Kara, TOGO (Agencia Fides, 01/05/2019
) – “Es hora de que África desarrolle una verdadera
espiritualidad del trabajo. Una espiritualidad arraigada de acuerdo con
el plan y la visión que Dios quería para el trabajo y el trabajador”,
explica a Fides el padre Donald Zagore, teólogo de la Sociedad de
Misiones Africanas de Togo en Costa de Marfil.
Con motivo de la fiesta de San José Obrero, que se celebra en todo el
mundo el 1 de mayo, el misionero explica que “si bien es cierto que el
trabajo nutre y enriquece, también es cierto que ennoblece y libera
pero, sobre todo, glorifica a Dios. El trabajo es un signo de la
obediencia del hombre a Dios. En esencia, el Evangelio no nos muestra un
modelo de trabajo basado exclusivamente en la riqueza, la eficiencia y
la producción”, insiste el padre Zagore, “más bien ofrece un modelo de
trabajo basado fundamentalmente en el amor de Dios, del prójimo y de la
creación. Es un modelo de trabajo que libera al hombre de la prisión de
servidumbre y la explotación de todo tipo y lo devuelve a la dignidad de
su ser”. “En una África donde la tasa de desempleo está en aumento, el
africano está expuesto y sometido a cualquier forma de explotación. Una
de estas formas es la religión a través del llamado Evangelio de la
prosperidad, que se presenta como el único modo de
enriquecimiento y de éxito social, y que ahora tiende a reemplazar el
trabajo en la vida de las personas. Con la lógica del cristianismo de la
prosperidad, no hay necesidad de trabajar, solo se necesita poder
manipular la religión y explotar a los más débiles para convertirla en
una fuente de enriquecimiento sin ningún esfuerzo”.
“Debemos tener el valor de denunciar la opulencia y la riqueza de estos
“hombres de Dios” amasadas a través de la religión, mientras los fieles
sufren y padecen miseria. Servir a Dios nunca debe entenderse como un
empleo lucrativo. El trabajo es una vocación de Dios y cada hombre debe
responder a esta vocación en la verdad de su ser”, concluye el padre
Zagore.