasado para enfrentar valerosamente las
persecuciones actuales . “La memoria –afirmó el Pontífice- siempre nos
da fuerza: la memoria del pasado no nos da solo un mensaje, sino también
la fuerza de pertenecer a un pueblo”. De este modo los jóvenes “vencen
con su testimonio la violencia destructiva de los poderes de este
mundo: permanecen ilesos e incluso obtienen la confesión de fe en Dios
de sus enemigos”.
“Estar envuelto en llamas y permanecer ileso: se puede lograr con la
ayuda del Señor Jesús, el Hijo de Dios y la brisa del Espíritu Santo.
Así os imagino –dijo el Santo Padre dirigiéndose a los estudiantes-
incluso si vivimos en un contexto cultural marcado por el pensamiento
único, que envuelve y adormece a todos con su abrazo mortal y quema
todas las formas de creatividad y pensamiento divergente, vosotros
camináis ilesos gracias al arraigo en Jesús y su Evangelio, hecho actual
por el poder del Espíritu Santo. De esta manera, mantenéis la mirada
alta y también una mirada diferente sobre la realidad, una diferencia
cristiana que aporta novedad”.
“Pensad en la incitación que recibimos continuamente todos nosotros a
vivir un individualismo cómodo y mezquino, preocupados solo por nuestro
propio bienestar, nuestro tiempo libre y la realización personal ... Me
detengo para tocar un punto que me hace sufrir : nuestro invierno
demográfico ... El invierno demográfico que todos sufrimos hoy es el
efecto de este pensamiento único y egoísta, dirigido solo a uno mismo,
que solo busca "mi" realización. Vosotros, estudiantes, pensadlo bien:
pensad en cómo este pensamiento único es tan "salvaje" ... Parece muy
cultural pero es "salvaje", porque impide hacer historia, dejando una
historia detrás de vosotros (…) Ser tomado de la mano por el Señor ...
seguir al Espíritu que es como el viento y cuya voz reconocemos hoy,
significa evitar quemarse: quemarse en el cerebro, en el corazón, en el
cuerpo, en las relaciones, en todo lo que pone en movimiento la vida y
la llena de esperanza”.
Después el Papa recordó que la constitución apostólica Veritatis gaudium sobre las Universidades y las Facultades eclesiásticas (2018) afirma
que en los estudios eclesiásticos "el criterio prioritario y
permanente es la contemplación y la introducción espiritual, intelectual
y existencial en el corazón del kerygma, es decir, la siempre
nueva y fascinante buena noticia del Evangelio de Jesús". De hecho, "desde esta concentración vital y gozosa del rostro de Dios, que ha sido
revelado en Jesucristo" desciende "la «mística de vivir juntos» como
Iglesia, ", que se convierte en la levadura de la fraternidad
universal", desciende "el imperativo de escuchar en el corazón y de
hacer resonar en la mente el grito de los pobres y de la tierra"y"
descubrir la huella trinitaria en la creación, pues hace que el cosmos
en el que vivimos sea «una trama de relaciones», favoreciendo «una
espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la
Trinidad»".
En el pasaje bíblico elegido por el Papa, los tres jóvenes piden
perdón reconociendo al mismo tiempo que Dios ha sido justo en sus
juicios y en sus obras, incluso cuando deja que Israel experimente las
desastrosas consecuencias de estar lejos del Señor, y en lugar de
volverse "tan numeroso como las estrellas del cielo y la arena del mar",
se vuelva "más pequeño que cualquier otra nación", dividido y
parcialmente obligado a exiliarse. ....
“¡Esta oración dolorosa de los jóvenes es hermosa! –exclamó el Santo
Padre- En primer lugar, hay gracias por la fidelidad de Dios ... Los
padres testifican que Dios ha sido justo, pero no ha abandonado a su
pueblo a la ruina, sino que fue fiel a las promesas hechas a sus amigos:
Abraham, Isaac, Jacob. Los jóvenes creen en este testimonio de los
padres, conmemoran la historia del pueblo, siempre marcada por la
misericordia de Dios y se abren al futuro. Están convencidos –subrayó-
de que habrá un futuro, de que la puerta no está cerrada, incluso en
medio de la hostilidad y la persecución. Y esto es porque Dios siempre
es fiel y siempre perdona”.
“Me gustaría tanto que guardaseis esta esperanza fundada en la
promesa de Dios. Me gustaría mucho que a la hora de planificar vuestro
futuro guardaseis el recuerdo de ser un pueblo, de tener una historia
con luces y sombras, de ser protagonistas hoy de ese diálogo de amor
entre Dios y los hombres que ha cruzado los siglos. Los sueños de los
padres alimentarán y provocarán vuestras visiones para nuestros días. El
sentimiento de ser parte de un pueblo de pecadores os dará los
anticuerpos para evitar cometer los mismos errores: hacia Dios, hacia
otros, hacia toda la creación”
“Por eso, prosiguió el Santo Padre - he querido que en los estudios
eclesiásticos se realizara un "cambio radical de paradigma", una
"revolución cultural valiente" que, como resultado de la contribución de
la reflexión y la praxis del pueblo de Dios "sobre el terreno" de todos
los rincones del mundo, produzca "una verdadera hermenéutica
evangélica, para entender mejor la vida, el mundo, los hombres". Todavía
no hemos superado la lógica iluminista (…) Este es el reto: la nueva
hermenéutica que va en esta dirección. La hermenéutica de la memoria, de
pertenecer a un pueblo, de contar una historia; la hermenéutica de
caminar hacia una esperanza, la hermenéutica (…) de los tres lenguajes,
juntos, armónicos: el lenguaje de la mente, el lenguaje del corazón, el
lenguaje de las manos, para que pensemos en lo que sentimos, sintamos lo
que pensamos y hagamos lo que sentimos y pensamos ... El buen teólogo y
el buen filósofo tienen un pensamiento abierto, es decir, incompleto.
Enamoraos del pensamiento incompleto, porque este es nuestro camino,
siempre abierto al maius de Dios y a la verdad” (Veritatis gaudium, 3).
El Papa se despidió de los estudiantes con una última reflexión sobre
el libro de Daniel. “Ha habido temporadas de la historia en las que
Israel –recordó- no tenía príncipes (es decir, pastores que lo guiaran
en nombre de Dios), ni templo (la roca firme de la presencia de la
Gloria de Dios entre el pueblo). En esos momentos, sin embargo, Dios
envió profetas, para que el pueblo no estuviera privado de su Palabra y
de su guía. En cambio, Azarías señala que ahora, en el exilio
babilónico, ¡ya no hay ni siquiera eso! No hay profetas. ¿Qué queda por
hacer? Nada más que presentarse a Dios con un corazón contrito y un
espíritu humillado que Dios apreciará ... Veo un poco de descaro
juvenil, un presentarse ante Dios con nuestra desnuda vergüenza. Y
vosotros, jóvenes, por favor, presentaos ante Dios con vuestra vergüenza
desnuda. Os sentará bien. No solo a vosotros, a todos nosotros. Un
poco como cuando "tiras de la cuerda" de la paciencia de los padres y
abuelos, sabiendo cuanto te quieren. Pero aquí la intuición de los tres
jóvenes fue acertada: Nada mueve la misericordia de Dios como nuestro
corazón verdaderamente contrito y humillado”.
“De hecho –concluyó- el hijo menor de la parábola del Padre
misericordioso, experto en esta imprudencia juvenil, sabe que lo
recibirán aunque su arrepentimiento no sea exactamente como debería ser.
"Me levantaré e iré donde mi padre". Detrás de todo esto hay una
confianza, una fe: Os deseo que seáis así de abiertos al futuro, así de
emprendedores y valientes a la hora de soñarlo y planearlo, con la
ayuda de los estudios que hacéis, porque "descaradamente" confiamos en
que no hay decepción para los que se confían al Señor”.