La Habana, CUBA (Agencia Fides, 25/06/2021) – Durante la reciente Asamblea plenaria
extraordinaria del Episcopado cubano, que se ha celebrado del 14 al 18
de junio en la Habana, se han debatido varios temas, como informa la
nota recibida en la Agencia. En particular se ha debatido sobre la
invitación por parte del Santo Padre Francisco, para toda la Iglesia, de
un proceso sinodal que vaya “desde abajo hacia arriba”, involucrando a
la totalidad del pueblo de Dios. Los Obispos de Cuba han analizado
también la vida de las comunidades católicas y del pueblo cubano, en
este período marcado por la pandemia y por un agravamiento de la
situación económica de la nación, con sus inevitables consecuencias para
el tejido social, compartiendo iniciativas y experiencias para afrontar
tales desafíos.
Los obispos se han detenido a considerar la problemática familiar y se
han hecho eco de las preocupaciones de tantas familias, católicas o no,
que se han dirigido a los Pastores pidiendo una palabra de iluminación y
esperanza. Por ello los obispos han publicado un mensaje dirigido a las
familias cubanas que motiva la reflexión e invita a la confianza.
Invocando la protección de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, en
su mensaje, los obispos dan gracias a Dios “por los cubanos que saben
cuidar a su familia; y por las madres y los padres que reúnen alrededor
de una misma mesa a todos sus hijos, aunque tengan diferentes maneras de
pensar. Damos gracias a quienes hacen lo imposible con tal de mediar en
los naturales conflictos que surgen entre padres, hijos, yernos y
nueras. Damos gracias a nuestros mayores por haber defendido la vida
desde la concepción hasta la muerte natural, y por darnos el ejemplo de
haber tenido, con menos recursos, varios hijos”. Al mismo tiempo, los
obispos citan “a tantos que no solamente se preocupan por los suyos,
sino también por otras familias o personas en dificultad”, como el
vecino que necesita una medicina, o de los ancianos que viven solos; o
del matrimonio que se está rompiendo, para tratar de salvarlo; o de la
compañera de trabajo que requiere ayuda para llevarle algo a su
familiar preso o ingresado en el hospital o como del joven que está
cayendo en la trampa del alcohol y las drogas. “Por todos esos que hacen
el bien en silencio, damos gracias a Dios”.
Tras reconocer con satisfacción que en el país se han aprobado leyes
para proteger a la familia, los obispos señalan “con pesar que las
familias cubanas vienen sufriendo diversos embates: encontrar el
alimento diario se ha hecho cada vez más difícil, se pierde un tiempo
precioso en las colas, con grandes riesgos por el posible contagio con
el Covid-19; escasean las medicinas necesarias, han aumentado en modo
considerable los precios de los servicios básicos, y el salario sigue
sin alcanzar para que tantos vivan con dignidad. El desaliento y la
incertidumbre respecto al futuro provocan el deseo de emigrar, sobre
todo en los jóvenes, hipotecando el futuro de Cuba”. Además, persisten
entre nosotros una mentalidad anti-natalidad y el aumento del número de
uniones afectivamente frágiles, divorcios y abortos. Faltan las
viviendas para los matrimonios jóvenes y crece la población de las
cárceles. “Los Obispos deseamos que todos, como ciudadanos, nos
impliquemos con mayor
eficacia en la solución de estos males”.
A esta compleja situación que vivimos como pueblo se añadió, en días
recientes, la publicación por el Ministerio de Educación de la
Resolución 16/2021 sobre la “ideologia de género” y sobre la “educación
sexual” ha generado un sinnúmero de declaraciones, inquietudes,
opiniones y críticas ya que podría “establecerse en nuestro país,
alejándonos de nuestra historia y tradición cultural”. Con la esperanza
de que se realice “un debate amplio y participativo, donde todos
tuvieran la oportunidad de ser adecuadamente informados y manifestar sus
opiniones al respecto”, el mensaje cita cuanto ha escrito al respecto
el Papa Francisco en “Amoris laetitia” (n.56).
Los obispos cubanos por tanto, consideran “necesario e indispensable”
que: Se reconozca y respete el derecho primario e intransferible que
tienen los padres de educar a sus hijos, el cual debe tenerse en cuenta
en todas las formas de colaboración entre padres, maestros y autoridades
escolares; se imparta la educación sexual bajo la tutela de los padres,
pues es su responsabilidad; los padres y madres cubanos cumplan con su
deber, que ellos puedan escoger para sus hijos el estilo pedagógico, los
contenidos éticos, cívicos y, si lo desean, la inspiración religiosa
con la cual los quieren formar.
“Es nuestro deber – afirman los obispos - pedir que se reconsidere el contenido de la Resolución 16/2021 del Ministerio de Educación, por no tener en cuenta suficientemente el derecho de los padres en la educación sexual de sus hijos, y también por las graves consecuencias en la formación de niños, adolescentes y jóvenes, al oficializar el avance de la “ideología de género” en el sector de la educación, tan sensible en la formación de la personalidad”.
El mensaje se concluye recordando que “nos corresponde a todos, aunque
sobre todo a ustedes los padres, promover y testimoniar la belleza y la
alegría del matrimonio creado y querido por Dios. Por tanto, no nos
desanimemos cuando, en ocasiones, todo a nuestro alrededor parezca ir
contra la institución familiar. No perdamos las fuerzas cuando haya que
nadar contracorriente. Enseñemos a los matrimonios jóvenes a trabajar
juntos y a cuidar su familia”.