Sonsonate, EL SALVADOR (Agencia Fides, 20/05/2019) – Cientos de fieles llenaron la iglesia de la
parroquia de San José en La Majada (a unos 70 km de la capital), para
presentar su último adiós a su párroco, el padre José Cecilio Pérez
Cruz, asesinado en la tarde entre el viernes 17 y el sábado 18 de mayo.
cuyo funeral se celebra hoy Tenía 35 años y era sacerdote desde hace 10
años. Era una persona sencilla, alegre y dinámica, especialmente querida
por los jóvenes a quienes dedicaba mucha energía: en la parroquia había
dado vida a un grupo de jóvenes que reunían a más de 70 de ellos.
El padre Cecilio, sacerdote diocesano, nació en Sabana San Juan Arriba,
municipio de Nahuizalco, en el mismo departamento de Sonsonate, a unos
15 kilómetros de la parroquia de San José en La Majada, a la cual fue
asignado hace cuatro años y donde fue asesinado. No hay más de 150
metros entre la estación de policía de San José La Majada y la iglesia
parroquial del padre Cecilio. Según la nota enviada a la Agencia Fides,
los habitantes de la zona están asombrados porque, aunque es el primer
asesinato registrado en 2019, tienen la sensación de que cuando los
delincuentes quieren matar a alguien, no importa si hay policías en la
zona.
Un primer informe policial informa que se encontró un pedazo de papel
cerca del sacerdote asesinado que decía "Por no haber pagado" firmado
por la Mara Salvatrucha (MS-13), pero hay muchas dudas de que esto sea
verdad.
Mons. Constantino Barrera, obispo de la diócesis de Sonsonate, cuya
parroquia y sacerdote dependen, celebró ayer una misa de sufragio frente
a cientos de fieles y docenas de sacerdotes de muchas áreas cercanas.
Ayer por la tarde, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, Auxiliar de San
Salvador, declaró que incluso los sacerdotes son víctimas de extorsión
por parte de las pandillas: "Hay casos que sabemos, otros tal vez no,
nadie está exento; es un gran dolor saber de este crimen, cuando se
trata de gente tan sencilla ... es algo que parece no tener solución,
pero tenemos que enfrentar este drama ".
El jueves santo de 2018, el padre Walter Osmin Vásquez, un sacerdote de
36 años de la diócesis de Santiago de María, vicario parroquial de
Usulután fue asesinado por criminales. Monseñor
Romero de 1974 a 1977 había sido obispo en Santiago de María, diócesis
del padre Walter Osmin Vásquez, una de las diócesis más pobres, en la
zona montañosa del país.