Johannesburgo, SUDÁFRICA (Agencia Fides, 21/06/2021) - La exclusión de los refugiados del tratamiento Covid-19 y de las vacunas demuestra que aún no hemos apreciado ni comprendido plenamente la sabiduría del dicho “ninguno de nosotros está a salvo hasta que todos estemos a salvo” denuncia la Conferencia Episcopal de África Austral (SACBC, que incluye a los Obispos de Sudáfrica, Botsuana y Suazilandia), en un mensaje con motivo del Día Mundial del Refugiado celebrado ayer domingo 20 de junio.
“Los refugiados de varios países africanos siguen siendo excluidos de
los programas para contrarrestar el Covid-19, incluido el suministro de
equipos de protección personal (EPP) y la vacunación contra el
coronavirus”, afirma la SACBC, que pide a los gobiernos que promuevan y
apoyen el acceso de los refugiados a los servicios sanitarios.
La SACBC denuncia el “nacionalismo de las vacunas” adoptado por los
países más ricos, que piensan primero en asegurar su propia población, y
las respuestas egoístas que han mostrado la “profunda crisis de
solidaridad o falta de ella que prevalece en el sistema político
internacional”.
“Sólo si todos se vacunan contra el virus se ganará esta lucha”,
subrayan los obispos, que recuerdan la enseñanza de San Juan Pablo II en
su Sollicitudo Rei Socialis: “la virtud de la solidaridad es un
compromiso firme y duradero con el bien común, que a menudo puede
implicar un sacrificio personal por parte de algunos miembros de la
comunidad para proteger los derechos fundamentales de otros miembros más
vulnerables”.