Seúl, COREA DEL SUR (Agencia Fides, 20/03/2019) - "Todo ser humano tiene una dignidad sagrada e
inalienable, y la vida es inviolable desde el momento de la concepción.
Lo que debemos hacer es aceptar cada vida tal como es desde el momento
de la concepción bajo la responsabilidad del padre y de la madre.
Además, puesto que toda vida está bajo la responsabilidad común de
nuestra sociedad, debemos tratar de mejorar los sistemas generales de
asistencia social para ayudar a los progenitores a dar a luz y criar a
sus hijos". Así lo subrayó el cardenal Andrew Yeom Soo-jung, arzobispo
de Seúl, hablando a los movimientos pro-vida de Corea del Sur, reunidos
en la "marcha de la Juventud Pro-Vida", que se celebró recientemente en
la capital coreana, bajo la dirección de la Comisión Episcopal para la
Familia y la Vida. Como la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis
de Seúl informó a la Agencia Fides, asistieron unos mil jóvenes
coreanos, pero también sacerdotes, religiosos y
líderes como el cardenal Yeom y el arzobispo Alfred Xuereb, nuncio
apostólico en Corea.
En la solemne eucaristía que precedió a la marcha, organizada en
particular por los parlamentarios cristianos, el card. Yeom reafirmó la
doctrina pro-vida de la Iglesia católica, afirmando que "los embriones
deben ser protegidos y respetados como seres independientes, no
considerados como propiedad de madres o padres. La dignidad humana no
puede decidirse por mayoría de votos ni juzgarse según criterios
socioeconómicos". En la misa, el arzobispo también comentó sobre el tema
de la pena de muerte y recordó: "El papa Francisco, en el Congreso
Mundial contra la Pena de Muerte del pasado mes de febrero, dijo
claramente: ‘La vida humana es el don más importante y fundamental, es
la fuente de todos los derechos humanos. La pena de muerte es un grave
insulto y un pecado contra este derecho fundamental a la vida. Insto a
todos los dirigentes políticos y a los miembros del gobierno a que
adopten medidas para abolir completamente la pena de muerte en todos los
países’".
El debate sobre temas como el aborto y la pena de muerte se ha vuelto
cada vez más controvertido en la sociedad coreana en estos días, incluso
con acentos polémicos. Mientras que se espera que la Corte
Constitucional anuncie su decisión sobre la constitucionalidad de la ley
de aborto a principios de abril, algunos sectores de la sociedad
insisten en la legalización del aborto y en el derecho de las mujeres a
la libre determinación.
También se espera una sentencia de la Corte Constitucional sobre la pena
de muerte. La subcomisión para la abolición de la pena de muerte, de la
Comisión Episcopal de Justicia y Paz, apeló a la Corte Constitucional
el pasado mes de febrero, solicitando su derogación del sistema jurídico
nacional.