Montevideo, URUGUAY (Agencia Fides, 22/05/2019) – ‘¡Ven, vuelve, vuelve a encontrarte!’ Con
esta invitación y con el objetivo de acercarse a quienes han abandonado
la Iglesia, desde el Domingo de Resurrección la Arquidiócesis de
Montevideo está llevando a cabo la misión "Casa de Todos".
Una nota recibida por la Agencia Fides explica que, durante los últimos
tres fines de semana, entre 1.500 y 2.000 laicos misioneros de todas las
edades, identificados por chalecos especiales, han asistido a los
encuentros en las parroquias y han viajado, de dos en dos, por todos los
rincones de la ciudad, casa por casa, pero también han ido en
autobuses, plazas, mercados y semáforos, para invitar a "vivir la
alegría de la fe y la esperanza en Cristo". El lema de la acción
misionera fue "Escuchar, anunciar e invitar".
La joven Agustina Pérez Jourdan, del movimiento salesiano Nazareno,
quien animó la misión en el barrio Paso de las Duranas, junto con los
feligreses, dijo a Fides: "Llevo diez años participando en las misiones,
pero era la primera vez que lo hacía en la ciudad, y me sorprendió la
acogida de la gente. Estaba preparado para todo, incluso para el hecho
de que nadie nos abriera. Pero la respuesta de la gente fue fantástica.
Después de una sorpresa inicial o incluso del malentendido de asumir que
se trataba de grupos políticos o de otras religiones, muchas personas
acogieron a los misioneros con cordialidad, aunque no faltó el ‘no’. La
presencia de tantos jóvenes entre nosotros llamó la atención. No
llevamos la Biblia, sino un anuncio de Cristo diferente para cada uno de
nosotros, empezando por la disposición a escuchar".
En 23 puntos de la ciudad, entre el 9 y el 11 de mayo, se celebraron
momentos de encuentro con las comunidades parroquiales o decanatos, con
la invitación: "Jesús te espera: ven y verás". Estos encuentros fueron
una oportunidad para conocer a los vecinos del barrio, para rezar, jugar
y cantar juntos, y para "escuchar y comprender las razones" por las
cuales se habían alejado de la práctica religiosa quizás durante muchos
años; así como una ocasión para dar a conocer "el otro lado de la
Iglesia", que es, precisamente, "el hogar de todos".
Dependiendo del barrio, los encuentros adoptaron diferentes formas:
procesiones, stands para jóvenes y adultos, juegos para niños, un
espectáculo de magia, experiencias de vida, testimonios de fe de los
migrantes y de cómo la comunidad los ha acogido. Los participantes
fueron invitados a volver a entrar en la vida de la Iglesia a través de
grupos de diversa naturaleza o a través de un camino de catequesis en
cuatro etapas. Según datos de la arquidiócesis, de 1994 a 2014, la
participación en la misa dominical en la capital se redujo a la mitad. A
partir de 2014 el fenómeno parece haber disminuido, comentó el cardenal
arzobispo Daniel Sturla en una reciente entrevista radial.