lunes, 27 de mayo de 2019

La misión "Casa de todos": dos mil laicos misioneros en las calles de la capital para encontrar a quienes se han alejado de la Iglesia

Montevideo, URUGUAY (Agencia Fides, 22/05/2019) – ‘¡Ven, vuelve, vuelve a encontrarte!’ Con esta invitación y con el objetivo de acercarse a quienes han abandonado la Iglesia, desde el Domingo de Resurrección la Arquidiócesis de Montevideo está llevando a cabo la misión "Casa de Todos".

Una nota recibida por la Agencia Fides explica que, durante los últimos tres fines de semana, entre 1.500 y 2.000 laicos misioneros de todas las edades, identificados por chalecos especiales, han asistido a los encuentros en las parroquias y han viajado, de dos en dos, por todos los rincones de la ciudad, casa por casa, pero también han ido en autobuses, plazas, mercados y semáforos, para invitar a "vivir la alegría de la fe y la esperanza en Cristo". El lema de la acción misionera fue "Escuchar, anunciar e invitar".

La joven Agustina Pérez Jourdan, del movimiento salesiano Nazareno, quien animó la misión en el barrio Paso de las Duranas, junto con los feligreses, dijo a Fides: "Llevo diez años participando en las misiones, pero era la primera vez que lo hacía en la ciudad, y me sorprendió la acogida de la gente. Estaba preparado para todo, incluso para el hecho de que nadie nos abriera. Pero la respuesta de la gente fue fantástica. Después de una sorpresa inicial o incluso del malentendido de asumir que se trataba de grupos políticos o de otras religiones, muchas personas acogieron a los misioneros con cordialidad, aunque no faltó el ‘no’. La presencia de tantos jóvenes entre nosotros llamó la atención. No llevamos la Biblia, sino un anuncio de Cristo diferente para cada uno de nosotros, empezando por la disposición a escuchar".

En 23 puntos de la ciudad, entre el 9 y el 11 de mayo, se celebraron momentos de encuentro con las comunidades parroquiales o decanatos, con la invitación: "Jesús te espera: ven y verás". Estos encuentros fueron una oportunidad para conocer a los vecinos del barrio, para rezar, jugar y cantar juntos, y para "escuchar y comprender las razones" por las cuales se habían alejado de la práctica religiosa quizás durante muchos años; así como una ocasión para dar a conocer "el otro lado de la Iglesia", que es, precisamente, "el hogar de todos".

Dependiendo del barrio, los encuentros adoptaron diferentes formas: procesiones, stands para jóvenes y adultos, juegos para niños, un espectáculo de magia, experiencias de vida, testimonios de fe de los migrantes y de cómo la comunidad los ha acogido. Los participantes fueron invitados a volver a entrar en la vida de la Iglesia a través de grupos de diversa naturaleza o a través de un camino de catequesis en cuatro etapas. Según datos de la arquidiócesis, de 1994 a 2014, la participación en la misa dominical en la capital se redujo a la mitad. A partir de 2014 el fenómeno parece haber disminuido, comentó el cardenal arzobispo Daniel Sturla en una reciente entrevista radial.