miércoles, 1 de septiembre de 2021

Los catequistas de África, un punto de referencia para los cristianos de pequeñas comunidades

Foya, LIBERIA (Agencia Fides, 01/09/2021) – “En África nunca hubiera podido realizar mi servicio misionero sin la ayuda y el apoyo de los catequistas”. Lo asegura el padre Walter Maccalli en referencia al Motu Proprio “Antiquum ministerium” del 10 de mayo de 2021 con el que el Papa Francisco estableció el ministerio del catequista.

El sacerdote, misionero de la Sociedad para las Misiones Africanas (SMA), en la nota enviada a la Agencia Fides, explica lo que hace el catequista en la Iglesia africana. “Son el punto de referencia para los cristianos de las pequeñas comunidades, ya que viven en estrecho contacto con ellos y animan las celebraciones dominicales cuando el misionero no puede. Por ejemplo, en Angola, durante la larga guerra civil, los catequistas permanecieron siempre con la población, incluso cuando sacerdotes y monjas tuvieron que abandonar sus misiones por razones de seguridad. Ellos dieron prueba de su fe, a pesar del peligro y la persecución”, subraya el padre Maccalli. “Nunca interrumpieron su labor de evangelización, continuaron dando formación cristiana y asistencia a los fieles, incluso en las condiciones más precarias, en aldeas aisladas en el bosque, en los campamentos de desplazados o en los campos de refugiados más allá de las fronteras angoleñas”.

Como prueba del papel insustituible de los catequistas, el misionero SMA recuerda a uno, Estêvão Tomais, nacido dos años antes de 1961, año en el que se inició la guerra de liberación de Angola. “Estaba destinado a morir porque era mestizo. Su padre era portugués y su madre angoleña, lo salvó al huir a los bosques. Catequista de vocación y responsable de las comunidades de la gran parroquia de Nambuangongo, se convirtió en el fiel colaborador de los misioneros. Todavía hoy se dedica a formar a nuevos líderes comunitarios, a quienes les enseña la liturgia y cómo explicar la Biblia”.

“La Iglesia católica angoleña debe mucho a los catequistas por su contribución incalculable a la evangelización durante los cuarenta años que duró la guerra. El impacto de las palabras de un catequista africano sobre los cristianos de sus comunidades es muy fuerte, mayor que el de los misioneros europeos. Como conocedores de la cultura y tradiciones locales, su palabra es un estímulo y aliento para vivir la fe cristiana en aquellas situaciones en las que el Evangelio entra en conflicto con determinadas prácticas y mentalidades ancestrales. Saben sintetizar las muchas cosas buenas que existen en la tradición africana con la novedad del anuncio de Jesús”, asegura el padre Walter.

“Aquí en la misión de Foya, en Liberia donde estoy ahora, contamos en nuestra parroquia con un catequista que nos envía la diócesis. Entre los diversos servicios que presta, prepara a los catecúmenos adultos para el bautismo, ejerce un ministerio itinerante en los pueblos para impartir catequesis y guiar la liturgia en el idioma local, el kissi, y además de ayuda a restablecer la paz entre las familias y pueblos donde han surgido conflictos”, concluye el padre Walter.