Puyo, ECUADOR (Agencia Fides, 18/06/2021) – “Hoy queremos felicitar y honrar a esos misioneros ad gentes ecuatorianos que saliendo de su tierra e impulsados por esa vocación del Espíritu, salieron de su casa como María, en su Visitación a su prima Isabel, para llevar la buena noticia con alegría. Salieron de su patria o de su región, como la Beata Mercedes de Jesús Molina, para llegar a tierras de misión como la Amazonia ecuatoriana, otros volaron a otros continentes, para hacer realidad el sueño de Jesús”. Con estas palabras se ha expresado el Vicario Apostólico de Puyo, Monseñor Rafael Cob, al celebrar el anual “Día del misionero ecuatoriano Ad gentes”, establecido por la Conferencia Episcopal en la festividad de la Beata Mercedes de Jesús Molina (1828-1883), el 12 de junio, la primera misionera ecuatoriana Ad gentes.
El Obispo ha destacado que los misioneros ecuatorianos Ad gentes “son
estímulo y ejemplo para tantos jóvenes que escuchan en su interior la
llamada ‘ven y sígueme’” y ha invitado a rezar “para que aumenten las
vocaciones misioneras ad-gentes en nuestras comunidades y parroquias”.
“Que el Espíritu de Pentecostés siga soplando fuerte en la Iglesia, –
ha proseguido -, y nosotros nos dejemos mover por Él, para ser una
Iglesia en salida, que escucha y se siente enviada, para anunciar lo que
ha visto y oído a fin de que todos tengan vida y vida en plenitud”.
Monseñor Cob ha citado el tema del mensaje del Santo Padre Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones 2021, “No podemos dejar de anunciar lo que hemos visto y oído” (Hechos 4,20), preguntándose si nosotros también podemos hacer la misma afirmación que los Apóstoles. “Últimamente vemos una realidad muy cruda y violenta en diferentes países del mundo – ha explicado -, en la India y Brasil el virus se ha ensañado con los pobres causando muerte dolor, los gobiernos no han sido capaces de dar una respuesta positiva para frenar la pandemia. Nuestra hermana Colombia ha sufrido una violencia sin precedentes por las protestas en sus calles. En tierra Santa rebrotó el odio y la violencia entre judíos e israelíes desatando nuevos enfrentamientos. Todo un panorama oscuro en una sociedad que se precia de progresista y demócrata, pero la paz y la armonía, el respeto y la justicia, pareciera estar lejos”.
Recordando el mandato misionero que nos dejó Jesús antes de subir al
cielo, el Vicario Apostólico ha instado a todos a ser discípulos
misioneros: “Es la luz del evangelio que llevamos, la que podrá
iluminar la noche oscura de nuestros pueblos, es la voz el evangelio la
que debe dejarse escuchar para que siga aliviando con su paz y cerrando
las heridas con la reconciliación y el perdón”.