Bamako, MALI (Agencia Fides, 23/06/2021) – “Puede ser que el sacerdote y los fieles que lo
acompañaban hayan sido secuestrados, al menos en un primer momento,
para servir de escudos humanos por un grupo armado perseguido por el
ejército y que huía hacia la frontera con Burkina Faso”, dicen a la
Agencia Fides fuentes de la Iglesia de Malí, refiriéndose al secuestro
del padre Léon Douyon, párroco de Nuestra Señora de Lourdes en Ségué,
junto con Thimothé Somboro, jefe del pueblo de Ségué, Pascal Somboro,
teniente de alcalde, y otros dos miembros de la comunidad, Emmanuel
Somboro, catequista, y Boutié Tolofoudié, ocurrido el 21 de junio.
“El grupo se dirigía de Ségué a San para participar en los funerales
celebrados ayer, 22 de junio, del padre Oscar Thera, que había sido
párroco durante 9 años en Ségué”, afirman las fuentes de Fides. Fueron
secuestrados a unos treinta kilómetros al norte de Ségué, cerca de Ouo.
El pueblo de Ségué, situado en la meseta Dogon y poblado en gran parte por católicos de la diócesis de Mopti.
“Esperamos que se hayan iniciado ya negociaciones para liberarlos”,
añaden las fuentes. El secuestro que quizás en un primer momento, como
ya se ha dicho anteriormente, inició con la motivación de utilizar a los
rehenes como escudos humanos podría evolucionar hacia un secuestro con
fines de extorsión. No es raro que los distintos grupos armados que
operan en Malí y otros países de la franja saheliana intercambien
prisioneros y los hagan gestionar por organizaciones especializadas en
el trato de secuestros con fines de extorsión, pasando a menudo de un
Estado a otro.
Siempre en Malí, el 8 de octubre de 2020, fue liberado el p. Luigi Maccalli (de la Sociedad de Misiones Africanas, SMA) que había sido secuestrado por milicianos yihadistas, en Níger, en la frontera con Burkina Faso, en la noche entre el 17 y el 18 de septiembre de 2018.
Por último, recordamos que sigue en manos de los secuestradores la
hermana Cecilia Narváez Argoti, religiosa colombiana de la Congregación
de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, que fue secuestrada en
la misión de Karangasso, al sur de Malí, la noche del 7 de febrero de
2017.