Manila, FILIPINAS (Agencia Fides 27/0/2021) - La comunidad católica de Zamboanga, en la isla
de Mindanao, en el sur de Filipinas, vivirá 40 días de ayuno y
penitencia mientras el país se enfrenta a la pandemia de COVID-19. Como
ha podido saber Fides, monseñor Moises Cuevas, administrador apostólico
de Zamboanga, anunció la iniciativa “en solidaridad con quienes sufren
los efectos de la pandemia”. “La Cuaresma de otoño” especial comenzará
el 13 de octubre con el tañido de las campanas de las iglesias en toda
la archidiócesis a las 20.00 horas, después del rezo del Rosario. En las
semanas que preceden al tiempo penitencial, la catequesis se llevará a
cabo en todas las parroquias para preparar a los fieles para este tiempo
especial de penitencia y oración.
El prelado pidió a las parroquias que pusieran a disposición el
Sacramento de la Reconciliación para fomentar una renovación espiritual y
moral de todos los creyentes. El plazo de 40 días finalizará el 21 de
noviembre, domingo de Cristo Rey, con un especial “camino penitencial”
desde la catedral Metropolitana de la Inmaculada Concepción hasta el
Santuario de Nuestra Señora La Virgen del Pilar, al que asistirán el
clero y religiosos y algunos representantes de los fieles laicos de la
archidiócesis.
La iniciativa se anuncia en la primera Carta Pastoral de monseñor
Cuevas, recientemente designado por el Papa Francisco como administrador
apostólico de Zamboanga. La carta también anuncia un programa especial
de “catequesis sobre la Palabra de Dios”, con motivo del Domingo de la
Palabra de Dios" que se celebrará el 23 de enero de 2022. Monseñor
Cuevas anuncia que esta catequesis se llevará a cabo online “como una
forma de acompañar a nuestros fieles y a quienes continuamente buscan
refugio en la Palabra de Dios en estos tiempos difíciles”.
Entre otras iniciativas en tiempos de pandemia, el Administrador
Apostólico también informa que la archidiócesis está creando puntos de
solidaridad y caridad en las parroquias llamados “Gifted to Give” para
seguir ayudando a los pobres. “Habrá una distribución continua de bienes
materiales en nuestras parroquias para responder adecuadamente y
atender a nuestros hermanos y hermanas necesitados”, explica. Todas las
actividades serán guiadas y coordinadas por la nueva Oficina
Archidiocesana para la gestión de la pandemia.