Beirut, LÍBANO (Agencia Fides, 25/03/2019) - En el Líbano la solemnidad mariana de hoy, la
Anunciación del Señor, es día festivo nacional desde 2010. Hoy en varias
iglesias y santuarios libaneses, cristianos y musulmanes celebran
juntos actos en honor a la Virgen María.
El jeque sunita Mohamad Nokkari, profesor de derecho islámico en Beirut,
Dubai y Estrasburgo, fue quien, con mayor determinación, cultivó y dio
fruto a la intuición de valorar la veneración de María, compartida por
cristianos y musulmanes, como factor de cohesión a nivel social y
nacional. La Agencia Fides ha hablado con él durante un viaje al Líbano
organizado gracias a la Ópera Romana Pellegrinaggi: “Mi esposa, que es
francesa, y yo dice teníamos una estatua de la Virgen María en casa y
había un pariente que cada vez que venía la escondía en el baño e
incluso una vez la rompió. Compré otra hecha de metal para que ya no
pudiera romperla”. Ese incidente familiar dio a este profesor sunní la
idea de que María podría ser celebrada por cristianos y musulmanes.
“Lo comenté en Lyon con el padre jesuita Louis Boisset”, recuerda
Mohamad Nokkari, “y comprobamos que no había impedimentos de naturaleza
doctrinal para una iniciativa de este tipo. ¿Quién mejor que la Virgen
María puede unir a cristianos y musulmanes?”. Al principio, pensamos que
la celebración islamo-cristiana de María podría coincidir con la fiesta
de la Inmaculada, pero luego se cambió de opinión teniendo en cuenta
que los cristianos ortodoxos no han definido el dogma de la Inmaculada
Concepción de María. La elección de la fecha para celebrar a María por
parte de cristianos y musulmanes cayó entonces en la fiesta de la
Anunciación. La Anunciación del Ángel a María se cuenta tanto en el
Evangelio como en el Corán, que habla de ello en dos Suras distintas.
María es la única mujer mencionada por su nombre en el Corán hasta 34
veces (mientras que el nombre de María aparece en los Evangelios 19
veces).
La primera celebración islamo-cristiana de la Fiesta de la Anunciación
tuvo lugar en el santuario libanés de Nuestra Señora de Jamhour en 2007.
Los líderes políticos quedaron impresionados con la iniciativa y en
2010 el primer Ministro Saad Hariri, quien ahora también es jefe del
Gobierno, decretó como fiesta nacional el 25 de marzo, día en que se
celebra la Anunciación. “En ese momento yo era secretario del Gran Mufti
del Líbano. Cuando tomé la iniciativa para celebrar juntos a la madre
de Jesús, hubo ciertas tensiones que condujeron a mi renuncia”, recuerda
Nokkari.
Las fuerzas políticas no mostraron oposición a la celebración compartida
de María. Mientras que entre las comunidades religiosas al principio
algunos se mostraron cautelosos porque temían que fuera una expresión de
sincretismo. “Pero resultó evidente para todos que cada uno celebra a
María según su fe y su tradición”, asegura el jeque. Las únicas
oposiciones fueron las expresadas por los grupos salafistas y wahabitas.
“He pensado que para seguir a María tenemos que sufrir. Ella es una
madre que nos abraza a todos. Siguiéndola pueden surgir cosas buenas
para todos”, explica Nokkari al comentar que ha sufrido algunos
episodios desagradables por haber promovido esta iniciativa.
Desde el Líbano, la costumbre de los cristianos y musulmanes de celebrar
juntos la fiesta de la Anunciación se está extendiendo en otros países
como Canadá, Francia, Brasil y España. También en Jordania el 25 de
marzo se convertirá en fiesta nacional. En la universidad de Saint
Joseph ya se imparten cursos y hay tesis doctorales dedicadas a María en
el cristianismo y el Islam.
Los políticos se han dado cuenta de que la referencia común a María
también puede favorecer y preservar la unidad nacional. El primer
ministro sunita, Saad Hariri, se ha mostrado sensible a varias
solicitudes, como la construcción de un centro para iniciativas
vinculadas a la fiesta nacional islámica-cristiana de la Anunciación.
Avanza además la propuesta de dedicar una plaza a la Anunciación y de
proponer que la ONU proclame el 25 de marzo como un día de diálogo
islámico-cristiano.
En opinión de Mohamad Nokkari, el diálogo entre cristianos y musulmanes
se ha intensificado y adquirido coherencia en los últimos 15 años. El
documento sobre la fraternidad humana firmado en Abu Dhabi por el Papa
Francisco y por el Gran Imán de Al-Azhar es también el fruto de este
camino. “Desde que se publicó ese texto”, explica Nokkari, “cada semana
grupos de cristianos y musulmanes se reúnen para estudiar los contenidos
juntos. Incluso en las comunidades islámicas hay una evolución,
comenzamos a comprender, por ejemplo, que el proceso para reconocer los
derechos y la dignidad de las mujeres también abarca a la predicación
religiosa y a las prácticas religiosas”.