CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 25 de junio de 2021).- Esta mañana, a las 10,30, en directo streaming desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la conferencia de presentación de la Jornada de Reflexión y Oración por el Líbano, que se celebrará en el Vaticano el 1° de julio con la participación de los principales líderes de las comunidades cristianas presentes en el país.
Han intervenido S.E. el Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, S.E. Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados y S.E. Mons. Brian Farrell, L.C., Secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Publicamos a continuación las intervenciones
Intervención de S.E. el Cardenal Leonardo Sandri
La adhesión del Santo Padre FRANCISCO a la propuesta de convocar una jornada de reflexión y oración sobre el Líbano se inscribe en un camino de atención a la Tierra de los Cedros que viene de lejos.
Al comienzo de la Exhortación Apostólica "Una nueva esperanza para el Líbano", San Juan Pablo II escribía "Cuando convoqué una Asamblea Especial para el Líbano del Sínodo de los Obispos el 12 de junio de 1991, la situación del país era dramática. El Líbano ha sido profundamente sacudido en todos sus componentes. Invité a los católicos presentes en aquella tierra a emprender un camino de oración, penitencia y conversión, que les permitiera interrogarse ante el Señor sobre su fidelidad al Evangelio y su compromiso efectivo en el seguimiento de Cristo. Era necesario que los Pastores y los fieles, a través de una clara toma de conciencia hecha en la fe, discernieran y precisaran más claramente las prioridades espirituales, pastorales y apostólicas a promover en el contexto actual del país.
Desde el principio, pedí a las demás Iglesias y Comunidades eclesiales que se unieran a este esfuerzo, manifestando la intención ecuménica de la Asamblea Sinodal, ya que la esperanza del futuro del Líbano está también ligada a la de la unidad de los cristianos. Se trataba además de la reconstrucción material y espiritual del país, preocupación fundamental de todos; y esto sólo era posible con la participación activa de todos los habitantes".
Tras un largo proceso de preparación, el Sínodo Especial para el Líbano se celebró en 1995 en Roma; y la exhortación apostólica de la que he citado el principio fue entregada por el santo pontífice durante su visita a la Tierra de los Cedros, en mayo de 1997. El Papa Benedicto eligió también la misma tierra para firmar y entregar el Documento de conclusión del Sínodo Especial para Oriente Medio, en septiembre de 2012, Ecclesia in Medio Oriente, en el que se dedican nada menos que 7 números, del 11 al 18, al tema ecuménico, declinado en múltiples niveles.
Hemos escuchado que hace treinta años la situación era dramática, pero parece que estamos leyendo una crónica de nuestros días. La comunidad cristiana, en todos sus componentes, se interroga, reflexiona y reza: lo hace en las personas de los jefes de las respectivas Iglesias y Comunidades eclesiales, que vienen a Roma no portando sólo a sí mismos, sino el clamor de un pueblo, que ciertamente les acompaña en la oración.
Se os ha distribuido el programa esencial, por lo que me limitaré a hacer algunas anotaciones.
En más de una ocasión se verá al Santo Padre y a los jefes de las Iglesias y Comunidades Eclesiales "caminando juntos": lo harán en su camino desde la Domus Sancta Martha hasta la Basílica Vaticana al inicio de la jornada, tras el momento de bienvenida y saludo en el hall de la residencia en la que serán huéspedes desde la tarde del 30 de junio hasta la mañana del 2 de julio.
Después de la oración del Padre Nuestro bajarán las escaleras de la Confesión del apóstol Pedro, y cada uno colocará una vela como signo de la oración que arde pidiendo la intercesión del Apóstol. Durante el día no podremos verlos ni oírlos, porque las puertas de la Sala Clementina del Palacio Apostólico permanecerán cerradas a nuestra mirada: a puerta cerrada, en el Cenáculo, los apóstoles permanecieron unidos en oración, junto a María, y recibieron el don del Espíritu que les dio el valor de anunciar. Será nuestra oración de intercesión, que podría lanzarse en las parroquias y comunidades religiosas no sólo del Líbano a lo largo de ese día, la que nos hará sentirnos cerca de ellos y apoyarlos en el momento de la escucha y la discusión mutuas. Al igual que en la basílica de San Nicolás de Bari, el 7 de julio de 2018, la mesa del encuentro será redonda, y en torno a ella se sentarán junto al Santo Padre el Nuncio Apostólico en el Líbano, S.E. Mons. Joseph Spiteri, que actuará como moderador, y los diez jefes de las comunidades cristianas: por parte católica, el Patriarca Maronita Cardenal Bechara Boutros Raï, el Patriarca Sirio Católico Ignace Youssef III Younan, el Patriarca Melquita Youssef Absi, el Obispo Caldeo S. E. Michel Kassarj y el Vicario Apostólico Latino S.E. Mons. Cesar Essayan. Como sabéis, el 22 de junio comenzó el Sínodo para elegir al sucesor del Patriarca Gregorio Pedro XX Ghabroyan, fallecido el pasado 25 de mayo: según los resultados de las votaciones, se podrá enviar o no un Delegado de esa Iglesia Patriarcal. Como puede verse en el programa, habrá tres sesiones de trabajo por la mañana y por la tarde, cada una de ellas introducida por las palabras de un ponente.
A la oración final en la basílica podrá participar el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, según las indicaciones de la Oficina de Protocolo de la Secretaría de Estado, y han sido invitadas todas las comunidades religiosas masculinas y femeninas, así como los fieles laicos libaneses presentes en Roma Como por la mañana, el Santo Padre y los Jefes de las Iglesias caminarán juntos en procesión, siguiendo al sacerdote que llevará el Evangelio. El texto de la oración ecuménica por la paz incluirá la proclamación de algunos pasajes de la Palabra de Dios, alternando con oraciones de invocación y cantos de las diferentes tradiciones rituales presentes en el Líbano, con textos en árabe, sirio, armenio y caldeo. Hacia el final de la celebración, no se intercambiará el signo de la paz a la manera tradicional -en cumplimiento de las normas relacionadas con la pandemia-, sino que algunos jóvenes entregarán a los líderes cristianos una lámpara encendida, que luego se colocará en un candelabro: es la esperanza de paz que las jóvenes generaciones depositan pidiendo ayuda para que no se apague por las tribulaciones del presente. Al final de la ceremonia, el Santo Padre pronunciará unas últimas palabras y, antes de despedirse, donará una placa con el logotipo en recuerdo de la jornada.
En cuanto al logotipo, se ha distribuido junto con su explicación: la estatua de Nuestra Señora de Harissa, que vela por el Líbano y es reconocible al llegar desde el mar, un santuario que acoge a peregrinos de todas las edades, confesiones y credos, acompañará sin duda el desarrollo de la jornada del 1° de julio para que pronto salga un nuevo sol, evocado por las palabras de esperanza del gran poeta libanés Kahlil Gibran: más allá del negro telón de la noche nos espera un nuevo amanecer. Un año después de la terrible explosión en el puerto de Beirut, con las densas nubes que oscurecieron nuestra mirada llenándola de lágrimas, queremos volver a ver el sol junto a nuestros hermanos y hermanas del Líbano. Gracias
Intervención de S.E. Mons. Brian Farrell L.C.
En esta intervención me limitaré a presentar brevemente las Iglesias no católicas que participarán en la Jornada "Juntos por el Líbano"; y a describir sintéticamente la relación que existe entre los católicos y los demás cristianos en ese país.
El Líbano es un país tan complejo como interesante. Están presentes casi todas las Iglesias orientales, ortodoxas y católicas, con la gran diversidad de sus ritos y tradiciones, así como varias comunidades eclesiales nacidas de la Reforma. La vida cotidiana, así como la vida social y política, es un entramado de convivencia y colaboración entre las distintas comunidades eclesiales, cuya historia no siempre está exenta de conflictos e incluso de persecuciones.
Las Iglesias no católicas que estarán presentes en la Jornada de Reflexión y Oración por el Líbano son
1. La Iglesia Ortodoxa Griega del Patriarcado de Antioquía.
De tradición bizantina, encabezada por el Patriarca Youhanna X Yazigi. Su sede principal está en Damasco (Siria), pero tiene muchas diócesis en el Líbano, donde también cuenta con una importante facultad de teología en Balamand. Esta Iglesia tiene una gran importancia histórica, social y cultural en Oriente Medio. Los fieles del Patriarcado greco-ortodoxo de Antioquía son generalmente de origen y lengua árabes. Podemos decir que el cristianismo árabe existe desde el principio, habiendo estado presente, según el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el discurso de San Pedro, el día de Pentecostés.
En cuanto al ecumenismo, esta Iglesia muestra una gran apertura y solidaridad, y participa en el diálogo teológico internacional de la Iglesia católica con la Iglesia ortodoxa en su conjunto. El PCPUC recuerda la estrecha colaboración que mantuvo en el pasado con el hermano del patriarca Youhanna, el Metropolitano Paul Yazigi, secuestrado en 2013 por el llamado Estado Islámico, junto con el Metropolitano sirio ortodoxo Mor Gregorios Yohanna Ibrahim, arzobispo sirio de Alepo.
2. El Catolicosado de la Iglesia Apostólica Armenia de Cilicia, encabezado por el Catholicos Aram I.
La presencia de la comunidad armenia en el Líbano se remonta básicamente a la época del genocidio armenio, a principios del siglo XX. En estas circunstancias, el centenario Catolicosado de Sis (en Turquía) se retiró hacia el sur, primero a Siria y luego al Líbano, estableciendo finalmente su sede en Antelias, Beirut, en 1930.
El actual Catholicos de Cilicia, Su Santidad Aram, es una figura prominente en el movimiento ecuménico, habiendo sido moderador del Comité Central del Consejo Ecuménico de las Iglesias de 1991 a 2006. Desempeñó un papel importante en el desarrollo del Consejo de Iglesias de Oriente Medio, que mencionaré a continuación. El Catholicos Aram se ha reunido en varias ocasiones con los distintos pontífices, desde Juan Pablo II en adelante. Se encontró con el Papa FRANCISCO en 2014, en 2016, y en 2018 asistió a la inauguración de la estatua de San Gregorio de Narek en los jardines del Vaticano. En julio del mismo año estuvo presente en Bari, en la oración por la paz en Oriente Medio.
3. La Iglesia Sirio Ortodoxa, encabezada, desde 2014, por el Patriarca Ignacio Aphrem II.
Esta Iglesia, heredera de la gran tradición siríaca es poco conocida en Occidente pero muy importante en la historia del cristianismo, en la teología y la liturgia, y en la expansión misionera en Oriente. La sede principal de esta Iglesia está en Damasco, pero está muy presente en el Líbano, sobre todo en Beirut, el Monte Líbano y el Valle de Beqa'à. La Iglesia Ortodoxa Siria, y Su Santidad Aphrem personalmente, participan a menudo en eventos ecuménicos internacionales. En 2015, el Patriarca visitó al Papa Francisco. En 2018, participó en la Oración por la paz en Oriente Medio celebrada en Bari. En febrero del año pasado, el Patriarca recibió en su sede de Beirut a la Comisión Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas Orientales.
Entre la Iglesia Ortodoxa Siria y la Iglesia Católica existen importantes acuerdos comunes sobre la doctrina cristológica y sobre cuestiones pastorales. No entraré en detalles, pero sobre la cristología, por ejemplo, el Patriarca Ignacio Zakka I Iwas y el Papa Juan Pablo II, en 1984, afirmaron: "no encontramos hoy ninguna base real para las tristes divisiones y cismas que se produjeron entre nosotros en relación con la doctrina de la Encarnación".
4. The Supreme Council of the Evangelical Community in Syria and Lebanon es decir, el Consejo Supremo de la Comunidad Evangélica, representado por su presidente, el reverendo Joseph Kassabhas. La comunidad evangélica del Líbano tiene sus La comunidad evangélica del Líbano tiene sus orígenes en el despertar intelectual de la parte de lengua árabe del Imperio Otomano en el siglo XIX; en la actualidad, en el Líbano tiene un intenso compromiso en el campo de la educación.
La vida eclesial en el Líbano es fraternal y solidaria, dada la historia común de los distintos ritos cristianos, el elevado número de matrimonios mixtos, la participación activa de los jóvenes que se incorporan cada vez más a los movimientos parroquiales y eclesiales, que a menudo actúan de forma ecuménica.
En cuanto a la organización de la actividad ecuménica en la región, parece oportuno mencionar el importante papel del Consejo de las Iglesias de Oriente Medio, compuesto por cuatro familias de Iglesias: las Iglesias Ortodoxas, las Iglesias Ortodoxas Orientales, las Iglesias Católicas y las Iglesias y Comunidades Evangélicas. El Consejo de Iglesias de Oriente Medio organiza reuniones periódicas de los jefes de las Iglesias, apoya iniciativas en favor de la paz y la justicia, fomenta el diálogo interreligioso con la comunidad islámica y contribuye a la ejecución de programas sociales, humanitarios y educativos en las zonas más afectadas por los conflictos actuales. La sede del Consejo de Iglesias de Oriente Medio se encuentra en Beirut.
Este encuentro entre los máximos responsables de las Iglesias, ortodoxas, católicas y protestantes, presentes en el Líbano, será sin duda un momento de intensa comunión para afrontar el gran reto común, la superación de cualquier visión partidista para construir el bien de todos y salvaguardar la vocación específica del Líbano en el variopinto marco religioso y social de Oriente Medio.